Este miércoles, en los Tribunales Federales de Rosario, comenzó el juicio oral y público a David Delfín Zacarías, su esposa e hijos y otros familiares allegados. El llamado «zar de las drogas» y su familia enfrenta un proceso por tráfico de estupefacientes, en el que también serán enjuiciados dos policías, un efectivo de la federal, José Luis «He‑Man» Dabat y el ex jefe de la Brigada Operativa de Drogas de la Policía de Santa Fe, Diego Comini.

El tribunal, compuesto por los jueces Ricardo Vázquez, Otmar Paulucci y Germán Sutter juzgará a los imputados que están acusados de integrar una banda que habría sido desbaratada en el año 2013, en el sonado operativo «Flipper». Dicho operativo fue dado a conocer por el entonces secretario de Seguridad de la Nación, Sergio Berni, quien dijo que se trataba de la «cocina de cocaína más grande del país».

En enero de 2014 el juez federal Carlos Vera Barros lo procesó como presunto jefe de la organización.  En tanto, sus familiares fueron considerados integrantes de la banda y su hermana y cuñado, encubridores.  También fueron procesados varios civiles.

Operativo Flipper

David Delfín Zacarías era dueño de una remisería en Granadero Baigorria. En  octubre de 2013, en medio de una gran cantidad de allanamientos, fue detenido, en un chalet ubicado en calle Las Achiras 2528, en Funes. Allí se secuestraron 300 kilos de pasta base y cocaína y unos 400 litros de químicos. Zacarías ya era investigado también por la Secretaría de Delitos Complejos de Santa Fe por el vertiginoso crecimiento de su patrimonio.

Los allanamientos, 14 en total, fueron realizados en Rosario, Capital Federal y el conurbano bonaerense. Durante los mismos, otras 13 personas fueron detenidas, entre ellos los familiares de Zacarías. Y se secuestraron 2000 litros de precursores químicos, 11 vehículos y dinero en efectivo.

La investigación había comenzado varios meses antes, a raíz de un tiroteo frente a un kiosco de venta de drogas en barrio La Cerámica, en el que fuer herida una nena de 13 años. El hecho derivó en la ira de los vecinos que destruyeron el búnker, cuya propietaria era una mujer identificada como Olga Beatriz «La Tata» Medina.

Durante la investigació surgió que el auto que usaba «La Tata», un Chevrolet Spark, cambió su titularidad a nombre de Zacarías, quien ya había estado preso en Coronda hasta el año 2005, cumpliendo una condena por narcotráfico. Fue en ese momento que el fiscal Juan Patricio Murray ordenó abrir la investigación en esa línea, porque presumió que esa transferencia se produjo por una dedua que la mujer tendría con Zacarías por la provisión de estupefacientes.