El pasado 13 de octubre, Sergio Gustavo Pastori, de 42 años, estaba junto a dos de sus hijos en la puerta de su casa, en Ayacucho y Ameghino. Alrededor de las 20, una moto con un conductor y dos acompañantes estacionó a pocos metros y, quien manejaba, se bajó del vehículo y disparó varias veces contra Sergio, que recibió cuatro de los seis impactos. Otro de los plomos terminó en la pierna de su hijo, de 15 años. Pastori fue llevado al Hospital de Emergencias Clemente Álvarez, donde agonizó durante ocho días y falleció el pasado miércoles. Por este crimen, fue imputado Agustín L. hijastro de la víctima fatal, el pasado sábado por los delitos de homicidio calificado y lesiones leves, entre otros, y se le dictó la prisión preventiva por los plazos de ley.

Agustín L. fue detenido el viernes pasado tras una redada de la Agencia de Investigación Criminal, pero el nombre del tirador se había conocido el mismo día. El crimen fue el fatal desenlace de una serie de conflictos intrafamiliares que comenzaron con una pelea entre el imputado y uno de los hijos de Pastori. Cuando todo empezó, el acusado se había presentado en la casa de su padrastro y tras discutir con su hermanastro, le pegó una trompada. En ese momento, Pastori intervino y le devolvió el golpe.  Pero la cosa no quedó allí, ya que días después, Agustín volvió a la casa de calle Ayacucho, esta vez acompañado por su padre, y hubo otra fuerte gresca. La tercera vez fue la que acabó con la balacera y la vida de Pastori.

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El sábado al mediodía, la fiscal Georgina Pairola imputó al joven de 21 años por ese crimen, y por portación de arma de guerra y amenazas coactivas.

La jueza Patricia Bilotta aceptó la calificación legal y dictó la prisión preventiva por los plazos de ley.