El ex presidente Carlos Saúl Menem murió este domingo a los 90 años de edad, tras permanecer varias semanas internado en el Sanatorio Los Arcos por una infección urinaria que se agravó y que en los últimos días le provocó un considerable deterioro en su salud.

El fallecimiento del ex mandatario, que presidió por diez años el país, fue confirmado por su hija Zulema minutos antes del mediodía del domingo. Menem se encontraba internado desde hacía casi dos meses y su delicado estado de salud le impidió dejar el nosocomio durante este tiempo.

El senador nacional ingresó al porteño Sanatorio Los Arcos el pasado 15 de diciembre por una infección urinaria, la cual le provocó considerables daños en su salud y debió ser inducido al coma. Esta situación le produjo una insuficiencia cardíaca, que fue la causa de su fallecimiento, según informaron desde su entorno.

Los últimos meses también había ingresado al Instituto Argentino de Diagnóstico y Tratamiento (IADT) por una neumonía severa y debilidad muscular.

En ese momento, se le realizó un test de COVID-19, con resultado negativo.

Además de Presidente de la Nación entre 1989 y 1999, fue gobernador de La Rioja, su provincia natal, y senador nacional desde 2005 hasta la actualidad.

Carlos Saúl Menem nació en Anillaco, La Rioja, el 2 de julio de 1930. Asumió el 8 de julio de 1989, cinco meses antes del inicio previsto para el mandato, con promesas de “revolución productiva” y “salariazo”, pero su gobierno estuvo marcado por una política de corte neoliberal que incluyó la privatización de varias empresas del Estado, cambios en las leyes laborales que implicaron la pérdida de antiguas conquistas de los trabajadores y una estrategia de “relaciones carnales” con Estados Unidos.

Asumió el poder en medio de un proceso de hiperinflación heredado de la administración de Raúl Alfonsín y, una vez en el gobierno, tejió inesperadas alianzas entre el peronismo y dirigentes de ideología liberal que hicieron sentir incómodos a muchos de sus compañeros de tantos años de lucha.

En 1995 fue reelecto, y su segundo mandato terminó el 10 de diciembre de 1999, siendo sucedido por el radical Fernando De la Rúa. Menem se postuló nuevamente para presidente en el 2003, pero se bajó del balotaje que lo iba a enfrentar a Néstor Kirchner. 

El ex presidente era abogado, recibido en la Universidad de Derecho de Córdoba. Su gobierno se caracterizó por implementar un modelo económico neoliberal en el país y, junto con su ministro de Economía Domingo Cavallo, impulsaron un sistema de convertibilidad en donde un dólar equivalía a un peso.

Este modelo económico golpeó a la clase media y a los sectores más vulnerables de la sociedad, provocando que a fines de los 90’ el país se sumerja en una de las peores crisis de la historia.

Durante la gestión de Menem estallaron múltiples conflictos sociales, la mayoría de ellos por las pérdidas de fuentes de trabajo a causa de las privatizaciones y la precarización del mercado laboral al ritmo del plan de flexibilización que motorizó el empresariado.

La Ley de Reforma del Estado sancionada a fines de 1989 lo habilitó a privatizar a lo largo de esa década varias empresas estatales, incluidas YPF, Gas del Estado, Aerolíneas Argentinas, el Correo Argentino y el complejo minero-siderúrgico Hipasam-Altos Hornos Zapla-Somisa, como así tambien sectores vinculados a los ferrocarriles, al agua, luz, gas, comunicaciones y hoteles.

Muchos de esos procesos privatizadores, entre ellos la entrega a manos extranjeras de recursos naturales estratégicos, fueron los puntos más cuestionados de su gestión, al igual que la calidad institucional, que tuvo su máxima expresión en la denominada “mayoría automática” de la Corte Suprema, que le permitió desplegar sus políticas sin sobresaltos judiciales.

Menem, quien estuvo preso de la dictadura militar en las Lomitas, tomó el argumento de la “reconciliación nacional” para firmar en 1990 uno de sus más polémicos decretos: el indulto con el que liberó a los comandantes de la Junta Militar condenados por múltiples y gravísimos delitos contra la humanidad.

Sus estrategias políticas y su insistencia por lograr la reelección en 1995, lo llevaron a reformar en 1994 la Constitución Nacional, después de que el país entero se sorprendiera con la firma del “Pacto de Olivos”, otra vez con Alfonsín como co-protagonista.

La nueva Constitución abrió paso a la reelección presidencial, antes vedada; derrumbó el Colegio Electoral que hasta entonces elegía al jefe del Estado; redujo de seis a cuatro años el período de mandato del Presidente y aumentó el número de senadores con una garantía de representación para la minoría, entre otros puntos.

Menem, un político de raza, de aquellos que recorrían el país en cualquier medio de transporte para las campañas, mostró un estilo campechano, con largas patillas y acento riojano, lo cual lo ayudó a crecer en popularidad dentro de las filas del peronismo, al que abrazó en su juventud.

En los años 90, algunas de sus actitudes en el ejercicio de la Presidencia eran consideradas extravagantes, como la vez que jugó en cancha llena al fútbol con la camiseta de selección, o cuando viajó desde Buenos Aires hacia Pinamar, en tiempo récord, al mando de su Ferrari Testarossa.

Pero sus políticas de Estado no fueron toleradas por completo en el partido fundado por Juan Domingo Perón, al punto de que durante su gobierno hubo profundos cambios en la tradicional liturgia del partido y su mandato quedó más asociado al “menemismo”, que al peronismo como se lo había conocido hasta entonces.

Durante su carrera política, Menem afrontó una gran cantidad de causas judiciales no sólo por corrupción sino también por hechos vinculados al atentado a la AMIA, pero solo recibió una condena en esa causa que nunca quedó firme y por otra estuvo preso apenas seis meses de manera preventiva, y la mayoría de las investigaciones prescribieron o languidecieron con el tiempo.

En 2001 pasó seis meses en prisión en la causa por la venta de ilegal de armas a Ecuador y Croacia, por orden del juez federal Jorge Urso.

En tanto, el próximo 24 de febrero debía declarar en el juicio por la explosión de una fábrica militar en la localidad cordobesa de Río Tercero en 1995, una causa que lo tenía como único imputado. Sin embargo, días atrás su defensa había pedido la suspensión del proceso dado el estado de salud del ex mandatario.