Un camarista de Rosario convirtió en prisión efectiva la reclusión domiciliaria que había obtenido un hombre acusado de violencia de género contra su ex pareja luego de que «volviera a intimidarla mediante terceras personas», informaron hoy fuentes judiciales.

El camarista Gustavo Salvador ordenó así la detención efectiva del hombre, imputado desde noviembre «por amenazas e instigación a un robo», precisaron las fuentes, que agregaron que la resolución «revocó la prisión domiciliaria con tobillera electrónica dictada en primera instancia».

Según la investigación judicial, la madrugada del 16 de octubre tres hombres irrumpieron en la casa de la mujer, donde vive con sus hijos, y «la amenazaron con violarla a ella y a los chicos si no retiraba las denuncias por violencia de género contra su ex pareja», detallaron.

Antes de irse le robaron parte de sus pertenencias, dinero y le dejaron una nota que decía: “Andá a la marcha, puta ni una menos”.

Los informes, realizados por el Instituto de la Mujer de Rosario y el Centro de Asistencia a la Víctima, fueron valorados como “contundentes” por el juez, ya que descartan “fabulación alguna» y “le asignan verosimilitud al discurso de la víctima”.

Por esa razón, el camarista entendió prudente “extremar las medidas de protección” y consideró que «si el hombre pudo instigar a otras tres personas a cometer el delito del que se lo acusa, estando en prisión domiciliaria podría volver a hacerlo».