Por Alejandro Maidana

El 6 de agosto del 2013 quedará por siempre marcado como un cruel estigma en la piel de los rosarinos. Aquella fuga de gas que originó una brutal explosión y posterior derrumbe en Salta 2141, sigue mostrándonos los fantasmas que origina la desidia y a la enorme indefensión a la que se está expuesta ante este tipo de sucesos.

Fueron 22 las personas que murieron, decenas resultaron heridas y hubo cientos de damnificados. El debate oral y público comienza este miércoles en el Centro de Justicia Penal, con 11 acusados por estrago culposo agravado. Lo curioso es que solo una familia se mantuvo con la firmeza y dignidad necesaria para continuar como querellantes, los Gianángelo.

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Jamás dudaron, nunca se permitieron pensar en renunciar a la lucha, el dolor por la pérdida de Débora, sigue siendo ese motor impulsor que le permitió mantenerse de pie y con la entereza necesaria de reforzar la memoria en todo momento.

Comienza un juicio esperado por todos, las audiencias se desarrollarán por la mañana los días lunes, miércoles y jueves, y por la tarde los martes. Los viernes no habrá audiencias a excepción del 10 de mayo.

“En lo particular junto a mi familia hemos sido siempre respetuosos de la contraparte, y el mismo trato hemos recibido por parte de ellos. Nunca hemos sufrido un apriete, pero no puedo asegurar que las otras familias no lo hayan sufrido, pero de haber sido así, existe una justicia para denunciarlos”, cuenta Adrián Gianángelo, hermano de Débora, quién perdiera su vida en esta nefasta tragedia en diálogo con Conclusión TV.

Sobre el porqué han tenido que continuar el camino querellante en soledad, Gianángelo disparó: “Como hombre de derecho que lleva estudiado el caso dos veces, el expediente es muy claro y está minado de <desistimientos voluntarios>, de estas familias y otros damnificados. Estos desistimientos se han dado por acuerdos privados, una de esas clausulas es muy explícita, habla de que usted debe renunciar a cambio de dinero a realizar cualquier acción penal. Nosotros como familia hemos decidido continuar por la memoria de mi hermana, la verdad y la justicia”.

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Enfrentar una durísima realidad con estoicismo y resiliencia, “hemos tenido que pasar por muchas situaciones desilusionantes, una de ellas fue la revocación de representatividad del doctor Ravena, quién nos comunicó después de la feria judicial que dejaba de patrocinarnos. El dolor generado fue muy grande ya que esto ocurrió a pocos días del comienzo del juicio, necesitamos un cambio de paradigma urgente en torno a la víctima, hoy a los abogados solo les interesa pertenecer a la defensa, patrocinar a narcotraficantes, lavadores de dinero y otros”.

Daría la impresión que las multitudinarias movilizaciones, actos y reclamos de justicia, de poco han servido para poder lograr el fin último. “El trasfondo de esta película lo van a poder conocer gracias a la querella de la familia Gianángelo, de lo contrario hubiese sido imposible. Si bien los defensores buscan romper una cadena en donde los once eslabones tienen responsabilidad directa con lo sucedido, la querella busca visibilizar lo que la sociedad desconoce, la corrupción y la desidia que matan”.