El general Juan Domingo Perón, fundador del movimiento de masas que signó la historia de Argentina, fallecía hace 46 años en el ejercicio de su tercera presidencia constitucional, con lo que el país quedaba huérfano de liderazgo en medio de una creciente espiral de violencia política que anticipaba la irrupción del terrorismo de Estado.

El viejo líder eligió dejar Madrid para volver definitivamente al país el 20 de junio de 1973, y de esta forma le ponía fin un exilio de 18 años.

Pero lo que debía ser una fiesta popular que iba a celebrarse en la inmediaciones del aeropuerto de Ezeiza se convirtió en un confuso y nunca esclarecido enfrentamiento.

Sectores de izquierda y derecha del peronismo chocaron a sangre y fuego en una jornada que dejó un saldo impreciso de muertos y heridos.

Esos hechos determinaron la renuncia de Héctor Cámpora a la presidencia, tras 49 días de gobierno, y el llamado adelantado a elecciones en la cuales el viejo caudillo se presentó en una fórmula junto a María Estela Martínez de Perón, conocida popularmente como Isabelita.

El 23 de septiembre, Perón se consagró presidente por tercera vez con el 62 por ciento de los votos, en tanto que la fórmula del radicalismo que integraban Ricardo Balbín y Fernando de la Rúa obtenía el 24 por ciento de los votos.

Sin embargo, la confrontación entre los sectores ortodoxos y la tendencia revolucionaria del peronismo prosiguieron y se convirtieron en una constante a partir del segundo semestre de 1973.

Dos días después de este contundente triunfo electoral, el dirigente metalúrgico José Ignacio Rucci era asesinado a balazos en las calles del barrio de Flores, en un hecho que llevó el signo de la organización Montoneros.

Paralelamente, la banda parapolicial Tripe A (Alianza Anticomunista Argentina), bajo el amparo del ministro de Bienestar Social, José López Rega, había iniciado una campaña de persecución y asesinatos contra dirigentes y personalidades identificadas con posturas de izquierda.

En medio de las tensiones entre la izquierda y la derecha del peronismo, El 1 de mayo, durante una concentración en Plaza de Mayo, Perón llamó «imberbes y estúpidos» a los Montoneros, que se retiraron en medio del discurso del líder.

En ese mismo mes, se registró una inflación del 3 por ciento; había desabastecimiento de algunos productos de la canasta básica y, ante este panorama, Perón decidió dirigirse a la población por cadena nacional de radio y TV, en el mediodía del 12 de junio.

La CGT decretó un paro en respaldo al Presidente y en cuestión de horas la Plaza de Mayo estaba llena, y en ese escenario, Perón cerró su ultimo discurso con una frase que quedó marcada a fuego en la memoria popular: «Llevo en mis oídos la más maravillosa música que es la palabra del pueblo argentino».

La salud de Perón empieza a empeorar en la ultima quincena de junio y el sábado 29, en horas del mediodía, debe delegar el mando en Isabel.

En la mañana del lunes 1 de julio de 1974, Perón recibe la extremaunción de parte del sacerdote Héctor Ponzio en Olivos y ese día a las 13.15, los médicos Pedro Cossio y Jorge Taiana, junto con los doctores Domingo Liotta y Pedro Vázquez, firman el certificado de defunción.

«Ha muerto un apóstol de la paz y la no violencia», anunció con voz entrecortada por televisión Isabel, la mujer que desde ese día gobernará el país hasta el 24 de marzo de 1976, cuando un golpe cívico militar la derrocó.

La congoja popular ante la pérdida del hombre que había concedido derechos sociales y ciudadanos a los trabajadores argentinos era enorme, tanto como la incertidumbre que provocaba el vacío político que dejaba con su ausencia.

Repercusiones

La repercusión de la muerte del teniente general Juan Domingo Perón alcanzó un eco sin precedentes en la Argentina y conmovió a grandes personalidades de todo el mundo. Esa consternación quedó evidenciada no sólo en las condolencias que convergieron sobre Buenos Aires, sino en una especie de súbita parálisis que se verificó en algunas capitales del exterior.

En Moscú, por ejemplo, el presidente de los Estados Unidos, Richard Nixon, y el secretario general del Partido Comunista de URSS, Leonid Brézhnev, interrumpieron el diálogo que mantenían desde días atrás, para expresar su adhesión al duelo. Otro tanto sucedió con las reuniones de la FAO que se celebraban en Roma; e igual decisión se tomó, en Ginebra, en la Conferencia sobre Desarme. Ernesto Geisel, presidente de Brasil, conoció la triste noticia mientras volaba desde el norte de su país hacia Brasilia: en pleno vuelo decretó tres días de duelo nacional y redactó las condolencias para el gobierno y pueblo argentinos. En todos los países del mundo las banderas comenzaron a flamear a media asta, incluyendo la blanca y celeste de las Naciones Unidas, enarbolada en su sede de Nueva York. Las enseñas de todos los países rindieron similar tributo en los estadios alemanes donde se jugaban los encuentros por el Campeonato Mundial de Fútbol. En cada uno de los partidos disputados a partir del 1º de julio, se interrumpió el juego por un minuto para rendir homenaje al viejo líder argentino. Igual medida dispusieron las autoridades del Campeonato Mundial de Básquetbol que se disputaba en San Juan de Puerto Rico.

En Lima, Nueva York, Brasilia, Roma, Washington y en casi todas las grandes capitales se rezaron misas in memorian del presidente muerto, y el propio papa Pablo VI le dedicó –el martes 2- la misa que celebró en la capilla privada del tercer piso del Palacio Apostólico del Vaticano.

La irreparable desaparición sirvió para titular los diarios de todo el orbe (las portadas de algunos periódicos porteños ilustran esta página), los que publicaron extensas notas necrológicas destinadas a resaltar la personalidad de quien fuera, por tres veces, presidente de los argentinos. A continuación se insertan las opiniones vertidas por diferentes personalidades y medios periodísticos del exterior.

Josef Broz, Tito (presidente de Yugoslavia): “El pueblo argentino pierde un gran hombre de Estado. Y el continente latinoamericano y el mundo, un luchador incansable por la paz de los pueblos”.

Giovanni Leone (presidente de Italia): “Juan Domingo Perón será recordado por el pueblo italiano por su amistad hacia Italia, constante y concretamente demostrada por el impulso dado al desarrollo de la colaboración ítalo-argentina”.

Kurt Waldheim (secretario general de las Naciones Unidas): “Fue reconocido como destacado líder de América, a tal punto que su muerte será sentida no sólo por el pueblo de su país, sino por el mundo entero”.

Alfredo Stroessner (presidente del Paraguay): “Desaparece un gobernante excepcional, un soldado leal a las tradiciones de su patria, un abanderado de la justicia social y reivindicador de los derechos de las clases populares”.

Chou En-lai (primer ministro de la República Popular China): “Perón laboró activamente durante toda su vida para reforzar la causa de la unidad del Tercer Mundo contra todo designio hegemónico. Fue un célebre estadista y desplegó en vida positivos esfuerzos por la salvaguardia de la independencia nacional”.

Walter Scheel (presidente de Alemania Federal). “El pueblo alemán guardará siempre un honroso recuerdo de alguien a quien mucho se debe en la construcción de una Argentina moderna, pues él puso énfasis en el desarrollo económico y social de su país”.

Fidel Castro (primer ministro de Cuba): “La noticia me hizo mucho daño. Tuve una terrible sensación de abatimiento y tristeza… Surgió en mi memoria la ruptura del bloqueo a Cuba que concretó el gobierno popular del general Perón. Jamás será olvidado por el gobierno y el pueblo de mi patria. Siempre será recordado aquí como un patriota latinoamericano y un amigo de Cuba y de su pueblo”.

Edgardo mercado Jarrin (primer ministro de Perú). “Perón ha sido la figura política más importante de la Argentina de este siglo. Por su carisma, sus dotes de estadista y porque supo aglutinar y movilizar a la opinión pública alrededor de su persona, el general Perón jugó un papel trascendental en la vida de su pueblo”.

Richard Nixon (presidente de USA): “En el momento que otros se habrían contentado con retirarse de la vida política, él aceptó el desafío de regresar a su país para guiar a los argentinos”.

Juscelino Kubitschek (ex presidente de Brasil): “Perón conoció el calvario y la resurrección. Al final, el destino le reservó la gloria de ser el restaurador de la democracia”.

Nicolae Ceausescu (presidente de Rumania): “Fue uno de los hijos más brillantes de América. Luchó activamente por la unidad de las fuerzas populares, por el desarrollo libre de su país, contra la dominación imperialista y extranjera, por la paz, la seguridad y la cooperación internacional”.

Henry Kissinger (secretario de Estado de USA): “La muerte de Juan Domingo Perón no sólo es una gran pérdida para el pueblo argentino, sino para todo el mundo”.

Juan María Bordaberry (presidente de Uruguay): “Pugnó por una acción iberoamericana revitalizada para llevar al continente a formas de integración compatibles con nuestra independencia y desarrollo”.

Misael Pastrana Borrero (presidente de Colombia): “No sólo fue un estadista sino uno de los conductores más destacados de América Latina”.

The Washington Post (USA): “Perón dirigió, en la década de los años 40, una transformación social en la Argentina que, al contrario de muchos otros movimientos latinoamericanos, puede ser descrito como revolución”.

O Globo (Brasil): “Hay que elogiar la moderación y el espíritu constructivo de Juan Domingo Perón”.

Borba (Yugoslavia): “Perón gozaba de un amplio apoyo en todas las clases sociales porque personificaba la esperanza hacia la emancipación social”.

El Mercurio (Chile): “Cualquier menosprecio para juzgar la personalidad de Perón constituiría una ceguera”.

The New York Times (USA): “La personalidad de Perón ha merecido sentidos elogios desde la izquierdista Cuba a las derechistas Brasil y Chile”.

Il Tempo (Italia): “Perón inició en Argentina un experimento político y social, el del justicialismo que, sobre todo cuando se lo juzgue teniendo en cuenta el ambiente en el que fue realizado, las dificultades que se le opusieron y los enemigos que tenían interés en hacerlo fracasar, no podrá dejar de ser considerado como una etapa del progreso social de América latina”.

El Comercio (Perú): “Fue un estadista extraordinario, capaz de conquistar los más altos índices de popularidad”.

Novedades (México): “La historia registrará el nombre de Perón como el de uno de los políticos latinoamericanos más singulares y polifacéticos del siglo XX y, en definitiva, rendirá un juicio positivo”.