El instructor fiscal que analizó los teléfonos de los acusados por el crimen de Fernando Báez Sosa aseguró este martes, al declarar en el juicio por el hecho, que Blas Cinalli, el único imputado que no había sido mencionado en las seis audiencias previas, intercambió mensajes a través de whatsapp tras el homicidio, en los que aseguró «ganamos» y «los rompimos», en referencia a un grupo con el que habían tenido una supuesta pelea y cuando ya sabía que el joven atacado había fallecido.

Además, el mismo rugbier, en otro mensaje a un contacto no vinculado a la causa, expresó por escrito tras el asesinato: «Nos vamos a la playa. Previa en casa, vienen todas las gatas», «yo sólo quiero tomar vino y fumar flores».

Los mensajes fueron reproducidos hoy por el instructor de la Fiscalía General de Dolores Javier Pablo Laborde, quien estuvo a cargo de analizar el contenido de los teléfonos de nueve de los rugbiers inicialmente imputados en la causa.

En el caso del teléfono de Cinalli, el testigo leyó diversos mensajes enviados por el imputado a poco de que Fernando fuera asesinado a golpes.

«Nos peleamos. Ganamos contra unos chetos, los rompimos», escribió Cinalli en su celular a las 5.08.

Otro mensaje clave fue enviado por Blas Cinalli esa madrugada a unos amigos. “Amigo, flasheamos, matamos a uno”, escribió a las 5.15.

Ante una pregunta del querellante Fernando Burlando sobre si al enviar esos mensaje Cinalli ya sabía que el joven estudiante de abogacía había muerto, Laborde confirmó que esas expresiones fueron escritas 13 minutos después de que este rugbier y el resto de los imputados recibieran en el grupo de whatsapp que compartían un texto del acusado Lucas Pertossi que dijo «caducó», en referencia al fallecimiento de Báez Sosa.

El testigo se remitió también a otro intercambio de mensajes telefónicos de la mañana del 18 de enero de 2020, cuando alguien le pregunta a Cinalli: «Qué onda Blas, se dieron masa?, a lo que el rugbier responde: «Sí, pero no digas que lo dije yo porque no sé si es heavy o no. Le dimos murra a uno con el ‘perto’, lo recargamos a palo, pero mal. Nos vinimos corriendo a la casa».

También se exhibieron mensajes en los que el mismo acusado dice que se están yendo a Mc Donalds, que están «corriendo» para que no los vean y en los que describe que a raíz del ataque cometido varios jóvenes quedaron heridos.

«Dos convulsionaron, uno lo mandamos al hospital, sin signos vitales. Ahora estamos yendo a Mc Donalds a ver qué pasa», le dijo a un contacto, quien le respondió: «Son los demoledores».

El análisis de Burlando

Fernando Burlando, el abogado de la familia de Fernando Báez Sosa, aseguró este martes que, en base a los testigos que declararon en la causa, se determinó que los agresores llevaron a cabo un «plan» para golpear a la víctima al notar que no había presencia policial en la zona.

«Ellos se informan que se está corriendo la policía del lugar y ahí le dan vida al ataque a Fernando. Durante la audiencia de hoy hablamos del dolo, si había intención o no. Y queda más que claro que hubo un plan para asesinar a Fernando», expresó este mediodía Burlando en la puerta de los Tribunales de Dolores.

A su vez, el abogado indicó que durante la séptima jornada de debate se analizaron los mensajes que se enviaron entre sí los imputados, los cuales confirmaron que «Fernando falleció antes de las 5 de la mañana».

«Vamos a tratar de ser puntillosos para determinar su horario de fallecimiento. A partir del día de la fecha que transitarán personas que hicieron pericias que determinarán que seis personas castigaron brutalmente a Fernando. Dos de ellos hacían de cerco humano. Todo con nombre y apellido porque se ha hecho un trabajo muy prolijo con acercamiento de imágenes que permiten verle las caras a los implicados», adelantó.

En ese sentido, Burlando aseguró que Báez Sosa fue abordado «por tres flancos».

«Lo atacaron por la espalda, por el frente y en el piso. A medida que en el debate se va avanzando, surgen estas cosas», explicó el letrado, que destacó que los rugbiers «tenían un modus operandi donde ellos eran los demoledores».

«Le pegaban a otros jóvenes que veían en inferioridad de condiciones. Siempre de a muchos, en contra de unos pocos. Esto se venía anunciando: ocurrió en Villa Gesell pero pudo haber pasado en otro lugar. La víctima pudo haber sido cualquier miembro de nuestra familia», manifestó.

En cuanto a los imputados, el abogado querellante resaltó que «prestan mucha atención» durante las audiencias cada vez que se muestran materiales audiovisuales de prueba.

«Esta bueno que puedan ver todo el material. Ellos han tratado de borrar pruebas y obstaculizar la investigación. Poniéndose saliva o chupándose las manos para ocultar rastros de sangre», exclamó.

Por último, Burlando dijo que espera «ansiosamente» la declaración Juan Pedro Guarino, amigo de los rugbiers que fue absuelto durante la instrucción de la causa y anticipó que su testimonio tendrá lugar «el 18 de enero».

«Él no puede mentir, va a venir como testigo. Tenemos una batería de preguntas pensadas. Además, el 18 van a concurrir familiares de algunos acusados. Va a ser un momento interesante», concluyó.

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