La queja por la baja de ventas en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (Caba) se escucha con más fuerza en dos de sus lugares más prósperos y emblemáticos.

Sumado a las dificultades propias de una economía que atenta contra la actividad comercial, otra razón se coló tanto en la Avenida Corrientes como en Puerto Madero y es nada menos que la realización de algunas obras.

La actividad de las pizzerías tradicionales, librerias y garajes se ven seriamente afectadas, según relataron algunos comerciantes a Ámbito Financiero, y alcanzaron a bajar hasta en un 50 %.

Desde 2017, la “avenida que nunca duerme” sabe de reparaciones que dispararon algunas opiniones: “Mientras dure la obra, es un desastre. En algunas cuadras las veredas están afectadas y caminar se dificulta”, expuso un comerciante.

En tanto, otro de ellos indicó que luego de hablar con colegas “cuentan que desde que comenzaron las obras, las ventas cayeron entre un 40 y un 50 %. Sería bárbaro que al menos no nos cobren el ABL, estamos viendo como plantearlo”.

A la vez, un librero expuso con contundencia: “Las obras nos mataron porque justo empezaron en marzo cuando repunta la venta” mientras que desde la Cámara de Garajes y Estacionamientos expusieron que “las obras en Corrientes complican porque la gente trata de no agarrar por esa zona porque es un caos de tránsito”.

Asimismo, en otro de los lugares comerciales emblemáticos de Caba como lo es Puerto Madero, la mitad de los restaurantes también sufren los golpes duros del momento.

Desde que comenzaron las obras del Paseo del Bajo, también en 2017, el consumo en esos lugares mermó en un 40 % puesto que prácticamente la única forma de acceder al lugar es caminando o en bicicleta.

“Nadie va a trabajar en bicicleta y taco aguja”, graficó la titular de la Asociación de Hoteles, Restaurantes, Confiterías y Cafés, Verónica Sánchez, ante la ausencia de clientes en la zona.

Otra de las consecuencias es el registro que da cuenta que las emprezas instaladas allí se presentaron en procedimientos preventivos de crisis para evitar despedir empleados.

Mientras el gobierno de la ciudad indica que las obras terminarán recién en 2019 los empresarios de la gastronomía se quejan sobre los cortes de luz que frecuentemente tienen y que perjudican superlativamente su actividad.