En un escenario que se repite día tras día, otra familia fue víctima aprietes mafiosos y en tres días su casa recibió al menos 50 disparos.

Quien se acerca a la casa blanca de la esquina de Marco Polo 437, en la zona sur de la ciudad, puede ver los numerosos orificios de bala sobre la pared del frente y sus ventanas. Es que la familia fue víctima de un violento ataque a balazos del cual sobrevivieron “de milagro”.

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Durante la madrugada del martes, pasó una moto y disparó treinta veces sobre la casa de Marco Polo y Ayacucho para luego volver el domingo por la madrugada y abrir fuego otras quince veces más. Algunas de esas balas ingresaron a la casa y a la habitación de la dueña de la casa que se encontraba durmiendo con su hija.

 

“Las balas entraron por la ventana de mi pieza y tuve que tirarme al piso para que no me alcancen. Estoy viva de milagro. Fue catastrófico”, señaló en su relato Angelica, la dueña de la casa que hoy y por el terror que le provocó lo sucedido, se tuvo que refugiar junto con sus hijos en la casa de un familiar.

“Este horror no sabemos de dónde viene. Quiero aclarar que no tenemos nada que ver con nada, no sabemos qué quieren. Somos una familia de laburantes, mis hijos se levantan todos los días para trabajar”, comentó la mujer, en estado de consternación.

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Por otro lado, comentó que no tenían custodia policial al momento del segundo ataque: “Después de la primera balacera hicimos la denuncia pero al momento de la segunda no teníamos custodia”.

“Nací en el barrio, nunca tuve ningún problema con nadie. Hace 36 años que vivo en esta casa, los atacantes están equivocados”, se encargó de aclarar la dueña de la casa.

Esta modalidad de apriete con tinte mafioso es cada vez más común en diferentes zonas de la ciudad. Lo más preocupante es que las víctimas, en muchas ocasiones, no tienen ningún tipo de vinculación con el mundo del hampa. El motivo de las amenazas, generalmente, es quedarse con el inmueble para utilizarlo como bunker para la venta de droga.