Un policía que investigó a los miembros de la banda «Los Monos» por asociación ilícita y cinco asesinatos cometidos en 2013 dijo que, tras el crimen del entonces líder Ariel «Pájaro» Cantero, hubo «una cacería frenética» en busca de «gente para matar».

El suboficial Ariel Lotito fue quien se expresó del tal forma al declarar ante el tribunal integrado por los jueces Ismael Manfrín, María Isabel Más Varela y Marisol Usandizaga.

«Salieron a buscar gente para matar», aseguró el policía rosarino en alusión a los cinco crímenes perpetrados por «venganza», entre ellos el de Diego «Tarta» Demarre, asesinado a balazos el 27 de mayo de 2013, un día después del homicidio del «Pájaro» Cantero.

El juicio continuó este lunes con las pruebas testimoniales solicitadas por los fiscales Luis Schiapa Pietra y Gonzalo Fernández Bussy.

Uno de los seis testigos citados fue Lotito, el cual involucró a miembros de la banda al reconocer sus voces en «escuchas» de teléfonos celulares cuando se comunicaban entre ellos.

Según el policía, los sospechosos «hablaban del crimen de Demarre» y del «seguimiento» que habían hecho hasta «ejecutarlo» por considerar que había «entregado» al «Pájaro» Cantero, por cuyo asesinato comenzó «una cacería frenética».

Además, durante la audiencia declararon otros dos policías; uno de la provincia de Córdoba y otro de Rosario, quienes relataron las actuaciones realizadas para dar con el auto Volkswagen Bora, color blanco, dominio LOS 272, desde el cual habrían salido los disparos que mataron a Demarre.

El policía cordobés aseguró que el auto fue encontrado en un «domicilio» de la ciudad de esa provincia y que al momento de practicar los peritajes para su secuestro, el color del auto era «negro» y que tanto su patente como su número de identificación «coincidían» con el de un modelo Bora, Turbo 1.8.

En tanto, el policía rosarino que fue comisionado para actuar como veedor a Córdoba y además debía trasladar el vehículo bajo secuestro a Rosario, aseguró que el auto había sido «camuflado y vendido».

«Nos dimos cuenta de que había sido pintado al abrir la puerta del baúl donde observamos que había resto de pintura blanca», dijo y añadió que la documentación estaba a nombre de una mujer -no involucrada en la causa-«, precisó.

El Tribunal este martes escuchando a los testigos por el asesinato de Demare, etapa que estiman finalizará el viernes para comenzar la semana entrante con el debate de los crímenes de Marcelo Alomar, Nahuel Alomar y Norma César cometidos el 28 de mayo de 2013.

El homicidio de Demarre comenzó a ser ventilado la semana última y continuará estos días con las declaraciones de los cerca de 60 testigos propuestos por las partes.

El bolichero fue asesinado a balazos el 27 de Mayo de 2013, cerca de su domicilio, ubicado en bulevar Seguí al 900 esquina Maipú cuando se movilizaba acompañado por su esposa a bordo de una camioneta Peugeot Partner.

Sustentados en el análisis de una serie de escuchas y de las imágenes de distintas cámaras de seguridad, los acusadores sostienen que Demarre fue atacado desde un Volkswagen Bora, color blanco conducido por Andrés Fernández, alias «Gitano», quien llevaba como acompañante a Ariel Máximo Cantero, alias «Guille» acusado de haber sido el ejecutor de los disparos.

En tanto, siempre según la teoría de los fiscales, Leandro Alberto Vilches, alias «Gordo» y Jorge Emanuel Chamorro, apodado «Ema”, actuaron como «partícipes secundarios» con los roles de hacerle el seguimiento previo a Demarre y alertar a sus cómplices de sus movimientos.

En este juicio oral y público ya se ventiló el caso de la adolescente Lourdes Cantero -no tiene vínculos familiares con miembros de «Los Monos»-, que en mayo de 2013 fue asesinada cuando su casa fue atacada a balazos ante la presunción de que allí funcionaba un bunker de drogas.

En este caso, los investigadores le atribuyeron la autoría intelectual a Ramón Ezequiel Machuca alias «Monchi Cantero», quien habría ordenado el ataque a «soldaditos» de la banda para evitar la competencia en el narcomenudeo.