Por Florencia Vizzi

La desbaratada banda que comandaba Esteban Lindor Alvarado tenía una característica cada vez más frecuente en la narcocriminalidad organizada, su composición mixta. Es decir, contar entre sus miembros con un importante número de efectivos de las fuerzas de seguridad. Entre fines del año 2019 y lo que va de 2020, cuatro de esos policías, de distintas extracciones y rangos, firmaron juicios abreviados tras reconocer su participación en la organización. Y este miércoles, un quinto policía, Martín Javier Rey, un ex comisario de la entonces Policía de Investigaciones (ahora reconvertida en Agencia de Investigación Criminal), firmó un juicio abreviado en el que fue condenado a la pena de 3 años de prisión de cumplimiento efectivo e inhabilitación especial por 6 años.

Los fiscales de la Agencia de Criminalidad Organizada y Delitos Complejos, Matías Edery y Luis Schiappa Pietra le achacaron a Rey ser miembro de la organización liderada por Alvarado, incumplimento de los deberes de funcionario público y encubrimiento agravado. En la audiencia realizada en el Centro de Justicia Penal, el juez Ismael Manfrín homologó el procedimiento abreviado que los delegados del MPA acordaron con la defensa de Rey, en el cual reconoce ser el autor de diversas maniobras para desviar la investigación que involucraba a su jefe con el crimen del prestamista Lucio Maldonado.

El 13 de noviembre de 2018, el cuerpo del prestamista, con las manos atadas atrás y tres disparos (uno en la nuca), fue arrojado al costado del camino en la colectora sur de Circunvalación, a metros de Boulevard Oroño. Junto a él había un cartel que rezaba: «Con la mafia no se jode». A partir de múltiples pesquisas, los investigadores dieron con el lugar donde fue asesinado Maldonado, una propiedad de Estaban Alvarado ubicada en la zona de Piñero. Poco después, «el Esteban»  fue detenido en un country en Embalse Río Tercero y, en el instante de ser apresado, arrojó su Iphone 8 a un lago cercano. Ese teléfono pudo ser recuperado y fue la clave de la investigación que no sólo reveló gran parte de su actividad criminal, sino que era él quien en realidad estaba detrás de varios atentados contra el Poder Judicial que buscaba endilgarles a sus «archienemigos», Los Monos.

La mano del Rey

El peritaje sobre el teléfono recuperado en el lago arrojó resultados más que sorprendentes y reveló el plan original de Alvarado: achacarles a Los Monos el crimen de Lucio Maldonado. Para ello ideó una estrategia que incluyó organizar una serie de atentados y plantar pruebas en las escenas de los mismos para crear la conexión con la organización comandada por el «Guille» Cantero. Ese fue el rol de Martín Javier Rey, al igual que el de su hermano, David Marcelo Rey, recientemente condenado en un procedimiento similar.

Los fiscales Edery y Schiappa Pietra le atribuyeron tres hechos específicos. El primero de ellos fue tras el ataque a balazos contra la casa de una profesional que colaboraba con el Ministerio Público de la Acusación en la investigación del crimen de Maldonado. Para desviar la investigación, Alvarado pergeñó la maniobra para dar consistencia a su coartada: «Los Monos mataron a Lucio Maldonado y me ‘plantaron’ el cuerpo a mi». Para lograrlo, necesitaba relacionar a Rodrigo Ortigala, quien había sido cercano a él  y ahora colaboraba con la investigación. Fue así como realizó distintas tareas para identificar el auto que Ortigala utilizaba y armar uno de similares características para que participe en este hecho.Y la misión de Martín Rey fue introducir la patente de ese auto «similar», en los informes de la investigación, a sabiendas de que era una dato falso, para que pareciera que él había sido el autor del atentado.

El segundo hecho atribuido ocurrió el 22 de diciembre de 2018, cuando Rey informó a los fiscales a cargo de la investigación que Leandro Olivera, un hombre vinculado a Los Monos que se encontraba prófugo, estaba escondido junto a un grupo de colombianos en una casa en Pueblo Esther. Y que ellos eran los responsables de los atentados al Centro de Justicia Penal y a los Tribunales Provinciales ocurridos en diciembre de 2018. Esto también se hizo a sabiendas de que no era verdadero y con la intención de desviar la investigación hacia personas relacionadas con la familia Cantero.

El tercer delito que los fiscales le achacaron a Rey consiste en haber plantado un teléfono durante un allanamiento realizado  el 29 de abril de 2019 en calle Rivera 5280. Dicho teléfono contenía mensajes de texto falsos para orientar la investigación por el homicidio de Lucio Maldonado y los atentados al Poder Judicial hacia Rodrigo Ortigala y Leandro Olivera, hombre vinculado a Los Monos.

Así, Martín Javier Rey se conviritó en el quinto policía condenado por formar parte de la banda de Esteban Lindor Alvarado. Entre noviembre de 2019 y lo que va de 2020  firmaron procedimientos similares Pabo Báncora, Luis Quevertoque, Cristian Di Franco y David Marcelo Rey.