Por Alejandra Ojeda Garnero

“Los chicos sueñan con ser narcos o sicarios en Santa Fe”

Carolina Losada

La frase fue lanzada sin miramientos por la precandidata a senadora nacional por Santa Fe de Juntos por el Cambio, Carolina Losada. Al parecer la carrera final por llegar a las PASO con mejores chances fue una disputa cuerpo a cuerpo en todo el arco opositor y una competencia para alcanzar el mayor impacto en la sociedad a costa de decir cualquier cosa. La libertad de expresión es reconocida como un valor esencial para la vigencia de una sociedad democrática. La Convención de los Derechos del Niño brinda una protección especial a los menores. Ambos derechos tienen la misma jerarquía constitucional, por lo tanto no se puede ejercer uno en detrimento del otro.

Es una realidad que la provincia de Santa Fe y especialmente la ciudad de Rosario atraviesan un momento complicado con las disputas vinculada al crimen organizado, como también es una realidad que hay menores involucrados en esas organizaciones. Huelga la verdad en la frase de Losada al afirmar que «los chicos sueñan con ser narcos o sicarios en Santa Fe». ¡Es imposible dimensionar tamaña afirmación! Pensar que todos los chicos de la provincia tienen ese sueño, al menos resulta incomprensible. La estigmatización y la unificación de las niñeces y adolescencias que realiza la precandidata es inadmisible. No existe un niño o adolescente que piense igual que otro, o que sueñe con un mismo futuro que su par. Englobar a todos de tal manera no es otra cosa que estigmatizar y etiquetar a los niños, lo cual choca con lo establecido por la Convención de los Derechos del Niño.

Losada denunció además, en una entrevista radial que “el Estado no hace nada para ayudarlos”, y aseguró que tiene en carpeta “un proyecto de ley que se llama infancias protegidas que busca luchar contra la delincuencia infantil”. También señaló que “hay personas que corrompen la infancia de estos chicos y los transforman en criminales. Nosotros queremos que esa figura se lleve al Código Penal, que es la corrupción de menores con fines delictivos”.

La campaña de Juntos por el Cambio, con Carolina Losada como precandidata a diputada nacional por Santa Fe carece de propuestas concretas, porque la afirmación sobre las infancias en Santa Fe no está respaldada por ningún estudio, científico, sociológico o judicial ni académico que avale o demuestre dicha afirmación. Por lo tanto afirmar que «los chicos en Santa Fe sueñan con ser narcos o sicarios» es una falacia. Por otra parte, al contrario de lo que expresa Losada, el Estado toma cartas en el asunto ya que los menores en conflicto con la ley penal son debidamente asistidos por equipos que realizan un abordaje integral para su resocialización, sin contar las numerosas detenciones y juicios que se realizan en la provincia a distintas organizaciones criminales que se fueron desbaratando desde hace varios años.

Sobre el proyecto que la precandidata tiene en carpeta para crear el delito de «corrupción de menores con fines delictivos», solo quedará allí porque ya existe una figura en el Código Penal que agrava la situación de un mayor que delinque junto a un menor, por lo tanto y como nos tienen acostumbrados los candidatos de Juntos por el Cambio, no solo carecen de propuestas viables sino que siempre elaboran discursos rimbombantes para captar la atención de algunos distraídos que consumen sin procesar los contenidos que transmiten los medios hegemónicos.

Es importante no olvidar que el espacio político al que pertenece Carolina Losada, impulsó un proyecto de ley para bajar la edad de punibilidad de los menores, que degradó el ministerio de Salud a secretaría, que no construyó ninguna de las escuelas que había prometido en campaña, áreas que tienen una directa conexión para terminar con el delito que plantea Losada.

Realidad mata relato

La realidad de los barrios de Rosario es conocida por todos, excepto por la precandidata Carolina Losada, que por cierto no vive en la provincia, pero al parecer hablar con un par de madres le dio un pantallazo de cómo es la vida de las infancias en la ciudad. Conclusión dialogó con el juez de Menores N° 3, Alejandro Cardinale quien se mostró sorprendido por los dichos de la precandidata de Juntos por el Cambio.

«La declaración de la precandidata haría referencia a una situación objetiva de una población, de un imaginario y de una representación social de un determinado grupo etario, como los niños y adolescentes, como algo objetivo, lo que no queda claro es en base a qué datos se brinda esta certeza, esta verdad respecto de esa población», aseguró el juez

El magistrado sostuvo que no puede suscribir a dicha afirmación «porque no hay una adolescencia, no hay una niñez, ni tomando la cuestión de clase social ni de pertenencia a un determinado lugar o barrio, que tenga que ver tampoco con las conductas que tenga ese joven, no hay ningún trabajo desde la sociología o desde la niñez que afirme que en el imaginario de los niños o de los adolescentes esté ese” que plantea la precandidata.

Si es posible, agregó Cardinale “que haya casos puntuales, situaciones concretas no lo voy a negar, pero son aquellas que se trabajan, por ejemplo, en los juzgados de menores cuando tramitamos causas penales en las cuales se encuentra sospechada una persona menor de edad de haber cometido un delito».

“En esos datos concretos pueden aparecer situaciones de las mas diversas, dentro de las cuales puede aparecer la de un niño o joven que quiera pertenecer a una banda narco, a un sicariato, en el imaginario, como pueden aparecer distintos imaginarios dentro de la individualidad de la persona humana”, aseguró el juez.

«Calificar o afirmar que el grupo etario niñez adolescencia tiene ese imaginario, es una afirmación que no aparece en ningún informe público o académico que brinde esa certeza. Una afirmación de esta magnitud vertida sin el conocimiento concreto, sin la información sociológica o pública que lo sustente, puedo decir que rompe con los principios de no estigmatización, de los parámetros que el Estado argentino está obligado conforme la suscripción de la Convención de los Derechos del Niño y los demás tratados internacionales en la materia», indicó el juez.

El juez Cardinale aclaró que «encasillar a la niñez y a la adolescencia con ese imaginario puede generar un perjuicio real porque la política pública puede estar orientada a esa verdad, y si no hay un sustento que lo avale puede conllevar una violación a los principios de la Convención de los Derechos del Niño».

Por otra parte, “Unicef, un órgano especifico de Naciones Unidas recomendó a los Estados y específicamente a la República Argentina el tratamiento de la información pública, periodística respecto de la niñez y una de las recomendaciones es la no estigmatización, porque la cantidad de tinta y minutos de televisión que se destinan a la delincuencia juvenil en comparación a cuestiones que hacen a la salud integral, al desarrollo a la educación o bienestar general, a la recreación, al ámbito donde se desarrolla una vida más acorde”, es abismal.

Otro de los puntos centrales que hacen al cuidado de los niños es evitar «la estigmatización y la profecía autocumplida, si le decimos delincuente a una persona en formación y lo encasillamos en ese rol vital de la sociedad, lo más probable es que lo cumpla y que se lo crea», señaló Cardinale.

En ese sentido, el juez de menores remarcó que “desde la función de juez puedo afirmar que no veo cierta esa verdad”, que expresa la precandidata Losada.

A la vez que enumeró las múltiples acciones que se realizan, «el abordaje de la justicia penal juvenil tiene necesariamente que intervenir de manera coordinada y conjunta con distintas áreas, no es posible pensar a la justicia juvenil encapsulada o aislada únicamente en el ámbito judicial”, y solo en el punitivismo, pero “aun en otras corrientes como son la justicia restaurativa u otras respuestas, se ve mucho más evidente la necesidad de contar con las áreas del Estado que tengan que ver con Desarrollo social, educación, lo laboral para los más grandes, la salud, con ministerio de Seguridad también. Y pensando a ese menor de edad en función de su familia, del barrio, del ámbito donde desarrolla la vida y de la representación social que él tiene de sí mismo, y sobre cual es su imaginario, que querría ser o dejar de hacer, cuales son sus conflictos, sus deseos”.

Existe en ese sentido «una doble intervención que tiene relevancia jurídica penal y en la historia de vida, que está a cargo de la secretaría social de los juzgados de menores que son funcionarias del área de Trabajo social”.

Una frase de cabecera del juez de menores Cardinales, y que se encuentra en los tratados internacionales es: “Ninguna decisión justa podrá tomarse respecto de la situación de un joven sin el previo conocimiento de la situación socioambiental donde desarrolla la vida”.

Bajo esa premisa desarrolla su trabajo diario como juez desde hace más de 20 años, porque “antes de tomar una decisión judicial, ya sea en el primer momento de la investigación, con las medidas cautelares, privativas de la libertad o no, durante el proceso, salidas alternativas al proceso, mediación, suspensión del juicio a prueba o distintas herramientas, al final del trámite, se evalúa aplicarle o no una sanción penal. Pero en todas esas decisiones, además de la prueba y todo lo típico de una causa penal, es necesario contar con toda la información que brinda el área de trabajo social que muchas veces tiene mas relevancia que la penal”.

“La ley me manda como juez que uno de los parámetros que debo tener en cuenta al momento de decidir situaciones del joven, es la vida al momento del hecho, es decir como se desarrolló esa persona hasta llegar a cometer ese hecho, luego qué fue lo que hizo, que fue lo que pudo haber hecho, cuántas opciones tenía de hacer algo distinto de lo que hizo. Luego durante el proceso, en algunos casos se requieren informes psicológicos para conocer la representación real del daño, si aparece un real arrepentimiento, en otros casos es la cuestión laboral porque el pibe se mandó una macana cuando era adolescente y nunca más, en otros casos están relacionados íntimamente con el consumo problemático de sustancias y en otros casos como dice la candidata, algunos tienen esa idea, esa meta, existen casos aislados pero de ninguna manera se puede afirmar que la niñez santafesina tiene esa meta”.