El juicio por el inexplicable crimen de Marcos Guenchul, asesinado en julio de 2019, llega este miércoles a su etapa culminante y en pocos minutos se conocerá el veredicto del tribunal conformado por los jueces de Primera Instancia Facundo Becerra, Carlos Leiva y Mariano Aliau.

Tres personas fueron acusadas por la muerte del personal trainer: Priscila D. y su pareja, Caio S., y el presunto sicario que habría ejecutado el homicidio, Rodrigo P. El fiscal Adrián Spelta los acusó por el delito de homicidio triplemente calificado (por el vínculo, por precio y por la participación de dos personas o más). La pena que los aguarda, de ser encontrados culpables, es la prisión perpetua, ya que son considerados coautores.

Poco antes de que dieran las 10 de la noche de ese 23 de julio, Marcos Guenchul salió del gimnasio donde trabajaba, en Mendoza a 4900 y caminó varios pasos para ir a tomar un colectivo que lo llevaría a la casa de su novia. Pero justo antes de hacerlo, un hombre lo interceptó y, a punta de pistola, lo obligó a doblar por calle Sucre. Allí, tras quitarle la mochila, le pegó dos tiros.

Lo que en principio parecía un homicidio en ocasión de robo se develó, en el curso de la investigación, como un crimen mucho más complejo en el que, además del tirador, estarían involucrados la ex pareja de Guenchul y madre de su pequeña hija y su novio. Esa trama fue expuesta en el juicio que comenzó el pasado 1º de junio y sentó a los tres imputados en el banquillo de los acusados.

El crimen

De acuerdo a lo que se fue reconstruyendo en el curso de la investigación, Marcos y Priscila mantenían un conflicto de larga data por la tenencia y las visitas de la hija que ambos tenían en común. De hecho, el personal trainer había recurrido a la Justicia para obtener un régimen de visitas que, según diversos testimonios, la madre de la niña no respetaba como debía. Ese conflicto se transformó en la principal hipótesis de la Fiscalía para construir la acusación contra los tres imputados.

Ese martes por la noche, Marcos había hecho planes con su novia para ir a cenar a casa de ella. Hacía allí se dirigía cuando salió de trabajo. Pero, a punto de tomar el colectivo, un Peugeot 208, que lo esperó durante 40 minutos en la esquina de Sucre y Mendoza, lo interceptó y, del lado del acompañante, descendió un hombre que, a punta de pistola, lo obligó a desviarse del camino y luego le disparó dos veces, ocasionándole la muerte.

La reconstrucción de esa secuencia se pudo hacer a partir de las cámaras de seguridad de la zona que, además, pudieron seguir el recorrido del vehículo que fue encontrado en una cochera de los padres de Caio S. quien, dos días después del crimen, fue detenido en Ezeiza cuando trataba de tomar un avión que lo llevaría a El Líbano. Además, su teléfono celular había impactado en una antena cercana a la escena del hecho a la hora en que fue cometido el crimen.

Para los investigadores, alrededor de las 23.30, luego de ejecutar el crimen, ambos recogieron a Priscila en su casa ella subió al auto y los tres se dirigieron a Villa Gobernador Gálvez, donde vivía Rodrigo P. y allí le hicieron entrega del dinero pactado previamente.

Meses después de su detención, S. se quebró y declaró que su intención había sido asustar a Guenchul para que dejara de molestar a Priscila y no matarlo. También aseguró que Rodrigo P. había sido su único cómplice y que la mujer era totalmente ajena a ese plan. Sin embargo, la teoría de la Fiscalía siempre apuntó a la joven como instigadora del crimen.