Por Alejandra Ojeda Garnero

En el último tramo del extenso juicio por la muerte de Franco Casco, el joven de Florencio Varela que llegó a Rosario en septiembre de 2014, el 6 de octubre se fue de la casa de su tía y no se supo nada de su paradero hasta el 30 de octubre cuando su cuerpo fue hallado en las aguas del río Paraná, comenzó su alegato de clausura el defensor oficial Martín Gesino, quien inició su exposición con la frase «es más fácil creer que pensar». Los acusadores «no han probado ninguno de los extremos de la acusación», expresó. Además, lamentó que la familia de Franco Casco «no tendrá una respuesta» sobre lo ocurrido con el joven. Aseguró que «quedó probado la inexistencia del hecho y la inocencia de mis asistidos».

En esta primera parte el defensor oficial se centró en puntos clave de la acusación en diez puntos que desmenuzó detalladamente, porque “hay que ver los detalles”, dijo al criticar “la velocidad” con que la acusación formuló el caso sin tener en cuenta “los detalles”, que básicamente tienen que ver con “quiénes, cómo, cuándo, con qué medios y con qué red de complicidades tenían que contar los acusados” para llevar adelante el supuesto plan macabro para asesinar a un joven que no conocían y sin ningún motivo”.

Enumeró la cantidad de irregularidades que ocurrieron a lo largo del proceso, los pedidos de pericias que les fueron negadas, la sistemática negativa de los acusadores para mostrar pruebas o realizar nuevas, el ocultamiento y desaparición de algunas pruebas, la falta de convocatoria a testigos que podían ser claves para echar luz sobre la investigación. Además, demostró con prueba científica y pericias concretas la cantidad de mentiras que se expusieron en los alegatos de las partes acusadoras, algunas rozando el ridículo.

Gesino representa a nueve de los acusados por los delitos de “desaparición forzada de persona agravado por la muerte de la víctima, e imposición de torturas a persona privada de su libertad seguida de muerte. Cecilia Contino, Walter Benítez, Fernando Blanco, Rocío Hernández, Marcelo Guerrero, Ramón Juárez, Romina Díaz, para quienes la Fiscalía pidió penas de prisión perpetua e inhabilitación perpetua, por su participación en calidad de autores. A Rodolfo Murúa, acusado como partícipe secundario, para quien se pidió una pena de 14 años y 10 meses e inhabilitación por el mismo plazo. Y a Pablo Siscaro, de Asuntos Internos acusado de encubrimiento y con un pedido de pena de 5 años y 10 meses de prisión. Para Walter Ortíz la Fiscalía pidió la absolución.

El defensor comenzó su alegato con una frase que sintetiza lo que fue esta causa a lo largo de los más de ocho años transcurridos, además de una «construcción narrativa» como afirmaron otros defensores, lo que generó en la sociedad y en los distintos medios de comunicación que no hicieron otra cosa que repetir una teoría solo basada en una convicción ideológica, y sin ningún tipo de pruebas a la vista, es por ello que la frase de Gesino resume claramente lo que se produjo en la opinión pública, casi como una cuestión de fe: «Es mucho más fácil creer que pensar». Porque «pensar exige razonamiento crítico, y ahora vamos a criticar la etapa probatoria».

«Los objetivos de este alegato son dos: primero demostrar que no se ha probado ninguno de los extremos que hacen a la imputación del hecho, nada ha sido probado; con esto sencillamente podría terminar mi alegato porque es responsabilidad de las acusaciones probar la imputación y si no lo han logrado se terminó el caso, absolución y fin. Sin embargo, quedaría Ramón y su familia sin ningún tipo de respuesta. Y eso es algo particularmente importante para la defensa pública oficial. Por eso es que además de demostrar que las acusaciones no han probado sus extremos, también nosotros vamos a probar la inexistencia del hecho y la inocencia de mis asistidos», comenzó el defensor.

Como es sabido, «Franco Ezequiel Casco se fue el día 6 de octubre de la casa de su tía, ubicada en Garzón bis al 1300 del barrio Empalme Graneros. Fue visto por sus primitos, sobrinos de Roque María Casco, dirigiéndose por Garzón hacia Génova y nada más se supo de él hasta que el día 30 de octubre su cuerpo apareció flotando en el km 418 del Río Paraná», indicó Gesino.

«La historia de lo que ocurrió entre las últimas horas del día 6 y el día 10 o quien sabe el 15, es el desafío más maravilloso que le puede tocar a un abogado a lo largo de su carrera. Que es probar con las herramientas que el derecho pone a nuestro alcance, en contra de una historia oficial, la historia que un Estado quiere imponerle», aseguró.

Una cuestión de fe 

«Para ello contamos con diferentes herramientas, de un lado las de la defensa, nos basamos en hechos, en pruebas y el derecho; del otro lado las acusaciones no tienen hechos, tienen conjeturas, ocho conjeturas para ser exactos. No utilizan pruebas, se valen de argumentos falseables y como se verá falseados, a través de prueba y de una serie de circunstancias intangibles», manifestó el defensor.

Con este panorama, refirió Gesino, «vamos a ver por qué, nosotros si tenemos que recurrir a estos elementos. Porque nuestra legislación contempla las formas de razonar.

Uno puede tener una idea, cualquiera, del mundo de la física, del derecho, de lo que sea, de que la tierra es plana, o que a Franco lo mató la policía. Esa idea no puede quedar solo en idea. Creamos un soporte probatorio, intuitivo, entonces lo que tenemos es una hipótesis, pero qué pasa cuando mi hipótesis no resiste la parte probatoria de otros medios de prueba. Vuelve para atrás. Pero según el conocimiento científico, si nos vamos robusteciendo en pruebas lo que tenemos es una teoría. Un caso, en derecho penal», explicó.

«Pero que pasa cuando mi idea originaria persiste, la someto a pruebas y contrapruebas y fracasa, pero insisto. Entonces lo que tengo ni siquiera es una idea, es un dogma, igual que en las iglesias y los templos. Para quien cree no hace falta prueba, para quien cree cualquier prueba es una herejía. La administración de justicia históricamente ha sabido tratar a los herejes, no puedo dejar de mencionar la situación de Galileo Galilei y su herejía, prisión perpetua; Giordano Bruno su otra herejía el sol es una estrella más del universo, murió en la hoguera. El derecho penal hace lo mismo, las ideas herejes son castigadas con procesos penales y contra eso tenemos que luchar», afirmó Gesino.

Luego manifestó que «llega el momento de ver el desarrollo de esta idea y mencionar cuales son específicamente las afirmaciones conjeturales sobre las que trabajó la acusación, desarrolladas a lo largo de estos casi 9 años», y enumeró: «una supuesta detención el día 6, torturas, posterior homicidio, remoción y traslado del cuerpo, el fondeo del mismo; en una segunda etapa el desvió de las investigaciones, todo un historial de violencia del personal de la comisaría séptima, y la negativa de brindar información, tanto a la familia como al Estado, y un dato no menos importante como la verdadera llegada de Ramon Casco a la ciudad de Rosario», enumeró el defensor.

Dos teorías acusatorias 

Sabemos que desde el inicio existieron dos teorías del caso. “La de la acusación, inventada y la real que sostienen los policías y fue probada a lo largo de este juicio”. Sin embargo, al final del debate, apareció una nueva teoría acusatoria, porque fue modificada por la Fiscalía, en cambio las querellas se mantuvieron en la inicial. “Se pudo vislumbrar en los alegatos de clausura cuando el fiscal introdujo otros elementos”. «Hemos trabajado con una versión clásica durante ocho años, al menos, que implicaba lo que todos conocimos a través de los requerimientos de elevación a juicio, hasta el momento del alegato fiscal, donde todo cambió, pero los tres aspectos esenciales de lo que es una acusación: circunstancia de tiempo, modo y lugar», lo que consideró como algo sorpresivo, pero «le daremos respuesta a las dos teorías», aseguró.

Así comenzó con las respuestas, a la versión uno la denominó «clásica y por todos» y la «versión dos donde ya no es el horario del requerimiento de elevación a juicio, sino que es otro horario más tardío, no es el lugar» como decía la primera acusación sino es «cercanías de la terminal de ómnibus» y «tampoco se sabe quiénes serían los autores».

A qué hora se fue Franco 

“Para dar precisión a la información que recibimos a lo largo de los alegatos, tenemos que llegar a un acuerdo en elementos fácticos , por ejemplo el horario de salida de Franco de la casa de su tía», pero en ese aspecto «tenemos ocho versiones», dijo el defensor: «A las 17.15 nos dijo su primo Retamar en la audiencia del 17 de febrero de 2022; 17.30 el mismo Retamar a fojas 1543; 18 horas dijo la tía Roque María Casco a fojas 226; Retamar nuevamente en foja 1543 nos dio una cierta precisión que nos puede servir como referencia concreta, que es el inicio del partido entre Rosario Central y Lanús, consultada la página oficial del club, comenzó 18.14 horas». En tanto, «podemos establecer que, hasta las 19 horas, un dato repetido varias veces por Roque Casco a fojas 38 y Elsa Godoy a foja 548, de modo que podemos establecer entre las 18.14 y las 19 como el horario probable de partida de Franco».

Pero eso no es todo, «hay más horarios, Ramón fija a las ocho, que es cuando su hermana Roque le avisa; ocho y media Retamar lo dijo en audiencia, porque hacía referencia a otro partido. Y 21.32 cuando Ramón recibe el SMS de su hermana. Esto nos lleva a hacer un cálculo, una representación de los probables caminos desde Génova y Garzón hasta la estación Rosario Norte. Hay dos opciones, caminar directamente o caminar siguiendo la línea de colectivo 110, el mismo que a la mañana habían tomado para ir a la estación». La recreación genera el tiempo estimado para realizar esa caminata, «sumados los tramos tenemos entre una hora, nueve minutos y una hora, veintidós minutos». «Tomando en cuenta que el horario de salida estaría entre las 18.14 y 19 horas, llegaría a la zona de la estación de trenes, entre las 19.23 o las 20.22, esto tiene implicancias importantísimas. La más importante es cuánto de todo ese recorrido corresponde a la comisaria séptima. Cuanto tiempo puede llevar trasladarse, Google indica que el tramo entre las vías del ferrocarril El Nuevo Central y la estación hay 350 metros, caminando son aproximadamente cinco minutos, solo 350 metros de superposición entre el camino de Franco Casco y la jurisdicción de la comisaría séptima».

Movimiento de los móviles 

Aunque parezcan datos menores, no lo son, entonces, el defensor continuó desmenuzando los detalles, «y se preguntó ¿en ese horario qué móviles había? ¿dónde estaban?». Allí mostró «las líneas de tiempo que representan la información de GPS de los móviles, con sus movimientos y horarios».

Siempre siguiendo el análisis de la detención de Franco el día 6, el defensor detalló el movimiento de los móviles para demostrar que los hechos no ocurrieron como lo describieron los acusadores, entonces explicó que «la primera salida del móvil 4387 no pudo ser -el que lo detuvo- porque de 18.04 a 18.19, en el mejor de los casos Franco llevaba cuatro minutos caminando». Luego explicó la segunda salida del móvil 4387, que fue «aquella famosa del incidente del colectivo 110, mucho menos aún la salida 3, o la salida única del 5667, no coinciden los horarios con la pretensión de las acusaciones, y esto tiene que ver no solamente con el tiempo que habría llevado caminar sino la falta de coincidencia con los recorridos de los móviles».

Teniendo esto en claro, probado y graficado con los registros de GPS de los móviles, viene otra pregunta ¿por qué estamos hablando del día 6?, ¿de dónde sale en la detención el día 6? ¿cuándo llega esa información al expediente? nadie la buscó, todos asumimos que fue el día 6″, afirmó el defensor, pero volvió sobre sus pasos y aclaró, «llegó a -la justicia- federal mucho tiempo después, era cuestión de investigar, en base a la cronología que fue lo que pasó. Pero además de cómo llega, es saber de la mano de quien llega. Eso es lo importante», afirmó Gesino.

Fecha de detención

«El 29 de octubre, una nota de Procuvin firmada por Ganon (foja 43) donde supuestamente Elsa dice: ‘el día 8 el papá de Franco, Ramón Casco se vino hasta Rosario, y de casualidad entró a la comisaria séptima con una foto de su hijo, uno de los policías quien le dijo que él lo había detenido el 6 de octubre», refirió Gesino para contar cómo se introdujo como fecha de detención el día 6 de octubre de 2014.

Pero no fue la única, «el 31 de octubre el Dr. Abel Córdoba, también fiscal, dijo: ‘sé que al día siguiente el 8 de octubre el padre de Franco llegó a Rosario, ingresó a la comisaria y el policía le comentó que esa persona había sido detenida el 6 de octubre, pero esto lo dice Abel Córdoba». Y continúa el defensor «un mes después, el 25 de noviembre de 2014 declara Ramon Casco, en presencia del Dr. Ganon y la Dra. Lucía Masneri (ambos del Servicio Público Provincia de Defensa Penal), de la cual sacamos dos cuestiones de suma trascendencia: la primera afirmación ‘me dijeron que lo habían detenido el 6 a la noche’, ahora tenemos a Ramon en persona haciendo esta declaración, pero en el mismo párrafo más arriba, Ramón dice ‘el 8 vine a Rosario en colectivo, a las diez fui a averiguar a la estación de trenes Rosario Norte, fuimos a la comisaria séptima, porque era la más cercana a la estación y el único que salió a atendernos era un policía de civil, me identifique como el padre de Franco Casco, el policía dijo que no lo conocía y no sabía nada de él, en eso una mujer contesta, no será el de ayer, el que no hablaba. Misma declaración, mismo declarante», aclaró el defensor. Y continuó con la información que los policías le brindaron a Ramón: «detuvieron una persona que se había presentado como Franco Godoy, yo le expliqué que era Casco no Godoy», dijo Ramón en su declaración, «yo no sabía por qué se había presentado con ese apellido».

Claramente, Ramón reconoce en su relato que había llegado el 8 de octubre, por lo tanto «el que detuvimos ayer» que comentó la policía, se refería «al día 7 y no al 6». ES un dato que no se puede pasar por alto, porque Ramón ese mismo día sabía que su hijo había estado allí y con su apellido materno.

Declaraciones de Ramón Casco 

Posteriormente, se explayó sobre las declaraciones de Ramón Casco al cuestionar que varió según los momentos y frente a quien declaraba el padre de Franco. Entonces, «aparece una nueva versión sobre el día 6, es muy necesario que haya sido el 6 para sostener la hipótesis acusatoria. Por eso vuelve la Dra. Bruera en representación de Ramón». Esta versión escrita aparece con muchos agregados que no surgen del relato previo de Ramon, son agregados, como «el policía que estaba vestido de civil me dijo que había estado detenido un joven llamado Franco Godoy, por atentado y resistencia a la autoridad, además me dijo que lo habían llevado la noche del 6 de octubre, pero no es esto lo que dijo antes, nuevamente agregados externos que modifican la plataforma» del caso, «y que había sido liberado el 7 a la noche».

Otra declaración de Ramon que generó confusión fue en sede de la justicia federal y se replicó en la audiencia, «fue muy bien zanjado por el propio Ramon al declarar, cuando dijo ‘me atendió una chica policía y no recuerdo bien si dijo ‘no será el que trajimos anoche’ o no será el que largamos anoche’; entonces cualquiera de las afirmaciones se refiere al día 7, pero Ramón no estuvo el 8 en Rosario». El defensor exhibió el video de la declaración de Ramón en audiencia de este debate y cuando el juez Paulucci le pregunta si fue el que trajimos o el que largamos anoche, Ramón responde sin dudar ‘el que largamos anoche’ pese a como lo presentó el fiscal en su alegato», remarcó Gesino.

Torturas

El defensor pone en discusión todo lo que refiere a la autoría y rastros. La acusación se basa en tres elementos para afirmar la existencia de torturas: las declaraciones de algunos presos, declaración del personal de Derechos Humanos, y la afirmación de la perita Creimer.

Sobre la declaración de los presos que se encontraban en la comisaría séptima en el momento de los supuestos hechos, aclaró «no todos los presos» dijeron lo mismo, «algunos dijeron que vieron o escucharon, vamos a contraponer sus propias declaraciones y vamos a ver la poca credibilidad» de los testigos y «vamos a hablar de fechas». Por otro lado, dijo: «presos que no dieron cuenta de ninguno de estos sucesos, y resultaron creíbles. Sin embargo, fueron invisibilizados, nadie les prestó atención, declararon, se fueron y nunca más fueron rescatados de esas audiencias».

Sobre los aportes de la Dra. Creimer, quien ensayó varias teorías sobre la causa de muerte, montó un show en plena audiencia tomando a un asistente para mostrar la toma mata león, primero dijo que murió ahogado, luego que lo tiraron sin vida al agua, y si no eran esas dos opciones podría ser el ahogamiento en los tanques de agua de la comisaría y por eso no había diatomeas, y lo más descabellado fue cuando aseguró que debido a las movilizaciones en la puerta de la comisaría, los propios policías se tiraron al fondo del río Paraná, donde lo habían «fondeado», para cortar las sogas y que el cuerpo salga a la superficie. «Desde el punto de vista médico no hizo ningún aporte respecto a la tortura. Dio un concepto personal, válido o no, no en un juicio donde fue citada en calidad de perito médica».

«Tenemos que hablar también de quienes estaban la noche del 6, de mis asistidos estaban presente Romina Díaz, y también Zorzoli y Álvarez. Esto nos da cuenta de la línea de tiempo donde están plasmadas las presencias, y una línea adicional que contiene la información del libro de guardia de esos días, para verificar el horario y punto de ingreso y salida, en el caso que fueron asentados esos datos. Caso como Contino que no se asentó la salida tenemos que probarlo por otros medios. Estaban ausentes el 6 a la noche Contino, Blanco y Benítez, cumpliendo otras funciones o descansando».

Rastros de torturas 

Por otra parte, «lo más importante desde el punto de vista pericial, es la total ausencia de rastros de alguna injuria física perimortem», Pero «si nos atenemos a los relatos de algunos testigos y la brutalidad con la que han descripto la serie de palizas, no puede ser que no queden marcas. Hay injurias previas, como la dentadura, fisuras o micro fisuras en las tabillas dentales, y en las costillas quinta y sexta. Serán explicadas con más detalles cuando aborde la etapa medica». De todos modos, el defensor adelantó que «las tres autopsias dan cuenta de la total ausencia de este tipo de lesiones atribuibles a una tortura».

Pericia odontológica

El defensor exhibió las imágenes de la dentadura de Franco en el momento del hallazgo del cuerpo en la explanada de Prefectura y la primera foto tomada en la sala de autopsia. En ambas se observa que solo faltan dos piezas dentales, los incisivos centrales superiores, aunque en todo el debate se habló de la falta de tres dientes. También fueron cuestionados y procesados los odontólogos que participaron de la pericia, aunque ese tema ya fue resuelto. «La primera es una imagen de la autopsia donde se advierte con total claridad que los faltantes son dos piezas dentales. Aunque durante estos nueve años se aludió al faltante de tres piezas dentales. Entonces vamos a lo que denominamos la foto cero, es la que se obtuvo en el momento del hallazgo del cadáver, con una sección ampliada donde se observa que faltan dos piezas dentales». Gesino aclaró que «pedimos una pericia para darle nombre científico a esos dientes, pero nos fue rechazada».

Costillas rotas

También se refirió a las costillas quinta y sexta que también pretendió utilizarse como prueba de la supuesta tortura. «La Morgue del Cuerpo Médico Forense de Capital Federal, hizo la pericia radiológica, que dice: costillas identificadas como quinta y sexta del lado izquierdo presentan fracturas e irregularidad de los extremos fracturarios, compatibles con fenómenos óseos reparativos, como se ve en lesiones ante mortem, lo que indica acción reparativa, también prolongación y calcificación del periostio como comienzo de cayo óseo, fracturas con signos reparativos de un periodo entre 7 y 14 días antes de la muerte. El mismo período de evolución que las canastillas óseas de los dientes. Esto significa que, si tenemos en cuenta la fecha en que Franco vino a Rosario, que, al momento de emprender su viaje a nuestra ciudad, estas lesiones ya existían y estaban reparándose». De todos modos, afirmó Gesino, «se insiste en las torturas y en la muerte como causa de las torturas. En la teoría de un homicidio o un asesinato».

Resultado muerte

«El resultado muerte de las torturas o la desaparición con resultado muerte da lo mismo. En definitiva, la imputación es por la desaparición forzada, con resultado muerte, pero también torturas. A cualquiera de las dos o a una tercera imputación que le quieran atribuir siempre el resultado muerte tiene que obedecer a una serie de razones», relató el defensor. En cambio, «para hablar de asesinato, se necesita por lo menos un autor, un arma o un mecanismo. Durante casi nueve años las acusaciones trabajaron sobre un golpe, de puño, de patadas, contra la pared, del silencio final. Pero en el alegato la Fiscalía cambió la mecánica y utilizo la puesta en escena que hizo la perito Creimer de una compresión extrínseca antebraquial, una muerte por asfixia seca, sin ningún tipo de arraigo probatorio. Nos cambió la mecánica, añadió una nueva, y no entiendo por qué si el resto de las querellas continúan con la teoría del golpe, adhirieron a la hipótesis fiscal. Menudo problema le regala al tribunal. No sé cómo van a salir de esta.    Así plantean un asesinato, pero lo que tenemos es una persona muerta. Porque medicamente no se demostró que tenga alguna injuria médica que le haya causado la muerte, salvo las afirmaciones dogmáticas». Y agregó «el dogma no necesita prueba, para quien cree no es necesario la prueba».

No solo hay que creer, se debe probar en juicio 

«Tampoco hay relación causal entre la supuesta arma o el supuesto mecanismo de muerte y la muerte. Tampoco hay un motivo, dolo, lo maté por equis motivo, ninguno. Otro puede ser, no quise, pero se me fue la mano, nada», y acto seguido se preguntó ¿cómo siguen todavía con esta teoría y llegan al final de un juicio sosteniendo esto? La respuesta es muy sencilla. La figura penal ‘desaparición forzada’ entonces ya no necesita un autor, ya tiene treinta, tiene toda una comisaría. Esta figura le soluciona todo, la falta de prueba se soluciona con un tipo legal. No necesita muchos datos, tiene un cadáver, alcanza y sobra. Tampoco necesita un motivo, ni siquiera necesita un dolo especifico, pero le faltó el elemento esencial en la figura, que es la aquiescencia estatal entendida como la imposibilidad de la víctima o de los familiares de la persona de acudir a la justicia. Tuvimos sobradas pruebas de que acudieron desde el primer momento y recibieron asesoramiento, equivocado a mi modo de ver, en la actuación del Dr. Ganon desde el inicio de la causa. Sin embargo, continuamos a pesar de todas estas carencias, con la teoría de un homicidio», explicó el defensor al referirse puntualmente a la figura penal que se les atribuye a los acusados.

Tortura, muerte y desaparición… sin pruebas 

En este punto el defensor analizó la total ausencia de pruebas por parte de la acusación para sostener que Franco Casco fue asesinado bajo tortura, y arrojado al río Paraná, más precisamente «fondeado», pero en ocho años de investigación y más de un año y medio de juicio, no lograron explicar, quién, cómo, dónde y en qué hicieron lo que les reprochan a los policías acusados. «Tenemos otra etapa, la remoción, el traslado, el fondeo, sobre eso no nos dieron nada. Silencio absoluto, un blanco total de las acusaciones, respecto de estos extremos sustanciales de aquello por lo que pidieron 14 perpetuas. Corte de luz dijo el detenido N., y eso es todo lo que habría facilitado en esa hipótesis sacar un cuerpo. Pura creación de la Fiscalía. Del traslado, silencio absoluto, nadie explicó cómo, cuándo, en qué medio, nada. Y el fondeo, solo sostenido en la actualidad por las querellas».

Pero aquí «tenemos la teoría de las cuerdas de la Dra. Creimer», recordó el defensor, «modificada», y agregó «una teoría que requiere de muchas complicidades, a medida que vamos avanzando nos damos cuenta que las acusaciones necesitan una enorme lista de complicidades, más o menos de manera cronológica están expuestas, estas instituciones o personas necesitaban haber prestado su apoyo o colaboración para que el postulado de la acusación pudiera fructificar”, remarcó Gesino.

Por otra parte, «la querella sobre el final advirtió un dato que era del todo evidente el día que declaró la perito Creimer», explicó el defensor y exhibió un video donde la médica se refiere al «fondeo», en el cual Gesino le pregunta: «nos dijo que había restos de maceración en las cuerdas, ¿vio los restos? ¿los analizó?», y la perita respondió «los analicé a través de las fotografías», dijo Creimer. «La opción a no tener respuesta, la respuesta es inventada. ¿Los analizó a través de las fotografías? A esta distancia, -señaló el lugar donde se ubican los testigos y la pantalla donde se proyectan las imágenes durante el debate-, pero lo que no se dio cuenta y que todos nos dimos cuenta es que solo podía haber restos de maceración eventualmente en las cuerdas que estaban en contacto con la piel, no en la que estaba sobre la prenda, sin embargo, no hizo ninguna diferencia». Este punto fue advertido por la querella, y «rápidamente corrigió la teoría de cuerdas a una modificación, entonces solo uno de los cabos fue utilizado. y aun en esa situación sigue requiriendo que desaparezcan del expediente Arellano y Del Valle los testigos civiles del hallazgo» que oportunamente declararon que todo el tiempo veían el rescate de cuerpos del río y que el personal de Prefectura usaba sogas. Del mismo modo el personal de Prefectura que rescató el cuerpo de Franco, y dijo que lo trajeron con los cabos. «En las fotos se observa claramente que son lazos y que está suelto», mencionó el fiscal para derribar la teoría de fondeo del cuerpo que tanto repitieron las acusaciones.

Para demostrar que estas maniobras de rescate con sogas son habituales, el defensor exhibió fotos de otros rescates de cuerpos de las aguas del río Paraná y absolutamente todos fueron realizados con cabos.

Desvío de investigación y encubrimiento de rastros

«Mi pregunta es qué investigación y cuáles rastros. En el requerimiento de elevación a juicio presentado por el Dr. Lega de ahí la importancia de las fechas, hay detalles pasados por alto por la acusación, pero la defensa tiene que usar su lupa e invitar a ver los detalles que constituyen la verdad», afirmó Gesino.

«El fiscal Lega dijo: lo antes expuesto hace suponer que tras la visita del padre de Franco a la comisaría séptima se vieron obligados a formalizar su detención y confeccionar e inventar rápida y desorganizadamente sumario policial», esto se debe a que «el fiscal Lega dio por sentado que Ramon había estado el mismo día 7 en Rosario preguntando por su hijo, y eso le daba pie a que se formulara una investigación falsa para encubrir lo que había pasado. Pero estaba equivocado porque el papá no vino el día 7, vino el 8 pero necesitaban de esta afirmación para que todo lo demás cobrara algún sentido, sino porque alguien se va a poner a inventar un sumario de algo que simplemente vasta con negar, ilógico, anti intuitivo», explicó el defensor.

Sobre los rastros, aseguró que «no hay nada, no hay ADN en la jaulita, ni en los móviles, no hay sangre», aseguró.

Asientos en el libro de guardia

El libro de memorándum de guardia estuvo en el ojo de la tormenta a lo largo de todos estos años, «ponen una lupa muy sagaz sobre los errores», dijo el defensor, pero aclaró que «si alguien falsifica algo, va a poner el mejor de sus empeños, los libros están todos fotografiados, la redacción, el estilo, las letras, los errores, los sobre impresos arriba del liquid paper son históricos desde el libro 12 y hasta el 19, histórica y repetidamente hay errores», explicó y agregó que «se hacía de esa manera, se usan borradores. Un ejemplo es que esta secretaría no confeccionó un acta de debate, hay un borrador. Pero hay que tener cuidado cuando se pone la lupa sobre el error ajeno, no sea cosa que estemos tirando piedras sin estar libres de pecado», aseguró.

Para dar ejemplos concretos de los errores que pueden presentarse en distintos escritos, tomó al propio expediente de la causa, donde «en el legajo de prueba aportado por fiscalía, podemos advertir diferentes situaciones. Para diciembre de 2021 se nos aportó una notificación fechada en diciembre de 2022 en la ciudad de La Plata, sin embargo, así como vino fue aportada al expediente. A fojas 525 en realidad corresponde a la causa Alvarado Esteban Lindor esto hay que sacarlo del legajo de prueba y mandarlo al expediente donde realmente va. También encontramos errores de fechas, aquí se hizo mucho hincapié en el acta de derechos de libertad y que contenía dos fechas, se explicó que es un modelo, siempre están sujetos a este tipo de errores. A fojas 5775, del expediente y nos encontramos que juez y secretario firman en la misma hoja con dos fechas, 15 de mayo del 2019 y 14 de febrero de 2019, errores, son modelos, no se actualizó y se imprimió como estaba. En el mismo expediente, mismo juez diferente secretario, fechado 27 de noviembre de 2017 y 27 de diciembre de 2019. Ah, pero la policía. Así hay infinidad de errores».

No estaba muerto

Quedan interrogantes que no fueron contestados. «Nunca pudieron explicar tres extremos, si Franco ya estaba muerto la noche del 6, como hicieron el día 7 para conseguir tres datos. El apellido Godoy de dónde lo sacaron, para supuestamente insertarlo en las actuaciones, ¿del DNI? No sabemos si lo tenía, pero si lo tenía, no figura el apellido materno en esa edición del DNI. 3735, como altura catastral de la calle 12, de donde podía salir. O acaso tuvieron la previsión del día 6 antes de matarlo, hacerle algunas preguntas que iban a ser guardadas durante los años que durara el juicio para recién en el alegato decir lo encontré. ¿Parece eso razonable?, se preguntó. Y explicó, 37 y 35 son las calles entre las cuales se encuentra la calle 12 al 1800 de Florencio Varela, pero la persona única conocedora de ese dato ya estaba muerta, como pudieron saberlo», se preguntó el defensor.

Otro punto fue el recorrido que hicieron con Franco para que ubique la casa de su familia, y no logró hacerlo. «Si lo llevaron en uno de los móviles el día 7 a recorrer la jurisdicción para ver si se orientaba, con las referencias de vías de tren, por eso la línea es hacia el norte siguiendo la línea del Nuevo Central. No pudo orientarse para encontrar la casa de la tía, tampoco lo sabían los policías, de hecho, no quedaba en la jurisdicción de la comisaría séptima sino en la 20°. Cómo entonces podían enviar una persona, Salinas dijo el fiscal, con la misma ropa y demás, a un lugar que no conocían y tampoco podían conocer porque supuestamente ya estaba muerto, y sin embargo todo el derrotero».

Cámaras de seguridad

«Todas las imágenes de las cámaras llevan un derrotero similar al camino empleado para venir de la casa con lo cual es lógico, un regreso hacia la casa de la tía. Cómo podían saberlo los policías, si ya estaba muerto. Ninguna de estas tres respuestas pudo ser aportada», remarcó el defensor.

Sobre el desvío de la investigación

Si todo ocurrió como dice la acusación, y no había ningún registro del paso de Franco por la comisaría, bastaba negar lo ocurrido. «La pregunta obligatoria es ¿por qué auto incriminarse a través de actuaciones. Además, ante la ausencia de sangre, de ADN, de rastros, por qué uno solo se va a meter, requiriendo de la complicidad de no solo los tres que estaban esa noche, sino con los que venían el 7 y cómo hacer para, sin llamarlos, sin utilizar los teléfonos, convocarlos, lograr su complicidad que presten su conformidad y en base a eso efectuar todas las actuaciones ‘de onda’ a los compañeros», ironizó.

Además, necesita «dos situaciones del fiscal Campos, que en el mejor de los casos sea cómplice, pero necesita demostrar esa complicidad, extremo que no ha demostrado la fiscalía. Entonces que queda, jugar con la suerte, tengo la suerte que el fiscal no se dé cuenta. No hay nada más peligroso». Porque en este caso se pueden dar tres opciones. El chico no tenía DNI, no conocía la dirección y tampoco sabía llegar al domicilio de la tía, y si el fiscal le pedía que se presente. Si ocurría eso, qué le iban a llevar al fiscal Campos. Pero eso no lo dicen. Y si lo dejaba preso, le formaba una causa penal. Citó ejemplos de personas que por no tener el DNI quedaron detenidos. Es realmente anti intuitivo pensar en la realización de un sumario en estas circunstancias», reflexionó el defensor.

«Pero lo más curioso de todo esto es que aún de sostenerse esta hipótesis debió hacerse en el más absoluto de los silencios. No hay una sola llamada y están secuestrados todos los celulares. Se pidieron durante meses antes y posteriores, las llamadas cursadas entre los imputados y otros teléfonos también. 55810 llamadas analizaron DATIP pero nada de eso sirve. La fiscalía solicitó el apoyo de Datip, un órgano específico de apoyo del Ministerio Público Fiscal dice, pueden haber dejado los celulares, una teoría conspirativa insólita pero necesaria para seguir sosteniendo su dogma». remarcó.

En la búsqueda de pruebas demuestren comunicaciones de esa noche entre los acusados, Datip «no encontró cruces de llamadas, entonces buscaron abonados puentes, es decir contactos indirectos, una tercera persona. La única coincidencia que hubo del personal policial de esa noche, es el de las pizzerías. Esa es la teoría del caso, en esto sustentan 14 perpetuas, enfatizó el defensor.

La foto, el eje central

Un punto central fue la causa son las fotos de Franco Casco en la comisaría, tomadas con el celular de César Acosta. «Para que la teoría acusatoria funciones esas fotos tienen que haber sido tomadas el día 6. Si la Fiscalía demostraba que las fotos eran del día 6, se terminó la causa. Sin embargo, han hecho todos los esfuerzos para que no se sepa cuando fueron tomadas. Pedimos por nuestro interés, aunque no tenemos obligación de demostrar que fueron tomadas el 7, es la acusación que pide 14 perpetuas la que tiene que decir, nosotros demostramos que se tomaron el 6. Siempre se negaron a que se investigue al respecto. In dubio contra reo así funciona la acusación», expresó.

En este orden de cosas, refirió Gesino, que «el tribunal va a tener que resolver lo que no resolvió la fiscalía».

Las declaraciones de algunos presos que estaban cumpliendo condena en la comisaría fueron tomados como prueba de «un supuesto historial de policías pagadores. Han intentado por todos los medios que sea así, que hay un historial de violencia institucional. Todos obtuvieron resultados negativos». Entre 2010 y 2015 no hubo denuncias hacia el personal de la séptima por hechos de violencia institucional ni por ningún otro hecho».

Una información que introdujo Bereciartua fue que «3100 denuncias se hicieron a policías por malos tratos, ninguna a personal de la comisaria séptima».

Según Gesino «no constan actuaciones ni denuncias al personal de la comisaria séptima entre 2010 y 2015, ni en la policía, y lo mismo en Derechos Humanos», según el informe de la secretaría.

La acusación sostiene que «esta gente luego de cumplir su horario de servicio e irse a su casa o a otra actividad, dejaban todo para ir de cacería a matar gente. Quisimos hacer test psicológico y abandonaron la prueba. Porque es más fácil creer que pensar».

Presencia de Ramon en Rosario

Según el teléfono celular de Ramón Casco se pudo constatar cuál fue el derrotero de la búsqueda. cuando estuvo en la comisaría y quien pudo haberlo atendido. «El 8 a las 17 hs se activa el teléfono en la ciudad de Claypole. A las 19,11 está en la ciudad de Campana, ruta 9, a las 19,44 ruta 9 km 130 Varadero, a las 20,44 en San Nicolás y a las 21,40 es la primera llamada en Rosario, antena Alvear al 3900 de Rosario. Por eso sabemos que es mentira que Ramon estuvo el día 7 como afirmó el Dr. Lega y que eso precipitó un sumario falso. Luego se pueden observar los mensajes del teléfono de Roque Casco casi a las 11 de la noche, a las 22,54 de la noche le dice hola Her el Seba me fue a esperar. Mañana voy temprano. Se refiere al día 9 y eso se cumple. El día 9 empiezan las comunicaciones telefónicas de Ramon, entre las 10,17 y las 10.48 todo un lote de llamadas que impactan en la antena de Santa Fe y Francia. A las 11,27 la antena de San Nicolás y Salta, a las 12,51 está en la estación Rosario Norte. Luego, vuelve al barrio, 14.08 en French y Pcias Unidas. Regresa a la zona de la comisaría séptima a las 19.20 hs». Esto demuestra con certeza, el día y horario que Ramón estuvo en la comisaría y quien lo pudo haber atendido, entonces, al cotejar los datos «la coincidencia es plena entre quienes dijeron haber atendido a Ramón y quienes estaban presentes ese día». En ese horario estaban Greiner, Acosta y Álvarez.

Sobre la negativa de brindar información a la familia, según la teoría acusatoria, «quedó claro que el mismo día que Ramón fue a la comisaría se le comunicó que Franco estuvo ahí y con que apellido». «Pero necesitamos que esa información sea falsa. Porque es más fácil creer que pensar», afirmó el defensor.

También quedó demostrado que tampoco se le negó información al Estado, «Diego Rodríguez -empleado de la Secretaría de Derechos Humanos- le pidió información a Diego Álvarez, en ese momento a cargo de la seccional, y el mismo Rodríguez declaró en audiencia de este juicio que Álvarez llevó rápido el informe, y cuando se le pidió que especifique en cuánto tiempo, dijo ‘horas'», remarcó Gesino. Una vez más, se observa que se trata de «versiones, en total nueve, sobre cómo Ramón recibió información».

Madrugada del 8 de octubre de 2014

Aunque la familia negó sistemáticamente que el joven que se observa caminando en la zona norte de la ciudad, cerca de la cancha de Rosario Central, sea Franco Casco. Las pericias son contundentes, porque hallaron más similitudes que diferencias.

Sin embargo, la Fiscalía se centró en «cuestionar que Asuntos Internos fue quien seleccionó las imágenes para peritar. Todos los puntos de monitoreo estuvieron a disposición de los acusadores, durante los primeros tres años, cuando las defensas no existíamos. Ocho años estuvieron para pedir lo que quisieran, pero de Cordiviola y Génova que es el video perdido, no dijeron nada». Además, se quejó el defensor, «cuando se envió una nueva tanda de videos a Datip se omitió enviar el punto de monitoreo 113 que es el más claro de todos».  Pero, a pesar de ello, indicó el defensor, «con el resto de los videos, la información es categórica».

En tanto, «la familia no lo reconoce a Franco en los videos, pero en el único punto que plantean diferencias es en la forma de caminar. Claro, luego de pasar un día entero en la comisaría, una noche en la calle y luego caminar para tratar de encontrar la casa de su tía, es razonable que la forma de caminar no sea la habitual». Y en el campo de las elucubraciones, «podría haberse escapado de la casa de la tía, no se despidió, no sabemos si se llevó todas sus pertenencias, y la verdad tampoco la tía salió a buscarlo inmediatamente».

La duda

El defensor planteó un dato trascendental que derriba la teoría acusatoria, «El único que no puede introducir la duda en un alegato es el fiscal. Y fue justamente el fiscal quien trajo aquí la duda. Cuando dijo ‘no será Salinas aquel sujeto similar, quien estaba caminando’. Pero, nunca trajo a Salinas a declarar, para que pudiéramos ver si había similitudes, todo queda en el ámbito de las elucubraciones. Entonces me pregunto ¿no será Salinas el chico de aquella noche que hablan los presos?

Es sabido por todos, que cuando existe duda, según la ley, es a favor del reo, del acusado in dubio pro reo, ¿se aplicará en este caso?

Vale aclarar que Salinas es el joven que dormía en la terminal y que aparecía en los videos de una iglesia cercana a la comisaría séptima, por lo cual surgieron las declaraciones del entonces secretario de Seguridad, Ignacio Del Vecchio, sobre la aparición con vida de Franco Casco, y generó un sin fin de especulaciones y terminó con cinco agentes de Asuntos Internos procesados y luego sobreseídos por plantar pruebas para encubrir a los policías de la séptima. Este punto fue aclarado y se dictó la falta de mérito por inexistencia de delito a tres de los efectivos, aunque dos siguen ligados a esta causa por haber realizado las entrevistas a los detenidos durante la investigación de búsqueda de paradero.

Pericias sobre las imágenes de las cámaras de seguridad

«Franco fue captado el día 8 de octubre de 2014 por las cámaras de la ciudad», indicó Gesino. En este punto aparecen muchas «dudas» planteadas por el fiscal en su alegato, al afirmar ‘no podemos descartar que el joven que se observa caminando sea Salinas, aquel que también fue confundido con Franco Casco en la iglesia y conocido por merodear en la zona’, esa es la afirmación de la Fiscalía», dijo Gesino.

En ese sentido explicó las implicancias que tienen esas afirmaciones del fiscal, «traer la duda en el momento del alegato de parte de la Fiscalía no parece un buen negocio, sobre todo cuando tenemos pruebas científicas. Tenemos once pericias respecto de los videos, entre mejoras y cotejos».

En sus declaraciones, los familiares de Franco manifestaron y coincidieron en que «no era su forma de caminar», también en el pelo «lo tenía más largo», y sobre las prendas de vestir «no estoy segura si es la ropa», o dudas sobre la estatura «en el video se ve más alto».

«El caudal de información científica pericia, en todos los casos nos hablan de coincidencias y no de diferencias», dijo Gesino, al afirmar que once pericias de distintos organismos estatales y privados se realizaron y todos coinciden en que las características de la persona que se observa en los videos con similares a las de la foto que fue tomada en la comisaría con el celular de Cesar Acosta.

Rueda de reconocimiento irregular

«Nunca hubo otra hipótesis distinta a que lo mató la policía. LA Fiscalía prefirió su hipótesis antes que el control de legalidad. Perdió su deber de objetividad», afirmó Gesino.

Los policías acusados nunca se negaron a participar de una rueda de reconocimiento, pero como establece la ley. En este caso, se realizó con todos los policías acusados y no cada uno de ellos mezclado con personas de similares características. De todas maneras, aceptaron hacer la «rueda cuadrada de reconocimiento» de forma arbitraria, como lo autorizó el tribunal. «Porque quienes atendieron a Ramon el día 9 ya habían confirmado esa situación».

Afirmaciones inexactas

El defensor se refirió a las declaraciones «de la familia y del periodismo».

«Vera y Vallet señalaban que Roque Casco había estado el día 7 en la comisaría 20° para hacer la denuncia y que la comisaria la cambio al día 8. Nadie más dio de ese dato, solo la querella, no sé de dónde lo sacaron».

Las informaciones periodísticas que se fueron anexando al expediente, «una nota en El Argentino, una entrevista a Elsa Godoy que dice que fue detenido el día y sigo detenido en la comisaria. Estamos hablando del 22 de octubre».

El 23 de octubre otra nota en diario CTA, que dice «desapareció el 6 de octubre, Franco estuvo detenido en la comisaria séptima».

El 25 de octubre Roque María Casco «en Asuntos Internos dice ‘sinceramente no sabemos dónde pudo haber ido».

EL 29 de octubre de 2014 Elsa Godoy «para Página 12 no es su firma, mi hijo estaba ahí cuando yo lo buscaba». Allí toma especial relevancia el video que se le impidió exhibir a la Dra. Travesaro. Fue ofrecido como prueba por una de las querellas. Ahí van a ver al Estado argentino, incluidos los de radiodifusión al servicio de esta hipótesis, para sostener una teoría.

La controversia sobre la llegada del Elsa Godoy a Rosario. «Decía Ganon que Elsa estuvo el día 8 en Rosario, eso no es así. La controversia de la llegada tiene dos días, 12 o 13 según la información que tengamos. Lo que declaró Elsa corroborado por la antena de su celular fue el 13 a la noche, corroborado por Ramón».

La firma

Hay cinco versiones sobre la firma de Franco. «Primero no había, pero después la trajeron, según se publicó en una nota periodística. No había firma sostuvo la Dra. Bruera. Hay firma, pero no es su firma dice el MPA en un comunicado. No es la firma de Franco mencionó Elsa para Página 12. Es su firma, pero lo obligaron a firmar sostenía Elsa para La izquierda diario».

Frente a esto, la respuesta del defensor es que «hay una pericia. que determina que es la firma de Franco Casco».

Murmullos

¿De dónde salen los murmullos? se preguntó el defensor. «Esto es un ruido necesario para sustentar la teoría. Y son siempre las mismas tres personas que agregan información a la que a su vez reciben de la familia».

«En el inicio del expediente, el fiscal Abel Córdoba ya habla de estos murmullos, que la cosa no era como le decían y esto lo repite Ganon, porque Elsa jamás lo declaró». El supuesto llamado anónimo a Ramón, «esto lo dice Ganon, Ramón jamás lo dijo».

«¿Porque fueron todos a la comisaria el 28 de octubre? Porque en teoría hubo un llamado anónimo que decía que Franco estaba en la comisaria». Sin embargo, según la información recolectada en las empresas de telefonía, ese día no hubo ningún llamado anónimo. «Ese llamado anónimo no existió», afirmó Gesino.

En síntesis, «esta información sobre los supuestos murmullos de lo que le estaban diciendo a Ramon, surgen de la intervención de los abogados que participaron en esta investigación».

Otras respuestas a las afirmaciones de la Fiscalía

La acusación de Fiscalía se basó en que «los policías salían de cacería porque los fiscales no atienden. De los listados de Datip, surge que entre las 0 horas y las 8 de la mañana encontramos qué hay 15 llamadas telefónicas, que fueron atendidas», por lo tanto, es falso lo que sostiene la Fiscalía, y solo era necesario verificar información propia «para no animarse a decirlo en un alegato».

«Según el libro de guardia el día 6 el móvil 4387 no salió de la comisaria, es incorrecto y es un error en el asiento. Toda la actividad de los dos móviles está registrada por los GPS y coordinados por las respuestas de las comunicaciones radiales, claramente es un error, que no demuestra nada», aclaró el defensor.

«Álvarez salió en el 5667, es correcto y nunca lo negó, y modula desde ese móvil y se pone a disposición del 911, que lo comisionan. No hay relación causal ni con la detención de una persona».

Otra pregunta puntual de la Fiscalía sobre el llamado al Agudo Ávila, para corroborar que Franco no sea un interno que se había escapado el lugar, refiere «No sabemos quién atendió el llamado de Hernández en el Agudo Ávila, es verdad, intentamos buscarlo, pero no se nos permitió esa prueba. De todos modos, tampoco tiene relación causal con la detención de Franco».

Otra afirmación descabellada de la acusación sobre «el modus operandi de la policía acostumbrados a infringir la ley y cometer delitos. Toda la prueba encaminada a estos supuestos, les salió mal a las acusaciones. Ninguna respuesta vino favorable para la acusación».

«Eran extorsivos para recaudación ilegal de objetos y dinero, cuestionó la acusación. No trajeron una sola prueba de ello», respondió el defensor.

Otro punto central y muy cuestionado por la acusación para hablar del sumario falso es que «Franco Casco como el oficial firmaron el acta de notificación por debajo de la línea prevista para ello. Pero si se observa el acta, puede advertir que entre el ultimo espacio y el previsto para la firma hay nueve milímetros, y por chica que sea una firma, el espacio es poco. Por eso firman abajo», explicó el defensor, aunque se trate de una obviedad. De todos modos, «esa firma fue peritada y se determinó que es de Franco Casco». Esa es la respuesta a la tan cuestionada falta de firma en el libro de guardia, «no firmó el libro porque firmó en el sumario, porque es la forma cuando se da libertad por artículo 218. Cuando no hay sumario se firma el libro».

Como prueba de ello, se solicitó una medida de prueba «diez sumarios antes y diez sumarios después, pero se desestimó». Pese a ello, «se encontraron en libros de otras comisarías de la misma fecha, situaciones idénticas. La firma de la persona que sale en libertad no firma en el libro, firma el sumario», otra vez derribada la teoría acusatoria.

Como este alegato se basó en detalles, la acusación se centró en la actuación de la médica que revisó a Franco en el momento de la detención. «Centralizan la ‘falsedad’ de todo lo acontecido el día 7 por la Dra. Zelaya. Pero no se centran en lo importe. En los primeros tres años no había defensas, solo acusaciones. Ya que el móvil no tenía GPS, no se les ocurrió pedir las cámaras, para ver si estaba o no el auto. Nunca las pidieron. Porque es más fácil creer que pensar», aseguró Gesino.

Pero, qué es lo importa sobre el reproche a la Dra. Zelaya, «confirmar si entre el registro asentado en la comisaría anterior y el de las 16 en la comisaría séptima, era o no posible el tiempo. Tenemos que tener en cuenta el paso por la comisaría 12 a las 15.30 y si el tiempo de traslado daba para llegar a las 16 a la séptima. Ese viaje es de 3.9 km en auto, y lleva unos diez minutos. Resulta que las constancias tienen 30 minutos de diferencia con lo cual le sobraban 20 minutos de más para visitar ambas comisarías. Lo que ocurrió después es otra cosa».

Fichas

Otro punto cuestionado fue «las firmas en las fichas», que según la Fiscalía «difieren entre sí». Para comparar, «tomo fichas de otras causas, y del mismo modo difieren, no es un caso único el de Franco. Algunas están firmadas, otras no, otras están con letra imprenta y demás. Pero además fueron tomadas por otra Fuerza que nada tiene que ver con la comisaría séptima». Pero, además, «existe el cotejo dactiloscópico ratificado en audiencia que dice existe identidad de persona». En este sentido la pericia de Gendarmería concluye que existe autoría escritural entre el texto y las firmas indubitadas atribuidas a Franco Casco».