Luego de las movilizaciones en favor de la intervención estatal en la concursada firma Vicentin y la defensa de los puestos de trabajo de la firma, que tuvieron lugar en horas de la mañana, en horas de la tarde tuvieron lugar “banderazos” y “bocinazos” esta tarde en el Monumento a la Bandera en Rosario, con réplicas Obelisco porteño y varias ciudades del interior del país (norte santafesino, Mendoza) con proclamas varias pero en general en contra del gobierno nacional.

En el Monumento también pudieron oírse manifestaciones de encono contra las autoridades locales, en este caso el intendente de la ciudad, Pablo Javkin.

Más allá de los reclamos o enojos puntuales, en los distintos reclamos del país se manifestaron contra de una serie de cosas, como la intervención a la empresa Vicentin y la excarcelación de Lázaro Báez, en «defensa de la democracia», y en reclamo de una mayor flexibilización de la cuarentena, según decían los manifestantes.

La marcha en el Obelisco, que estuvo acompañada por una extensa caravana de autos, quedó empañada por violentos incidentes provocados por agresores que increparon a cronistas y dañaron con golpes al móvil de televisión, en tanto que se registraron enfrentamientos a golpes de puño entre grupos de manifestantes.

En la Ciudad de Buenos Aires las concentraciones, que fueron previamente convocadas por redes sociales en coincidencia con la fecha patria del 9 de Julio, se replicaron en el barrio de Belgrano (en la tradicional esquina de Cabildo y Juramento) y frente a la Quinta Residencial de Olivos, en tanto que hubieron nutridos «banderazos» y caravanas en Córdoba, Mendoza, Mar del Plata y Rosario.

El menú de reclamos que llevó a los distintos grupos de manifestantes a romper el aislamiento obligatorio, y en muchos casos, a incumplir con el distanciamiento social cuando el país se acerca al pico de contagios, fue variopinto, mezclándose el pedido para terminar la cuarentena, el repudio a la liberación de Lázaro Báez y de dirigentes kirchneristas que estaban presos, el rechazo a la intervención de Vicentin y un cúmulo de consignas más abstractas contra la corrupción, contra «el comunismo» y a favor de «las libertades y la República».

La heterogeneidad de los reclamos, y el carácter difuso de la convocatoria, hizo que en las distintas plazas donde se llevaron a cabo los banderazos se aglutinara gente de lo más diversa, desde adultos mayores, pasando por jóvenes libertarios, militantes nacionalistas, hasta manifestantes anticuarentena, todos unidos por su oposición al Gobierno de Alberto Fernández.

Las escenas de mayor tensión violencia se vivieron en el Obelisco porteño, donde además de los combates cuerpo a cuerpo, que finalizaron con personas con cortes en la cara y sangre, se arrojaron objetos contundentes, como palos y piedras, según pudieron registrar las cámaras de televisión presentes en el lugar.

«Devuelvan lo robado», «No somos Venezuela», «Ladrones» fueron algunas de las frases que se repitieron con intensidad a lo largo de la tarde.

Las imágenes de la manifestación por la tarde en el Monumento de Rosario: