Por Alejandro Maidana

El hombre moderno, la sociedad moderna, entienden perfectamente que mafia es crimen organizado, delito y violencia. Pero el concepto mafioso es mucho más sutil, y claramente no le resta brutalidad, entendiendo que la cultura mafiosa es una cultura de convivencia criminal con la sociedad. No solamente la criminalidad entre los integrantes de los clanes mafiosos, sino el grupo mafioso en convivencia con la sociedad moderna.

Debemos entender que la mafia no es un fenómeno exclusivo del siglo XXI, es un fenómeno que goza de antigüedad y de un proceso de maduración que lleva siglos. No se trata de la reunión de 5 o 6 personas para organizar una acción delictiva, es toda una cultura, el mafioso es parte de un sistema, se maneja e instala en la sociedad dentro una lógica. El mafioso no es un delincuente aislado, forma parte de una cadena de mandos, de rituales, que siguen una tradición, ese es el concepto mafioso.

En América Latina, y quizás abrazando otras lógicas, el crimen organizado se ha instalado para operar de manera siniestra, ramificándose a lo largo y ancho de esta parte del planeta. Si bien cabe destacar que la presencia mafiosa ha comenzado a pulular desde hace décadas con principal anclaje en el narcotráfico a gran escala, el análisis sobre la médula criminal de estas organizaciones, sigue omitiendo un punto clave que colabora de sobremanera a la hora de intentar desarticular lo que, a grandes rastros, parece haberse tornado incontrolable.

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Si bien la mafia italiana posee distintas vertientes como la Cosa Nostra (Sicilia), la Camorra (Nápoles), la ‘Ndrangheta (Calabria) y la Sacra Corona Unita (Apulia), se ha llegado a la conclusión que la mafia es una sola. Raúl Blázquez, quién integró la Red Antimafia Duemila de Argentina hasta sus últimos días de vida, dejó un concepto sumamente explícito en su visita al estudio de Conclusión, el abogado sostuvo que “los puertos han sido y siguen siendo la vía de negocios más concreta de la mafia junto a los bancos, estos últimos herramienta fundamental para las operaciones mafiosas”. Una declaración que goza de peso propio, un indicativo explícito que buscó arrojar algo de luz, en una región portuaria donde las operaciones privadas gozan de total libertad a la hora de desenvolverse.

Con la intención de continuar profundizando el análisis sobre una problemática que atraviesa las fibras más íntimas de una sociedad empujada a su degradación, Conclusión llevó adelante un intercambio imprescindible con Georges Almendras, periodista y director de Antimafia Duemila para América Latina. Nacido en Bolivia, y uruguayo por adopción, la línea política y cultural de sus padres, hizo que a los 6 años abandone su tierra natal para afincarse en el “paisito”. A muy corta edad y siguiendo el camino de sus progenitores, se liga al trabajo de la escritura, comenzando en revistas semanales hasta desembocar en las crónicas policiales, transformándose así, en uno de los grandes referentes de es rama periodística en el país hermano. Hacia el año 2000, se abre Antimafia Duemila en Italia, y pocos años después se inicia una corresponsalía en Sudamérica, Antimafia Dos Mil. Entre el 2008 y 2009 abandona la actividad que lo había catapultado, para tomar la dirección de la red, para de esta manera poder analizar y visibilizar el accionar del crimen organizado a nivel regional.

Georges Almendras no duda en hacer docencia para poder aportar la claridad necesaria en la lucha por comprender el intríngulis que propone la mafia por estos arrabales del mundo. El común de la gente al oír hablar de mafia, acto seguido relaciona a la misma con Italia, con el Padrino, los Sopranos, ya que lo mediático ha ganado mucho terreno. La mafia italiana, es una mafia mucho más específica y diferenciada que las mafias sudamericanas, que existen, y operan desde la más tenebrosa oscuridad.“El concepto mafioso en el siglo XXI, refiere a un fenómeno transnacional, pero claramente tiene sus regionalismos y particularidades de acuerdo a los continentes, sin embargo, Cosa Nostra desde los años 40 cruzó el océano Atlántico hacia los Estados Unidos tomando a este país como segundo escenario de operaciones, y a partir del mismo, el continente americano. Pero en realidad la mafia nace desde una circunstancia histórica, por ello no podemos obviar este aspecto, el lector debe saber que en su momento había cuatro sectores bien diferenciados, que hoy forman un sistema criminal integrado, ya que se vinculan institucionalmente, unilateralmente y también ideológicamente, Cosa Nostra (Sicilia), la Camorra (Nápoles), la Sacra Corona Unita (Apulia) y la ‘Ndrangheta (Calabria), esta última vinculada al tráfico internacional de drogas, si bien antes mantenían una clara rivalidad, hoy eso ha quedado atrás, indicó Almendras.

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La mafia cuenta con distintos representantes a nivel mundial, si no son operadores directos de alguna u otra forma, son cooptados por estas organizaciones mafiosas. Pero convengamos que existe una lógica mafiosa que los emplea, los nuclea, los organiza, por ello el sistema criminal integrado en el siglo XXI, es funcional al sistema económico imperante, es funcional a intereses económicos, y se desarrollan a través de estructuras empresariales. “Obviamente con su brazo armado, con su disciplina, con su estructura, todo esto anclado en una lógica que les permite instalarse dentro de instituciones democráticas, dentro del estado, para poder inmiscuirse en el parlamento a través del sistema político. El sistema mafioso es muy complejo, por eso para nosotros los sudamericanos es un fenómeno mucho más complejo comparado al continente europeo. Por ejemplo, las leyes vigentes en Italia, tienen una concepción muy clara del fenómeno mafioso, teniendo las mismas una reglamentación y normativa jurídica mucho más amplia y extendida. Nosotros en América Latina aún estamos en pañales en algunas facetas sobre todo en cuento a la legislación y a la tipificación de delitos mafiosos. En Italia existe el delito por asociación mafiosa aun estando en ausencia, mientras que en esta parte del globo terráqueo aún existen enormes vacíos legales en torno al fenómeno mafioso”.

El delito ha existido siempre y es parte de la condición humana, las normas se han hecho para que el hombre las quiebre. El estado de derecho ha sido fracturado desde tiempo inmemoriales, no es un fenómeno novedoso. “Es aquí donde es preciso marcar que el fenómeno mafioso se desarrolla en la sociedad con otras características, se manifiesta como un pulpo empresarial con redes poderosísimas, ya que el mafioso se ha modernizado utilizando todos los elementos de la legislación, del sistema político y financiero de los distintos países, para que esa empresa maléfica pueda crecer detrás de un solo fin, el poder y el dinero. Son mucho más sutiles al respecto, dejando atrás viejas tradiciones para darle lugar a nuevas lógicas vinculadas a la empresarial. Las mafias son empresas, y tenemos que partir de esa base, no son grupos armados que quieren obtener dinero a punta de pistola, sangre y plomo. En este momento el elemento mafioso acude a la violencia como un último recurso, su mecanismo goza de mayor sigilo, teniendo grandes sociedades con el poder judicial, empresarial, represivo y de inteligencia. Es decir, las redes que manejan los elementos mafiosos dentro de una sociedad, son inimaginables y poderosísimos”, enfatizó el director de Antimafia Dos Mil.

¿Cómo operan las mafias en la región del rio de la plata?

La mafia es un fenómeno transnacional, no se limita a fronteras territoriales, al menos en los últimos 30 años. Tiempo atrás era muy difícil que las mafias puedan accionar como lo hacen hoy, pero el mundo al avanzar tecnológicamente, también lo hizo la ambición humana creciendo de manera sostenida. “Los grupos mafiosos persiguen la acumulación de dinero y poder, pero a este último solo lo persiguen para poder consolidar lo primero. Si un grupo mafioso integra un sistema parlamentario, un poder ejecutivo, ocupando puestos claves en países democráticos, no es otra cosa que una acumulación de poder, pero no para poder hacer una ostentación romántica del mismo, sino para que eso se transforme en una herramienta que les permita crecer como organización mafiosa, económicamente, y poder escalar puestos donde se encuentra la oposición, y allí aparecen la justicia aún no corrompida, fuerzas de seguridad y periodistas como tu caso y medios de comunicación como Conclusión, que no son funcionales al sistema criminal. Un sistema criminal que incluso ha sabido relacionarse con instituciones religiosas como el Vaticano, ya que existen sobradas pruebas de esta sociedad de poder”.

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La organización mafiosa no va a buscar asociarse con ladrones de gallinas, busca siempre instituciones de un poder consolidado. Por ello su objetivo es cooptarlo, trabajar juntos y hacerse de elementos empresariales, del sistema económico, de la banca, del capital financiero, todo es un gran rompecabezas que debemos armar para desnudar al elemento mafioso. “Se me ocurre otro aspecto vinculado a la primera pregunta, difícilmente podremos combatir a la mafia, si los ciudadanos y el periodismo es ignorante de estos fenómenos mafiosos. La única herramienta para combatir el fenómeno mafioso, más allá de la lealtad y valentía de los operadores judiciales, sumado a las fuerzas armadas incorruptibles y éticas, el elemento vital para que la mafia se recienta y tenga obstáculos, es que la ciudadanía esté informada y consolidada en su ética para comprender el fenómeno mafioso. De nada nos serviría tener un buen sistema judicial en esta parte del mundo, si a la hora de elegir, de discernir sobre los actores políticos, y a quién llevamos a los parlamentos y puestos de poder, optemos por aquellos que integran organizaciones delictivas. Bastaría con investigar el financiamiento de las poderosas campañas políticas, las mismas están solventadas por poderosos capitales ¿De dónde provienen los mismos? ¿Se conoce su procedencia?

La forma de operar que tienen las mafias en América Latina, es muy concreta, ya que es una apreciación de los operadores judiciales de Palermo (Italia), ya que ellos hacen seguimiento de los movimientos económicos de los elementos por ejemplo de la ‘Ndrangheta, quién en estos momentos maneja a gran escala el tráfico de armas y de blancas, si bien el que mayor redito económico genera, es el negocio de la cocaína. “Los elementos mafiosos llegan a estos territorios, se instalan como buenos ciudadanos y empresarios, pero lo que hacen es cumplir la función de apadrinamiento del traslado de la cocaína de América Latina a Europa. Cabe destacar que lo que se trasladan son toneladas de cocaína, por ello se necesita primero de una super estructura corrompida, la compra de voluntades que garanticen la logística. La deshumanizante desigualdad social, la pobreza acuciante y la corrupción reinante en esta parte del planeta, ofician de caldo de cultivo para los sistemas mafiosos, ya que el elemento mafioso a la hora de valerse de soldados o laderos, encuentra en el contexto de vulnerabilidad una enorme posibilidad, ya que las condiciones para corromper son mucho más sencillas. Para puntualizar en Argentina, los grupos mafiosos han tenido una ascendencia tremenda tomando como punto de referencia algunas ciudades que son claves, ya que en ellas se han instalados elementos mafiosos, por ejemplo, en la ciudad de Rosario. Un claro ejemplo es el de Pablo Emilio Escobar Gaviria que en su momento para azolar Colombia, había tomado elementos de la Cosa Nostra, para Escobar Bernardo Provenzano era un referente, un modelo. El colombiano de los 70 y 80 creció contemplando el accionar violento de los elementos del crimen organizado de la época, destacando que también lo vive hoy México y en menor escala Rosario en la Argentina. Si bien no es la lógica mafiosa italiana, sin lugar a dudas América Latina es en territorio en donde sus sociedades están en declive por varias circunstancias, por lo tanto, donde hay crisis económica, el delincuente, la lógica criminal y mafiosa, se instala con más facilidad. Si bien estas organizaciones actúan con parámetros propios, las metodologías que utilizan tienen tintes mafiosos, para citar solo un ejemplo, el sicariato que hoy golpea con crudeza cotidiana a la ciudad de Rosario”.

La Red Antimafia Duemila a través de director en América Latina, nos acercó un minucioso análisis sobre la siniestra realidad que involucra a los distintos poderes que conforman una nación. Datos provenientes de décadas de investigación que encontraron en las figuras de periodistas, jueces, fiscales y policías incorruptibles, el ariete necesario para desenmarañar un entramado mafioso sumamente ramificado que avanza haciendo metástasis en todo aquello que busca ponerle un freno. En el próximo artículo, Georges Almendras nos cuenta si la organización mafiosa ‘Ndrangheta podría estar operando en la Argentina, con tentáculos muy importantes en la ciudad de Rosario, y cual es el rol de la familia Macri.