El ex suboficial de la Prefectura Naval Walter Vinader fue condenado hoy a la pena de prisión perpetua por el homicidio de la joven Araceli Ramos y la desaparición de la anciana Aída Amoroso, ambos casos registrados en 2013 en el partido bonaerense de Tres de Febrero.

El Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 4 de San Martín también ordenó extraer testimonios de pruebas surgidas en el debate para que la Justicia de San Isidro investigue la vinculación del condenado con el homicidio de una prostituta.

Se trata de Verónica Celeste Fernández (32), hallada asesinada en noviembre de 2012 en el paseo costero de Vicente López, de una manera similar a la de Araceli.

La audiencia comenzó minutos después de las 11 en la sala del entrepiso del edificio de Tribunales de San Martín, ubicado en Ricardo Balbín 1753 de esa localidad, luego de que dos efectivos del Servicio Penitenciario Bonaerense ingresaran a Vinader (41) con las manos esposadas.

El ex suboficial, con el cabello corto y despeinado, y vestido con una camisa rosa, un suéter beige con rayas horizontales y una campera verde oliva, se ubicó en un asiento detrás de sus defensores y se inclinó hacia adelante con la intención de evitar las cámaras fotográficas y televisivas de los medios de comunicación.

En silencio y con un gesto inexpresivo, Vinader escuchó cómo por unanimidad los jueces Mónica De Benedetto, Julio César Di Giorgio y Marcelo Machado lo condenaron como autor de una “privación ilegal de la libertad coactiva en concurso ideal con homicidio criminis causae” (matar para ocultar otro delito), en el caso de Araceli (19), y una “privación ilegal de la libertad coactiva agravada por ser la víctima mayor de 70 años”, por Amoroso (81).

Se trata de la misma pena que habían solicitado tanto los fiscales Norberto Farber y Andrea Andonaides como los abogados del particular damnificado, quienes afirmaron que todo fue un plan perpetrado por Vinader para vengarse de su ex mujer y de los policías que lo detuvieron en la localidad bonaerense de Suipacha, en el marco de una causa por extorsión por la que fue condenado.

En una breve consideración previa a la lectura de la sentencia, el juez Marcelo Machado explicó que dieron por probado que el 30 de septiembre de 2013 Vinader retuvo a Araceli en una vivienda de la calle Puán 3754 de Caseros, en Tres de Febrero, “con el objeto de obligarla a realizar una videofilmación” en la que pretendía incriminar a su ex pareja y a los dos policías por el crimen de Fernández.

“Está sumamente acreditado que fue forzada a realizar el video”, afirmó el juez, y agregó que el Tribunal consideraba que luego “la mató para ocultar la privación ilegal coactiva, la mató como medio para ocultar el delito cometido”.

El cadáver de Araceli fue encontrado 12 días después, el 11 de octubre de ese año, en un descampado ubicado en avenida Crovara y General Paz, en Villa Madero, partido de La Matanza, y la autopsia determinó que había sido estrangulada y golpeada.

La investigación en torno a la casa de la calle Puán permitió descubrir que la dueña, Amoroso, estaba desaparecida desde septiembre de 2013 y que a esa propiedad solía ir Vinader, quien así se transformó en el principal sospechoso.

Los magistrados consideraron que fueron “la codicia», «la venganza» y «la crueldad” los que motivaron la privación ilegítima de la libertad de Amoroso, a quien Vinader “sustrajo de su casa con el fin de obligarla a que nunca regrese para disponer de sus bienes».

“Se aprovechó de su estado de indefensión por su edad avanzada. Aída Amoroso no se marchó por su propia voluntad de su casa”, manifestó el juez respecto a la razón por la que creían que hizo hacer desaparecer a la anciana.

Al escuchar el fallo condenatorio, la madre de Araceli, llamada Criselda González, rompió en llanto y se fundió en un abrazo con los cerca de diez familiares y allegados que la acompañaron en la sala y con uno de sus abogados, Christian Poletti, al que alcanzó a decirle “lo logramos”.

Momentos más tarde, Criselda le dijo a la prensa que “la sensación” que tenía es que con la sentencia “se hizo justicia”: “Hoy mi hija levanta vuelo. Lo único que quiero es guardar mi luto y descansar. Son dos años y nueve meses sin poder dormir”.

“Se hizo justicia, sí, pero no tengo a mi hija para abrazarla, besarla, decirle que la extraño”, se lamentó la madre de Araceli, en tanto que su abogado, Víctor Varone, quien afirmó que la decisión del Tribunal le parecía “un fallo ejemplar”.

“Sabíamos que había una sola vía”, concluyó sobre la pena de prisión perpetua.