La Cámara de Diputados se aprestaba a votar esta noche la reforma electoral impulsada por el oficialismo que plantea la incorporación de un sistema de votación de Boleta Única Electrónica en todo el país y el régimen de paridad de género.

La tarde estuvo cargada de actividad, cerca de la medianoche y habiéndose lanzado ya el debate la sesión se encauzó en discutir el cupo igualitario y las reforma al nuevo sistema electoral, las bancadas se mantuvieron en la posición que ya habían adelantado días previos.

Conclusión siguió estas instancias en la que el contrapunto entre oficialismo y los bloques que resisten la reforma se circunscribió a la falta de garantías que ofrece el sistema de votación adoptado, y el costo que pagarán los argentinos para inaugurar una propuesta que no ofrece que se respete la voluntad de las grandes mayoría por las dudas que ofrece.

Con la ayuda del Frente Renovador, el bloque Justicialista y otros bloques, el oficialismo confiaba en tener los votos suficientes en el recinto para aprobar el nuevo sistema de sufragio, e incluso para avalar la inclusión del cupo femenino del 50 por ciento en las listas de candidatos.

El Frente para la Victoria-PJ, el Peronismo para la Victoria y el Frente de Izquierda adelantaron que no acompañarán la propuesta del Gobierno e insistirán con sus dictámenes de minoría suscritos en comisión.  Los legisladores de estos bloques cuestionan la fiabilidad del sistema y su costo, según afirman no ofrece garantías.

Cuando restaban largas horas para la finalización del debate que dará lugar a la votación, todavía no quedaba claro qué sucederá con el llamado corralito de las «PASO», que tal como estaba fijado originalmente en el dictamen de mayoría, obliga a los votantes en la instancia de primarias a seleccionar candidatos de las diferentes categorías en un mismo frente o alianza electoral, negándoles la posibilidad de combinar su voto con opciones de diferentes agrupaciones.

Sin embargo, el propio oficialismo adelantó que en función de las numerosas objeciones que recibió ese criterio, que perjudica a los partidos de distrito (sean provinciales o vecinales) que no presentan candidatos presidenciales, ese criterio podría sufrir modificaciones.

Aunque no se descarta abrir el «corralito», la alternativa más fuerte que sonaba en los despachos de Cambiemos y el Frente Renovador era flexibilizar dicho cepo de manera tal que aquellos votantes de partidos de distrito puedan seleccionar candidatos de otras agrupaciones políticas en las categorías vacantes.

El miembro informante de Cambiemos en la sesión de este miércoles, Pablo Tonelli, reconoció que el «corralito de las PASO» desató «alguna preocupación y observaciones particularmente de los partidos provinciales», y anticipó que van a «proponer una modificación en el tratamiento particular».

En medio de un clima fervoroso a favor de la equidad de género, que estuvo marcado por la convocatoria a un paro general de mujeres y una marcha por la tarde con la consigna «Ni una menos», los diputados se encaminaban a darle luz verde al cupo femenino.

Si bien se barajaban modificaciones en la redacción de esa cláusula, dado que algunos sectores deslizaban que podría acarrear complicaciones en el cierre de las listas definitivas de los frentes electorales luego de las PASO bajo el sistema de proporcionalidad D´Hont, el criterio que primaría es el que vino en el dictamen de mayoría, que dispone que hombres y mujeres están intercalados «una y uno» en las listas de candidatos.

Paralelamente a la sesión en Diputados, el Senado aprobó una iniciativa de paridad de género con el mismo espíritu, lo cual generó desconcierto entre las bancadas, pero que varios diputados oficialistas y opositores adjudicaron a una intención de la Cámara alta de «marcar la cancha» y de tener un plan B preventivo en caso de que se caiga la propuesta del cupo femenino en la reforma electoral.

Al fundamentar la posición de su bloque, Tonelli (que desempeña el rol de voz cantante del Gobierno en este tema) consideró que el sistema de votación tradicional con boletas de papel «ya está agotado, ya ha dado todo lo que podía dar y hoy en día presenta muchas dificultades que el gobierno quiere superar».

«Una de las más notorias consiste en que los electores no tienen garantizado, a la hora de votar, poder hacerlo por el candidato de su preferencia o partido político», señaló, y agregó que esto es así porque hasta ahora «los encargados de imprimir, distribuir y reponer las boletas son los partidos políticos».

Además de implementar el voto electrónico y la paridad de género, el proyecto plantea prohibir las dobles candidaturas, las colectoras y las listas espejo, además de la creación de una Comisión Bicameral compuestas por ocho senadores y ocho diputados encargada del seguimiento y control permanente de los procesos electorales.

Pese a que Diputados se encamina a dejar aprobado el voto electrónico, el oficialismo está lejos de cantar victoria ya que en el Senado cobró fuerza un proyecto, motorizado por el PJ-FpV (mayoría en esa cámara) que impulsa el voto través de máquinas de impresión, pero que deja afuera la inclusión de un chip electrónico en la boleta impresa.

Esa propuesta va en línea con el dictamen de minoría que había firmado los diputados del FpV-PJ Juan Manuel Pedrini y José Luis Gioja semanas atrás en un plenario de comisiones, lo cual deja entrever una estrategia de ese sector político para condicionar la forma final que adopte la reforma electoral.

«¿Para qué vamos a hacer el conteo electrónico si igualmente vamos a hacer el conteo manual? Si hay diferencias, va a valer el manual, con lo cual resulta redundante el electrónico», reflexionó Pedrini al tomar la palabra en el recinto.

«No podemos consentir la transmisión electrónica de los datos porque se puede hackear de forma absoluta. No podemos aceptar la presencia de chips en las boletas porque va contra el secreto del voto», sentenció.

Por su parte, Diana Conti ratificó la posición del Frente para la Victoria de oponerse al voto electrónico, al argumentar que existe «una franja etaria que no hemos sido formados y no tenemos una relación amigable con las máquinas, con lo electrónico, con internet».

En ese sentido, alentó la posibilidad de abordar un camino de «progresividad» respecto a los cambios al sistema de votación, proponiendo la introducción de una «cláusula transitoria» que permita a los electores imprimir sus boletas por internet y luego emitir su voto con esas boletas.

«No existe garantía de que el nuevo sistema de boleta electrónica sea fiable»

Senado aprueba proyecto para establecer la paridad de género en las listas electorales