Les rompieron toda la casa en un allanamiento, pero el dato era erróneo. Esa fue la pesadilla que le tocó vivir a una mujer con sus dos hijas en su casa de zona sur.

Era cerca de las 6.30 de la mañana cuando Andrea Welschen comenzó a sentir ruido en la puerta de su casa, al principio -según su propio relato- pensó que era un robo en la calle, pero luego con los golpes en la puerta de la vivienda, se dio cuenta que le estaban allanando la casa.

“Estaba sola con mis mellizas de 9 años cuando comenzamos a sentir los golpeas en la puerta, bajamos porque comenzó a sonar la alarma. Los golpes eran muy fuertes y les pedí por favor que no me rompan la puerta, que yo les abría, pero al rato ya habían entrado, había policías adentro y en la terraza”, contó Andrea a Conclusión.

Fueron dos horas el tiempo que duró el procedimiento y una eternidad para la mujer que veía como le destrozaban su casa. “Subieron, tiraron las cosas arriba, eran los oficiales de policía con dos testigos, revisaron la habitación, el baño, yo les pedía por favor que no me rompan nada, pero me dijeron que así era el procedimiento”, contó Andrea.

Según informaron los uniformados, la orden de allanamiento surge de los fiscales Matías Edery y Aquiles Balbis por la cusa de Marcelo «Coto» Medrano, un narco asesinado de múltiples disparos en la noche del 11 de septiembre en Granadero Baigorria.

Medrano fue históricamente un integrante de “Los Monos” y tenía un estrecho vínculo con la barra brava de Newell’s, pero hace bastante tiempo que se había «cortado solo» para vender estupefacientes principalmente en la zona norte de Rosario y en Granadero Baigorria.

“No tengo ni idea quien es Marcelo Medrano”, expresó indignada la mujer a la cual no le encontraron en la casa nada que los relacione con la causa. “Ellos me dijeron que tenían una orden de allanamiento del fiscal por tenencia de drogas y armas. Me pidieron a mí el nombre de mi marido, revisaron el auto y tomaron la patente y allí se dieron cuenta que no teníamos ninguna orden de captura y que no teníamos nada que ver con Medrano. Los vecinos nos acompañaron en todo momento”, expresó Andrea.

Ahora, la familia aún conmocionada comenzó con el arreglo de la puerta y todos los destrozos que les dejó el errado operativo. Además, ahora tendrán que afrontar una carrera judicial para quedar completamente desligados de este tema.

“Queremos limpiar nuestro nombre porque nosotros no tenemos nada que ver con estas cosas, siempre tratamos de ser buenas personas. El policía cuando se fue me pidió disculpas, pero yo no sabía que decirles”, remarcó Andrea.