Tamara Merlo tenía 18 años y un bebé de 1 año y medio con su pareja de Fernando G. de 21, con quien convivía hacía tres. El 10 de junio de 2017 volvieron de un cumpleaños y al llegar a la casa que compartían en Villa Gobernador Gálvez se desató una discusión que no terminó de la mejor manera. En pocos días comenzará el juicio por el femicidio de Tamara y en el banquillo de los acusados estará su pareja, Fernando G. quien en la audiencia imputativa reconoció que le gatilló en el pecho, aunque en su primera versión había asegurado que fueron perseguidos por dos encapuchados que al llegar a la vivienda intentaron robarle y dispararon contra la joven.

La violencia de género se manifiesta de distintas formas, y en algunos casos es difícil de detectar por las personas allegadas a la víctima. El agresor erosiona todo su entorno y si no lo logra, la estrategia es vivir pegado a ella para que ésta no pueda comentar a otras personas lo que está viviendo.

A las 21 del 10 de junio de 2017, Tamara volvió de un cumpleaños a su casa junto a su pareja y su pequeño hijo, pero una fuerte discusión con Fernando desencadenó el peor final. Horas más tarde llegó al hospital Gamen de Villa Gobernador Gávez con un disparo en el pecho pero era demasido tarde y no había nada por hacer, ya había fallecido.

Hoy a poco más de un año de aquella tragedia, Graciela, mamá de Tamara no logra explicar cómo y por qué sucedió. En diálogo con Conclusión contó los detalles de la fatídica noche: “Habíamos estado juntas en el cumpleaños y volvimos cada una para su casa, yo volví caminado y ella se fue en moto con Fernando”, sin sospechar sobre la terrible noticia que recibiría minutos más tarde.

Un llamado habitual en la casa de Graciela se onvirtió en la peor pesadilla cuando su tía, del otro lado del teléfono le indicó: “Andate rápido al hospital que a Tamara le quisieron robar y está herida”. En un segundo le cambió la vida, “en ese momento tuve una sensación horrible”.

Un sobrino de Graciela la acercó hasta el hospital Gamen donde se encontró con toda la familia de Fernando G. y “él estaba llorando y me quería consolar”, pero Graciela le preguntaba “dónde y cómo estaba Tamara”.

En ese momento, personal del hospital Gamen buscaba a un familiar directo de Tamara y fue allí donde los médicos le comunicaron a Graciela que “mi hija ya había llegado fallecida”, a pesar del esfuerzo de los médicos.

La versión del joven no fue muy convincente para los investigadores. El muchacho contó que “al llegar a la casa, él entró con la moto y Tamara se quedó cerrando la puerta del frente. En ese momento escuchó detonaciones y al volver sobre sus pasos vio que Tamara estaba tomandose la panza y que tenía un disparo. Para completar la versión dijo que dos encapuchados los habían seguidos desde el cumpleaños y sospechaba que ellos habían intentado robarle”.

La versión de Fernando coninuó con otras incongruencias, djo que “cuando escuchó detonaciones pidió ayuda, pero lo primero que hizo fue llamar a su familia, no llamó a la ambulancia ni a la policía”, aseguró Graciela.

Todavía en el hospital Gamen y con la terrible noticia que había recibido Graciela sobre el fallecimiento de su hija, pudo observar que “a Fernando se lo llevaron detenido, porque al parecer los investigadores ya sospechaban que algo no estaba bien”, señaló en referencia a la versión que contó el muchacho.

La investigación fue bastante ágil, y según pudo saber Graciela, los investigadores pudieron constatar que la versión real de los hechos: “todo comenzó con una discusión que tuvieron Fernando y Tamara cuando estaban en la habitación junto a su pequeño hijo”.

Graciela reprodujo el relato que brindó Fernando en la audiencia imputativa: “Él contó que estaba sentado a los pies de la cama y Tamara en el lado de las almohadas, y en ese momento gatilló. Mi hija se levantó y caminó hacia él pero se desplomó. Entonces el la sacó afuera e inventó toda la historia del robo”.

Testigo del trágico final de Tamara fue su hijo, que en ese momento tenía 1 año y medio de vida y estaba acostado junto a su madre que lo estaba haciendo dormir. “No sabemos si recuerda lo que pasó, pero sí se acuerda de su mamá todo el tiempo”, relató Graciela con lágrimas en los ojos. Pero ahora otra lucha la espera, la tenencia completa de su nieto que “vive conmigo desde que quedó huérfano”.

El juicio por el femicidio de Tamara Merlo comenzará en pocos días y su madre espera una condena ejemplar. El acusado permanece detenido desde el momento de los hechos y pronto se sentará en el banquillo de los acusados para recibir la condena por la muerte de una joven de 18 años que tenía una vida por delante y un pequeño hijo a quien darle todo su amor.