Momentos de profundo dolor y conmoción se vivieron este jueves, en el marco de la despedida del subinspector Leoncio Bermúdez, asesinado este martes en el Hospital Provincial de Rosario, por uno de dos hombres que pretendían liberara a un preso que había sido atendido en el nosocomio. Los restos fueron inhumados en el cementerio El Salvador, en Ovidio Lagos al 1800, donde asistieron familiares y decenas de amigos, compañeros y vecinos de la víctima. También fueron parte de la comitiva trabajadores del Hospital Provincial. El cortejo fúnebre fue acompañado por sus compañeros de la fuerza policial, que escoltaron haciendo honores el ingreso del féretro de los restos al cementerio.

«Lo mataron y lo dejaron tirado como un perro», expresó Romina, la esposa del efectivo asesinado. “Y ahora como siempre, él va a ser uno más”. Estas palabras las envió la mujer, por medio de un mensaje escrito a Radio 2, ya que se excusó de salir al aires debido al estado de conmoción en el que se encuentraba “No entiendo más nada. Lo mataron como a un perro y se fueron como si nada, es injusto todo”, señaló la mujer.

Asimismo, en el mismo texto, remarcó que  “si hubiese sido al revés, si él le hubiese disparado al chorro, primero Leo estaría preso y si no hubiese salido de la garita de trabajo hubiese tenido un sumario por incumplimiento”.

La mujer detalló que tenía dos hijas con su pareja, de 4 y 12 años y que la mayor de ellas se encontraba en la garita ubicada al frente del hospital donde trabajaba su papá. “Mi nena me manda una foto con él, contenta porque conoció el lugar donde tantas horas pasa su papá”, recordó Romina en el escrito. “A las 22.30, me llamó y me dijo: «No sé qué pasó mamá, papá no volvió más»”.

Tanto el velorio como la despedida en el cementerio estuvieron signados por el dolor y el silencio, y por el estupor ante lo inexplicable. Bermúdez se desempeñaba en el destacamento del Provincial desde el año 2017.

El martes por la noche, fue ultimado cuando trataba de responder un pedido de apoyo desde el interior de nosocomio. Cuando estaba entrando, dos de los atacantes que trataban de ayudar a un preso a escapar y  no pudieron lograr el objetivo, se cruzaron con él en la entrada y uno de ellos lo ejecutó a sangre fría.