Cuatro personas fueron condenadas con penas de hasta dos años de prisión en suspenso por realizar pintadas antisemitas en un parque de la ciudad de Paraná.

Así, y tras un juicio abreviado, el Tribunal Oral Federal de Paraná emitió las penas para Sebastián Bovolini, José Yamil Adbala, Ángel Esteban Alegro y Yanina Belén Cufré, quienes admitieron su responsabilidad en una serie de grafitis en un parque público que incluían amenazas al por entonces titular de la filial Paraná de la DAIA.

El primero de los hechos, según publicó el portal Fiscales.gob.ar, ocurrió el 29 de febrero de 2016 cuando la Policía recibió una llamada anónima que denunciaba que se habían realizado pintadas antisemitas en la instalaciones del parque «Profesor Enrique Berduc».

Tras la denuncia, se recorrió el predio y se encontraron grafitis representativos de simbología nacionalsocialista, entre ellas las leyendas «Sieg heil» y «Fucking Juden» en el tanque de agua, en un portón, en las paredes de los baños y en los laterales de una cancha de paddle.

Pintadas encontradas en el lugar

De las averiguaciones realizadas, los investigadores pudieron confirmar que los autores de las pintadas fueron Abdala, Bovolini y Alegro.

En tanto, el segundo caso se registró unos meses después, el 9 de abril de 2016 por la madrugada y en el mismo lugar, con pintadas similares, sumado a la leyenda «Para Diego D.», en alusión a Diego Dlugovitzky, quien era en ese entonces titular de la filial Paraná de la DAIA.

Se investigó y se llegó a la conclusión que los autores fueron los mismos que en el primer hecho, junto con la participación de Cufre, cónyuge de Alegro, en calidad de coautora.

Todos ellos fueron interceptados e identificados por la policía cuando intentaban darse a la fuga.

Tras una pericia realizada a los teléfonos celulares de los imputados, pudo comprobarse que todos ellos planearon las pintadas con anterioridad, e incluso uno de ellos sugirió que el color de la pintura debía ser «verde Falcon».

También, durante la investigación, se pudo determinar que intentaron conseguir la dirección de la casa de Dlugovitzky «para darle una apretada», mientras que otro sugirió que lo encontrarían «en un container picado en pedazos», y también se sugiere la posibilidad de conseguir su número de DNI.