Este domingo por la tarde, la cárcel de Piñero fue escenario de una protesta que se desató en el pabellón 14, donde se encuentran alojados los presos de alto perfil, entre ellos, Alan y Lautaro Funes. Los internos allí alojados decidieron «retener» los familiares que estaban visitándolos como medida de reclamo por la prohibición de utilizar celulares para comunicarse con el exterior y en contra de la instalación de los inhibidores de señal. Finalmente, se logró llegar a un acuerdo y desactivar la protesta sin el uso de la fuerza.

Todo comenzó después de las 17, cuando terminaba el horario de visita. Los familiares de los presos que estaban en ese pabellón se negaron a retirarse y manifestaron que lo hacían en señal de protesta por el impedimento de utilizar teléfonos celulares, a raíz de los inhibidores de señal que vienen siendo instalados en el penal en  las últimas semanas y que los mantiene «incomunicados».  En la protesta participaron alrededor de 60 personas entre ellos, menores.

Desde el Ministerio de Seguridad, informaron que la semana pasada el Servicio Penitenciario realizó varias requisas y además están avanzando con la instalación de dichos «inhibidores». Según el comunicado difundido por la cartera dirigida por Maximiliano Pullaro, afirmaron: «Los controles que se llevan adelante, causan una molestia evidente entre aquellos delincuentes detenidos que lejos de intentar cambiar su forma de vida, pretenden seguir con su accionar delictivo incluso tras las rejas».

Finalmente, luego de una larga negociación, el Servicio Penitenciario logró disuadir a los internos y sus familiares sin necesidad de usar la fuerza. El punto sobre el que se acordó fue «permitir un uso más flexible del teléfono fijo del penal».