por Florencia Vizzi

Diego Demarre fue asesinado el 27 de mayo de 2013, frente a su esposa, en la puerta de su casa. Acababa de estacionar su camioneta Peugeot Partner blanco en boulevard Seguí y Maipú. Pero no llegó a bajar. Un auto Volkswagen Bora, también blanco, se le puso a la par y le descerrajó 5 disparos. Por ese crimen, se encuentran imputados Ariel Máximo Cantero, más conocido como “Guille”, como autor material, Andrés Fernández, alias el «Gitano», como partícipe necesario, y Leandro «Gordo» Vilches y Emanuel «Ema» Chamorro como partícipes secundarios. En la jornada número 28 del juicio a la presunta banda de Las Flores comenzó a dirimirse el crimen que acabó con la vida de Diego Demarre a plena luz del día, en la puerta de su casa.

El crimen

El “Tarta” Demarre, como todos los conocían, era el dueño del boliche Infinity Night, frente al cual, dos días antes, fue cosido a balazos Ariel “Pájaro” Cantero. Según los testimonios recogidos en esa época, el “Tarta” hacía ocho meses que no pisaba el boliche, desde que lo dejó a cargo de su socio Oscar “Piqui” Aguirre. Pero esa fatídica noche decidió ir a tomar unos tragos con unos amigos. No se sabrá nunca si fue la casualidad lo que le costó la vida.
Al día siguiente del homicidio del “Pajaro”, Demarre, acompañado por su esposa, se presentó voluntariamente en los Tribunales Provinciales de Rosario. Quería desligarse del crimen y calmar su miedo. Cuando salieron de Tribunales, sin que pudieran declarar, fueron directo a su casa, pero el “Tarta” nunca llegó a bajarse del auto.

Oscar Aguirre también fue asesinado casi un año después, en marzo de 2014, en la puerta de su casa. Fue testigo en la causa y su testimonio será incorporado por lectura.

La teoría de la Fiscalía apunta a que Demarre y su esposa habían sido vigilados desde su llegada al edificio de Tribunales, por Chamorro y Vilches. Y luego fueron perseguidos por ellos hasta Maipú y Seguí donde, supuestamente, “Guille” Cantero le habría disparado desde el vehículo manejado por Fernández.

«Ni una sola prueba»

“La Fiscalía vino a esta audiencia pretendiendo corregir su propio pasado y esa historia del acuerdo fracasado es necesario referirla someramente para que este Tribunal entienda la gravedad de la arbitrariedad de la acusación. Después de ese abreviado fracasado, no se incorporó ninguna prueba nueva ni ningún indicio nuevo que justificara una variación en la responsabilidad penal de Ariel Máximo Cantero”. Así atacó de lleno el abogado Carlos Varela, quien abrió la ronda de alegatos que luego continuaron Fausto Yrure, Gabriel Navas e Ignacio Carbone.

«Siete años de prisión fue el monto que la Fiscalía propuso a estos defensores hace un tiempo atrás», comenzó Varela, y continuó «siete años de prisión para mi ahijado procesal en abierta contradicción con el desmesurado pedido de veinticuatro años que pretende legitimar ahora”, reprochó el letrado refiriéndose al fracasado juicio abreviado que se firmó para todos los integrantes de la banda pero que luego la Cámara no convalidó para gran parte de ellos.

“La Fiscalía ayer no más, desde la más alta instancia, desde la Procuración y desde la Fiscalía de Cámara y de Grado, nos llamó a los defensores ofreciéndoles la solución de una salida abreviada que implicaría ventajas para ambas partes. Buscaba lograr la cooptación de esta defensa y después de muchos días de esfuerzo pudimos lograr el convencimiento de nuestro ahijado procesal que rechazaba de plano la posibilidad de un acuerdo”, relató el letrado, que atacó directamente por el frente político.

Varela remarcó una y otra vez que desde el fracaso del abreviado, la Fiscalía no sumó ni una sola evidencia nueva que supusiera el cambio de pedido de pena de siete a veinticuatro años.

“El señor Cantero no estaba en los hechos que determinó la muerte de Demarre, y ahora sin evidencia nueva ni prueba nueva incorporada, va a pretender convencer al Tribunal tratando de lograr una pena en una tesis que lo tiene al señor Cantero con una pistola humeante en sus manos. Es esa contradicción la que vuelve inviable la hipótesis de la Fiscalía que pretende, con el mismo material probatorio, una pena cuatro veces mayor, la que aborta cualquier posibilidad de la pretendida sentencia. Porque, pese a la Fiscalía, en la hipótesis más negativa, nunca se podrá ir más allá de una duda razonable”, sentenció el letrado.

En cuanto a “Guille” Cantero, Fausto Yrure enfatizó que quedará demostrado que nunca tuvo un Volkswagen Bora blanco y que nunca tuvo vinculación con ese rodado”. “El fiscal dijo que en la filmación que se captó en el domicilio de Demarre se alcanza a ver la fisonomía de una cara que va de acompañante que para él esa cara es la misma que se ve en el Heca y según él es Guille Cantero. Dice que lógicamente no se ve bien y no se puede mejorar la imagen, pero que si hubiera sido de otro modo el juicio no tendría sentido. Por el contrario el juicio tiene sentido porque no existe la más mínima certeza que sea como dice el fiscal”.

Yrure también ser refirió a las supuestas escuchas que hay de Ariel Máximo Cantero hablando del crimen. “No existe una sola escucha . Obviamente el fiscal dijo que se lo escuchaba festejar el homicidio de Demarre, pero no existe ninguna escucha en la que festeje nada”.

El abogado recordó que Guille Cantero, a la misma hora en que mataban al “Tarta” Demarre se encontraba en su domicilio, dónde era velado su hermano, Claudio Ariel “Pájaro” Cantero. “Esto va a ser demostrado fehacientemente», afirmó, «por lo tanto estaba en un velorio, no tenía nada que festejar”.

En cuanto a sus otros defendidos, Leandro Vilches y Emanuel Chamorro remarcó: “no son autores, ni coautores, ni primarios, ni secundarios. No hicieron nada y eso se va a ver en este proceso. Cuando ocurría el homicidio de Demarre estaban en dos lugares distintos, no tuvieron ninguna intervención».

Los alegatos dejaron en claro la coincidencia de los defensores en la falta de pruebas contra sus defendidos.

En relación a Andrés Fernández, el defensor Gabriel Navas recordó que no forma parte de la asociación ilícita, y señaló que la Fiscalía pretende que se lo condene sin “una sola prueba lapidaria y contundente”.

“Lo único que se puede decir de Fernández es que la noche de la muerte de Cantero concurrió al Heca, y por esa desgraciada visita lo asocian al crimen. Eso no es un delito, me anticipo, mi defendido jamas participó del hecho como pretende la Fiscalía, jamás condujo el Bora blanco, y jamás se contactó con los dos imputados Vilches y Chamorro. No existe ni una sola prueba de lo afirmado por el fiscal, no existe una sola prueba de que Fernández haya perseguido ni dado caza a ese automóvil”.