El gobernador de Chaco, Jorge Capitanich, advirtió hoy que su provincia no recibió ningún «beneficio» del préstamo que el Fondo Monetario Internacional (FMI) le otorgó al Gobierno de Mauricio Macri por 44.000 millones de dólares y aseguró que ese endeudamiento fue un «modelo de saqueo del país».

«Es inadmisible que se siga condicionando el desarrollo de los pueblos por la irresponsabilidad de funcionarios y gobiernos y la acción desmesurada y especulativa de los fondos de inversión, que lo único que han hecho en el mundo es provocar más pobreza, más exclusión y más miseria», sostuvo Capitanich en una conferencia de prensa.

El mandatario dio detalles de la reunión que mantuvo ayer en el Museo del Bicentenario de Casa de Gobierno con el presidente Alberto Fernández, el ministro de Economía, Martín Guzmán, y el resto de los gobernadores del país para conocer las tratativas entre la Argentina y el organismo internacional.

«Cada dólar que pagamos en concepto de deuda se tradujo en fuga de capitales», remarcó Capitanich sobre la gestión de Cambiemos.

Por eso, explicó, Chaco «no recibió los beneficios de las deudas con los acreedores privados ni el FMI» y detalló una serie de obras que quedaron inconclusas, como el segundo acueducto del interior (con sólo el 8 por ciento ejecutado), la ruta 7 y la de El Impenetrable, la falta de obras energéticas y la paralización de obras de viviendas, entre otras.

«Este endeudamiento es un modelo de saqueo del país» que «compromete los derechos y la calidad de vida de todo el pueblo argentino» y que tuvo «cómplices locales», definió el gobernador.

El mandatario provincial destacó además el esfuerzo del presidente Alberto Fernández en la negociación que encabeza con el FMI y resaltó que «se está planteando una estrategia que nos permita lograr un período de gracia, donde la República Argentina pague solamente servicios de intereses de la deuda durante los próximos cuatro años».

Durante la cumbre, el mandatario provincial planteó tres cuestiones urgentes a definir: el sendero del déficit fiscal y su grado de cumplimiento; el sendero del financiamiento monetario del déficit fiscal, es decir emisión monetaria; y por último la tasa de interés y su grado de retroalimentación del proceso de endeudamiento de moneda local y la sustitución creciente de los vencimientos de moneda extranjera.

«Argentina con el impacto de la pandemia en 2020 tuvo un déficit fiscal del 6,5 por ciento, el cierre del ejercicio 2021 implicará cerca del tres por ciento, el sendero que se plantea en esta negociación es llegar a 2028 en equilibrio, con reducción gradual del déficit para ser sostenido a partir del 2030 en términos de equilibrio fiscal y financiero», concluyó.