Virginia Ferreyra, la joven herida durante la balacera ocurrida el 23 de julio pasado por la tarde en barrio Municipal, hecho en el que falleció su madre de 58 años, mostró una mejoría en cuanto a su inflación pulmonar y disfunción orgánica, aunque su estado sigue siendo crítico y continúa en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (Heca).

La mujer, de 32 años, fue sometida a un procedimiento endoscópico para reparación de la vía biliar.  “La intervención fue satisfactoria y se encuentra en terapia intensiva con asistencia mecánica respiratoria”, dijo a Conclusión la subdirectora del Heca Andrea Becceruchi.

La profesional amplió que Virginia “en los últimos días tuvo una mejoría de su inflación pulmonar y su disfunción orgánica”. “Se despertó, está reactiva, se comunica con gestos con la familia y todo el equipo tratante”, agregó.

No obstante, la médica dijo que “hay que ser muy cautos, ya que sigue siendo una paciente crítica” y que presenta “lesiones que están todavía en vías de resolución” y “aún pueden aparecer complicaciones”.

Ferreyra había sido operada cuando ingresó con múltiples lesiones lesiones hepáticas, renales e intestinales de distinta gravedad y fractura de fémur, por lo que los médicos debieron realizarle varias transfusiones para estabilizarla hemodinámicamente, según dijo oportunamente a Conclusión el director del Heca Jorge Bittar.

Hasta el momento, no hay programadas nuevas intervenciones quirúrgicas.

La tarde trágica

El sábado por la tarde Virginia fue a visitar a sus padres en barrio Parque del Mercado y alrededor de las 19 su mamá la acompañó a tomar el colectivo para volver a su casa. Mientras estaban en la parada, un Peugeot 208 color gris frenó frente a uno de los edificios del barrio y comenzó a disparar. Las dos mujeres y un chico que también se encontraba en la parada, Fabricio Uriel M., fueron testigos de lo que ocurría y, según los relatos de algunos vecinos, uno de los ocupantes del vehículo los increpó y les gritó ¿qué miran? y luego abrieron fuego.

La situación de Virginia Ferreyra conmovió profundamente a la comunidad libanesa, ya que la joven es una reconocida bailarina, a nivel internacional, y ejerce como directora de la Escuela de Danzas Árabes de la Asociación Libanesa de Rosario.