Las medidas tomadas por el gobierno nacional para enfrentar la crisis económica y alinearse a los requerimientos del Fondo Monetario Internacional aumentan la preocupación de diferentes sectores sociales y económicos.

Después de disponer la suspensión de la reducción de los derechos de exportación al aceite y a la harina de la soja, la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (Ciara), expresó su preocupación por los perjuicios que le ocasionará durante los próximos seis meses.

Entre los probables efectos indeseados, la industria del complejo oleaginoso, responsable del casi 50 % de las exportaciones del país, indicó que “afectaría la recaudación fiscal que se ha proyectado; así como la menor capacidad de compra de la agroindustria y la elevación de la capacidad ociosa del principal complejo oleaginoso del mundo».

Además, señaló que fomentará “indirectamente la primarización de la exportación” de sus producción debido a que las ventas al exterior se harán “con menos valor agregado”.

Además, desde Ciara indicaron que la diferencia entre los derechos de exportación de las materias primas y los productos industrializados es útil a la hora de estimular la exportación de empleo y las inversiones lcales.

En otro orden, las aceiteras advirtieron la posibilidad de que se paralicen las nuevas inversiones que ocasionarían el cierre de plantas con su consecuente perjuicio para los productores y la pérdida de puestos de trabajo.