Una polémica comenzó a crecer en torno a la aprobación de la denominada «carne larga vida» a partir de una técnica que consiste en irradiar el producto, para conservar el alimento durante más tiempo.

La Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) modificó el Código Alimentario Argentino para permitir la irradiación de ciertos alimentos.

Hasta ahora la técnica estaba permitida para la papa, cebolla, ajo, espárragos, champiñones, frutillas, especies y condimentos.

Cuando la medida se publique en el Boletín Oficial se extenderá a los bulbos, tubérculos y raíces; frutas y vegetales frescos; cereales y sus harinas, legumbres, semillas, oleaginosas, frutas secas; vegetales y frutas desecadas, hierbas secas y tés de hierbas; hongos de cultivo comestible; pescados y mariscos; aves, carne bovina, porcina y caprina y alimentos de origen animal desecados.

De esta manera, las empresas podrán utilizar la técnica de irradiación, que no había sido aprobada hasta ahora dado que «no había capacidad productiva», sostuvo el sitio Infocampo. «Sólo recientemente la inversión privada mostró interés en esta industria», explicó Celina Horak, gerenta de Aplicaciones y Tecnología Nuclear de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), en declaraciones radiales.

De acuerdo con la experta, «para poder preservar la carne durante largos meses es necesario complementar la irradiación con envasado al vacío, congelamiento y refrigeración. No es que podemos guardarla simplemente en la alacena».

Agregó que en la góndola «los productos estarán identificados con el símbolo de radiación ionizante» y acotó que «hace muchos años estamos trabajando para que el código alimentario argentino esté en sintonía con el del resto del mundo, actualmente está muy atrasado».

Al respecto, la especialista afirmó que el beneficio de la técnica es la posibilidad de «inactivar microorganismos que pueden causar graves enfermedades, como la escherichia colis o la salmonella».

«La carne larga vida va a ser igual que la que compramos en la carnicería del barrio, pero mucho más segura. No vamos a sentir ninguna diferencia en el sabor, ni el olor o la textura», concluyó mientras se extiende la polémica sobre este producto que podrá ser irradiado.