La inseguridad tiene varias aristas, nunca es un tema absoluto. Eso lo saben muy bien los vecinos de Puente Gallegos que observan que, a medida que la población del barrio crece exponencialmente, se multiplican los problemas con el agua potable y los cortes de luz, una deficiencia histórica en esa zona que, en 2019, los obligó a un corte de ruta tras permanecer 18 días sin luz. Esa problemática, que nunca fue encarada con un plan de obras acorde, trae aparejado, obviamente, el accionar de los que siempre se amparan en las sombras para aprovecharse y hacerse con lo ajeno. Eso fue lo que ocurrió este fin de semana, cuando, según denunciaron los vecinos, un joven concretó un raid delictivo de robos y lesiones mientras la luz estuvo cortada durante tres días. Entre tanto, desde la vecinal afirman que «los vecinos tienen miedo de denunciar porque la policía siempre termina diciéndoles a los ladrones quienes son los que denunciaron».

En diálogo con Conclusión, Carina Ríos, presidenta de la vecinal Sargento Cabral de Puente Gallegos, relató que, luego del corte de luz que se produjo el viernes, y se extendió hasta el lunes, un muchacho al que supuestamente las víctimas pudieron identificar como al hijo de una vecina, cometió una ola de delitos, aterrorizó al barrio y lesionó a una joven madre soltera amparado en las sombras.

«El viernes a la noche se cortó la luz y así estuvimos todo el fin de semana, hasta el lunes que volvió. Esa noche, llegó al barrio esta persona que nosotros creemos que es el responsable de los robos porque algunos lo han podido reconocer. Es el hijo de una mujer que vive en el barrio pero no es de acá», explicó Carina Ríos.

Según su relato, el joven comenzó los robos en la casa de un vecino al que le robó un par de zapatillas y una bicicleta. Eso es lo que quedó registrado en una cámara de seguridad, la única que hay en el barrio. «Eso fue cerca de las  de las 4 de la madrugada. Cuando salió de ahí, se metió en la casa de al lado, le reventó la puerta a un muchacho que trabaja de noche y vive solo y le robó un televisor y otras pertenencias. Esas cosas se las llevó hacia la otra cuadra paralela y no sabemos donde las dejó. Después se trepó por los techos y salió por el otro lado, donde empezó a patearle la puerta de la casa a una chica que vive sola con sus cuatro hijos», detalló la presidenta de la vecinal. Y agregó: «Le reventó la puerta a patadas y empezó  a gritar que se quedaran todos quietos porque iba a prenderle fuego a la casa. Como los chicos estaban aterrorizados en la oscuridad, la mujer logró prender la linterna del celular y ahí fue cuando vio que se trataba del mismo encapuchado que aparece en el video»

En esa finca, el ladrón tomó algunas pocas cosas y salió corriendo. En su huida, se topó con el vecino que es policía y recién llegaba de trabajar. «Él le dio la voz de alto pero el tipo le contestó ‘quedate quieto porque te quemo’, dando a entender que estaba armado», relató a este medio Ríos.

Siempre según su versión, el joven habría corrido hasta la casa en la que vive la madre, aunque no hay forma de comprobarlo. «Desapareció en la oscuridad. Corrió para ese lado y cuando llegaron los de la policía empezaron a iluminar todo el barrio con los reflectores, también para el lado del arroyo, y no pudieron encontrarlo, por eso nosotros pensamos que la mamá lo metió adentro».

Pero los delitos no terminaron allí. Alrededor de las 7 de la mañana del domingo, fue atacado un comercio que es muy conocido en Puente Gallegos. «Yo pienso que lleva una barreta porque revienta las cerraduras, dijo la mujer. «Logró entrar y cuando la chica escuchó el ruido, salió de la habitación y él la atacó con un cuchillo. Le hizo varios cortes en las manos y los brazos. El hermano se despertó y lo corrió unas cuadras y ellos también dijeron que se fue para el lado de la casa de la persona que pensamos que es su madre».

Miedo a denunciar

A pesar de la ola de crímenes, las denuncias no se acumularon. La presidenta de la vecinal Sargento Cabral remarcó que es algo que pasa siempre. «La gente tiene mucho miedo. Vienen a la vecinal y hablan con nosotros. Pero no denuncian en la comisaría porque al final, la policía siempre les termina diciendo a los ladrones quienes son los que denunciaron», explicó.

Ríos contó también que decidió llamar por teléfono al comisario de la seccional 21ª, que es la que corresponde al barrio. «Quedó en venir el domingo y no apareció en todo el día. El tema es que los vecinos están muy atemorizados, sobre todo porque se mete puntualmente en casas donde viven mujeres solas con chicos».

En ese sentido, Carina señaló que «hacen lo que pueden» como vecinal pero que la competencia no les corresponde. «Esto no es algo que podamos resolver nosotros. La verdad es que desde que asumió el nuevo gobierno en la provincia no tenemos con quien hablar de estas cosas, no tenemos una sola persona en provincia que atienda el tema de la seguridad en los barrios. Antes teníamos un lugar para ir a denunciar con identidad reservada, pero ahora no tenemos a quien pedirle auxilio».

Una de las cosas que más están pidiendo los habitantes de la zona es que haya patrullaje, ya que eso al menos cambiaría un poco la escena en las calles. «Al no haber luz tantos días, las calles están oscuras y desiertas y eso hace que aparezca gente como esta que se mueve en las sombras y hacen de las suyas… No sabemos que están esperando, que mate a alguna mujer o que salga lastimada alguna criatura».

Mientras tanto, la vecinal planea llevar una carta a la comisaría 21ª , junto a la red de comedores que funcionan en todo el barrio solicitando una reunión con el comisario para plantearle la situación y el pedido de patrullaje».

Carina Ríos también remarcó que la realidad es altamente compleja. «Es un barrio que ha crecido muchísimo en los últimos años. La asistente social del centro de salud nos dijo que ahora hay unas 20.000 personas en la zona, cunado antes éramos 10 familias. La mayoría de la gente no tiene gas, y ahora, en el invierno, las familias prenden las estufas cuando cae la tardecita y ahí explota el transformador. Y pasan días y días hasta que alguien viene a arreglarlo. Lo emparchan un poco y tres días después, otra vez nos quedamos sin luz. Eso pasa porque no hay un plan de obras, ni tendido de cables ni mucho menos de red de agua. Acá prácticamente no tenemos agua potable. Tienen que salir los vecinos con los baldes a buscar agua todos los días… pero parece que nadie se plantea hacer una obra seria en la zona. ¿Hasta cuando vamos a tener que vivir así?