Amado Boudou es licenciado en Economía. Nació en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el 19 de noviembre de 1963, a los 5 años de edad su familia se trasladó a Mar del Plata. Inició sus estudios universitarios en Ingeniería pero a poco de andar decidió cambiar de rumbo y estudiar Economía en la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad de Mar del Plata.

Su militancia tuvo sus albores en la Unión para la Apertura Universitaria, agrupación Universitaria vinculada a la UCeDé, donde conoce a Ricardo Echegaray (AFIP), referente liberal de la Facultad de Derecho. Tiene posgrados en Economía y una maestría en el CEMA (Centro de Estudios Macroeconómicos de Argentina). Fue docente en la Universidad Argentina de la Empresa.

El ex funcionario también es reconocido por haber sido el hacedor intelectual detrás del plan de la restatización del sistema jubilatorio en Argentina. Por ello conoce el funcionamiento de ANSES, ya que pasó más de diez años en diferentes puestos del organismo, para en 2008 ser designado como su presidente.

Esto le sirvió como plataforma para convertirse en ministro de Economía, cargo que ejerció entre 2009 y 2011. Para luego ser el compañero de fórmula con Cristina Fernández de Kirchner.

En numerosas ocasiones, el exvicepresidente ha declarado que es objeto de “persecución mediática” ya que las denuncias y procesamientos -según manifestó- fueron consecuencia de su papel en el fin de las AFJP. Sobre su rol en la estatización del sistema previsional en Argentina, el ex funcionario y anterior ministro de Economía dialogó con Conclusión.

Conclusión: ¿En qué contexto se llevó a cabo la privatización del sistema jubilatorio argentino?

-La Argentina había privatizado su sistema de jubilaciones en el menemismo, quizá en uno de los gestos más audaces de la avanzada neoliberal, porque había sido común en muchos países la privatización de los servicios públicos, de los bancos, pero son muy pocos países en el mundo los que aceptaron el experimento de privatizar su sistema jubilatorio. Por supuesto ninguno de los países centrales privatizó su sistema jubilatorio.

C: ¿Cuáles fueron las consecuencias?

-Si evaluás qué sucedió con el sistema jubilatorio argentino después de la privatización, la verdad es que los resultados fueron catastróficos. Por un lado lo que se conoce como la tasa de cobertura que es qué porcentaje de los adultos mayores obtiene una jubilación fue cayendo hasta llegar a un 60 %, o sea que cuatro de cada diez adultos mayores no tenían cobertura previsional. El otro parámetro importante es que la tasa de sustitución, que es la relación que hay entre los salarios y las jubilaciones, también se fue deteriorando mucho. Hay que recordar que hubo 15 años de jubilaciones congeladas en la RepúblicaArgentina, esto fue generando que el sistema previsional fuera cada vez menos satisfactorio, tanto en términos de políticas sociales, pero también el impacto que tiene en toda la economía el sistema jubilatorio. Las jubiladas y jubilados tienen propensión marginal al consumo 1, es decir, que todo su haber jubilatorio lo gastan en el mercado interno; entonces esto también era parte de la demanda agregada que se deterioraba. Un mecanismo que empeoraba la distribución del ingreso y además, deterioraba el conjunto de la economía.

C: ¿Cuál fue el rol de las AFJP?

-Las AFJP cobraban comisiones sobre el salario bruto, lo cual quiere decir que hicieran buenas o malas inversiones, ganaran o perdieran los futuros jubilados, las AFJP siempre ganaban, no tenían ningún riesgo y en realidad no tenían ninguna función, porque al cobrar siempre lo mismo, hacían todos el mismo tipo de inversión al mismo tiempo y ninguna inversión en el sector productivo argentino. Es decir que la otra gran promesa del sistema privado, que consistía que se iba a generar un mercado de capitales, también fracasó. Así que el tema de las comisiones es un tema no menor al analizar el régimen de las AFJP, que se agravó cuando Cavallo, que fue el que privatizó el sistema, pero después volvió en el gobierno de De La Rúa, y bajó los aportes para deteriorar aún más el sistema jubilatorio. Las comisiones quedaron fijas sobre el salario bruto, entonces cada vez era una porción mayor del aporte lo que se comían las AFJP, por hacer nada. Todo esto configuraba un cuadro de situación que iba a empeorar indefectiblemente, y el dato final es que, en el año 2004, por primera vez hubo no solo menos tasa de cobertura, sino menor cantidad en números de jubilados, en términos absolutos, hubo menor cantidad de jubilados.

C: Y la solución hubo que trabajarla porque culturalmente había una ola privatizadora que en principio tenía legitimación. ¿Cómo fue esa puja?

-A partir de todo este análisis, es que algunos de nosotros empezamos a pensar qué solución se le podía dar a esto. Pero las AFJP eran los grandes anunciantes de los medios de comunicación, su principal erogación como empresas, junto con los salarios, era la pauta publicitaria que profusamente circulaba en todos los medios afines. Otro dato importante es que la ley jubilatoria de la época Menem-Cavallo obligaba -digamos por defecto- a que cada nuevo trabajador era sorteado entre las AFJP, y solamente quién hacía la opción, que a la edad de ingreso al mercado laboral es una cuestión a la cual se le presta muy poca atención, podía quedar en el sistema público. Y esto también tenía un impacto sobre cómo funciona el Estado, porque el ANSES, fue creado en la época de Menem-Cavallo con la intención de que desaparezca, fue creado como un organismo residual, porque en ese tiempo se pensaba que no iba a haber ni un jubilado ni una jubilada más en el sistema público, al pasar todos al sistema privado. Por lo tanto era muy importante no solo tener los datos, los estudios, las ideas de que el sistema de AFJP era dañino para las jubiladas y jubilados, y para la vida de todos los argentinos y también para el Estado argentino, porque como el sistema privado está basado en inversiones de riesgo, y la diferencia entre lo que se iba acumulando en las cuentas y la jubilación mínima, también la tenía que poner el Estado. Y este es un punto no menor, porque el sistema jubilatorio es un seguro social, es decir, un mecanismo mediante el cual la sociedad reconoce a los adultos mayores un haber, para que tengan certeza y garantía, en una etapa en la vida en la cual no puede obtener sus ingresos del trabajo. Ahora, el sistema privado -por otra parte- está fundamentado en inversiones en el mercado de riesgo, quiere decir, que estamos viendo una especie de monstruo armado por piezas que no pueden ir juntas. Porque, si lo que buscamos es dar certeza en una edad, y por otro lado fundamentamos que el dinero que ponen estas personas en su etapa laboral va a inversiones de riesgo, está claro que es un experimento que no puede salir bien para la sociedad. Y solo le puede servir a quienes buscan lucrar con esta situación. A partir de la divulgación de estos aspectos hubo menor resistencia al momento de introducir el proyecto de reforma.

-C: ¿Qué otros aspectos hubo que tener en cuenta al hacer la reforma?

-Un tema adicional -que nosotros teníamos muy presente- era que en el sistema de AFJP trabajaban alrededor de 12.000 personas. Mujeres y varones que eran trabajadores que no tenían nada que ver con los abusos del sistema sobre la República Argentina, entonces era algo que había que tener muy presente, y muy en cuenta a la hora de tomar decisiones sobre este sistema. Y eso es una parte que nos pone muy orgullosos, porque logramos demostrar que se podían hacer reformas estructurales sin tirar a nadie por la ventana. Desde los años 80, cada vez que se habla de reforma, de reformas estructurales, está vinculado a los despidos, recordemos los casos, todos los casos que ha habido del Estado, de Intel, YPF, que la reforma siempre venía acompañada de numerosos despidos. Con un canto de sirena de un pago, pero que esto se agotaba de una vez, entonces las familias quedaban totalmente desamparadas y los trabajadores perdían su dignidad. Algo parecido a los que planteaba el macrismo con el emprendedorismo, y todos estos cuentos que tuvimos que escuchar durante estos cuatro años, que son mentiras y dolor para las trabajadoras y trabajadores. Entonces nosotros pudimos demostrar que se podía hacer una reforma sin echar a nadie. Porque todos y cada uno delos trabajadores del sistema de AFJP, en cada lugar de la República Argentina, tuvo una oferta laboral del sector público, para pasar de la AFJP que iba a desaparecer, al sector público, en diversos organismos que podían ser el propio ANSES, la AFIP, el PAMI. Y esto se hizo con mucho esfuerzo, con mucha rigurosidad, muy personalizado para que no significara que a nadie se le ofreciera un puesto de trabajo lejos de donde vivía. Y yo creo que muchas veces no se habla de esto, pero para el mundo de los trabajadores creo que puede ser una bandera muy importante porque demuestra que se pueden hacer reformas muy profundas, cuidando los puestos de trabajo, cuidando los sueños de las familias de los trabajadores argentinos.