Un efectivo de la policía de Santa Fe, que se desempeñaba como suboficial en la comisaría 32ª fue detenido e imputado por «extorsión empleando intimidación». Amenazó a un joven obrero metalúrgico con implicarlo en un delito con el que nada tenía que ver y para no hacerlo le pidió cinco mil pesos. La jueza María Melania Carrara le dictó prisión preventiva por 90 días.

Según el relato de la víctima, todo comenzó el 19 de julio, cuando el suboficial Juan Pablo Q. , de 35 años, comenzó a acosarlo a raíz de un robo ocurrido en un local de electrodomésticos de la zona sudoeste, en el cual estaría involucrado un conocido suyo. El policía, aún a sabiendas que el joven no tenía nada que ver con el crimen, empezó a enviarle mensajes de whatsapp en los cuales le pide «cinco milanesas» (cinco mil pesos) para no implicarlo.

«No seas boludo, llamame, si te hubiese querido meter en cana lo habría hecho, sé dónde vivís, trabajás y lo que hacés de noche». «Amigo, si para las cuatro de la tarde no tengo novedades tuyas voy a elevar todo a la fiscalía y la PDI, te va a saltar pedido de captura y te van a hacer allanamiento en tu casa, en tu trabajo, es todo un quilombo».

Rodrigo, un operario metalúrgico de 30 años relató que cuando empezaron a llegar los mensajes, le preguntó que tenía que hacer para arreglar el tema. Entonces el efectivo le dijo que atendiera un llamado telefónico al día siguiente, y cuando lo hizo, le dijo que sabía que estaba involucrado con el robo del local de Boulevard Seguí y Rouillón, y que tenía que arregla con ellos para no «pasar todo a la fiscalía».

Su interlocutor le dijo a Rodrigo que tenía que ir a la seccional 19ª y arreglar allí para «limpiarlo». El joven le respondió que no tenía nada que ver con el robo pero el suboficial insistió: «Te doy tiempo hasta mañana a la mañana que lo pienses y anoche fueron a tu casa a comprar caramelos que tu mujer dijo que no vendía», le contestó en otro mensaje.

La cosa fue en aumento, y la extorsión no cesó. En otro mensajes, el policía Juan Pablo Q. le escribió: “amigo, si para las cuatro de la tarde no tengo novedades tuya voy a elevar todo a la Fiscalía y a la PDI (Policía de Investigaciones). Te va a saltar pedido de captura y te van hacer allanamientos en tu casa, en tu trabajo, es todo un quilombo”. Y en otro: “Vos estás como cómplice en el hecho. Son de 3 a 5 años. Te doy tiempo hasta mañana a la mañana que lo pienses. Anoche fueron a tu casa a comprar caramelos que tu mujer dijo que no vendía”. También habla de un supuesto superior, quien sería el que le puso precio al asunto: “Mi jefe dijo que te sale 5 milanesas a vos sacarte del sumario”.

 

 

Finalmente, el joven le pidió unos días y en ese tiempo acudió a la Fiscalía de Violencia y Corrupción Institucional a cargo de la fiscal Karina Bartocci. La funcionaria abrió la investigación y a sus instancias se arregló un «entrega controlada». Rodrigo pactó un encuentro para el martes 26 en Boulevard Seguí y Rouillón y mientras efectivos de de Asuntos Internos filmaban la operación, el joven entregó billetes marcados de 500 y 1000 pesos.Luego de caminar una cuadra, el suboficial fue detenido con el dinero en la mano.

Este miércoles, en la audiencia realizada Centro de Justicia Penal, la fiscal Karina Bartocci le imputó extorsión empleando intimidación en grado consumado y pidió presión preventiva por dos años o hasta que el imputado vaya a juicio. Finalmente, la jueza Carrara aceptó la imputación con la calificación legal propuesta por la acusación dictó preventiva por 90 días.