En las últimas semanas, el exministro de Economía de los gobiernos de Carlos Menem y Fernando De La Rúa ha retomado activamente la escena pública y viene dando varias entrevistas en radio y televisión. El pasado 16 de octubre estuvo en el canal de noticia TN y, además de afirmar nuevamente que lo que la economía argentina necesita es aplicar sus viejas recetas como privatizaciones y convertibilidad, se refirió en particular y con mucho énfasis a la exdiputada de Juntos por el Cambio, Elisa Carrió, y la acusó abiertamente de haber sido parte de un boicot de la Unión Cívica Radical para debilitar el gobierno de Fernando De La Rúa en el año 2001.

Tras afirmar con convicción que es necesario volver a la convertibilidad y privatizar las empresas estatales, el exministro defendió la figura de Fernando de la Rúa y aseguró que poseía «convicción política». Y afirmó que el trágico final anticipado de su gobierno se debió a un boicot de un sector del radicalismo y de «otra gente» entre la que incluyó a Elisa Carrió.

«Lamentablemente, dentro del radicalismo había gente que apoyaba a De la Rúa y tenía la misma idea de él, pero la mayoría en realidad tenía una posición como la de Alfonsín, como la de los dirigentes de la provincia de Buenos Aires, de los cuales el más expresivo, me acuerdo, era Moreau. Eran cavernícolas y ellos mismos boicotearon al Gobierno de De la Rúa», aseveró.

Asimismo agregó: «Hay otra gente que lo boicoteó también, y esto lo quiero dejar en claro, que ahora están en Juntos por el Cambio. Por ejemplo, la señora Carrió». «La señora Carrió es una de las que, durante el año 2001, estaba alimentando la desorganización financiera, acusando a los bancos. Incluso se puso en contra del Banco Galicia por una cuestión familiar y desestabilizó al Banco Galicia», expuso  Cavallo.

También afirmó que la acusación que hizo sobre él de tener cuentas en el exterior por 240 millones de dólares se basaba en una documentación falsa que le proveyó un «personaje con pésimos antecedentes», cuyo nombre no develó. «Y a pesar de que le advirtieron que estos eran mentiras, se lo advirtió hasta la misma Cristina que estaba en la comisión esa donde ella presentaba todos estos papeles, fue adelante e hizo toda una alaraca sobre ese tema».

«Realmente, el año 2001 no fue el radicalismo, fue una parte del radicalismo, pero por otro lado estaban los que le prestaban oídos a los lobistas de siempre del sector empresario que querían realmente resolver sus problemas desorganizando la economía», concluyó