El Banco Central (BCRA) sumó casi US$ 5.000 millones a sus reservas en septiembre, una cifra inédita para un sólo mes, lo cual permitió cumplir con la meta de acumulación acordada con el FMI y que, desde mañana, buscarán ser fortalecidas con el anuncio de medidas tendientes a promover exportaciones y a limitar maniobras especulativas de importadores.

En concreto, el Programa de Incremento Exportador o «dólar soja» incentivó la liquidación de US$ 8.123 millones de ese grano y derivados en septiembre -un mes de en el que las exportaciones del agro históricamente son un tercio de ese valor- de los cuales US$ 7.646 millones ya entraron al mercado cambiario y, el resto, ingresará hasta el martes.

El BCRA embolsó US$ 4.968 millones (64% del total ingresado a través del Programa) y culminó el mes con un nivel de reservas de US$ 37.621 millones, unos US$ 890 millones más que a principios de mes, ya que hubo que pagar un vencimiento de US$ 2.600 millones al FMI.

Esa último monto se recuperará en los próximos días cuando ingresen alrededor de US$ 3.900 millones, una vez que el Directorio del FMI dé el visto buenos a la segunda revisión técnica del acuerdo de facilidades extendidas (EFF) que le otorgó a la Argentina para refinanciar la deuda de US$ 44.500 millones contraída por la gestión de Mauricio Macri.

El ministro de Economía, Sergio Massa, dijo el viernes que «tenemos que cuidar cada dólar que entró». En razón de ello, según adelantó, comunicará este lunes «una serie de medidas para incrementar el volumen de exportaciones; y un nuevo sistema para que aquellos que hicieron trampa y consiguieron que jueces habiliten importaciones vean caído ese beneficio».

«El programa de cuidado de reservas comienza el lunes», afirmó Massa en la conferencia de prensa posterior al cierre del Programa en la que, aseguró, no se repetirá «con la misma lógica que en el caso de la soja», pero que sí buscará promover la exportación de productos de valor agregado.

Anticipó que habrá medidas para mayores exportaciones en el sector de la tecnología y también otras vinculadas al uso de licencias automáticas y a una cuenta corriente única para el funcionamiento del mercado del comercio exterior.

El objetivo, aseguró, es «que no haya un mal uso de los dólares de los argentinos que generan valor, exportan y generan divisas para la Argentina y terminan trayendo como reservas, después se terminan mal usando por parte de algunos que abusan de la fragilidad o los agujeros normativos del Estado»

Según se anticipó, las empresas que accedan al Sistema Integral de Monitoreo de Importaciones (SIMI), al momento de conseguir la aprobación, sabrán la fecha en la que el BCRA pagará esa obligación que asume.

Se busca así reducir la incertidumbre y las remarcaciones de precios preventivas, además de quitar argumentos a la imposición de cautelares judiciales que permitieron importación de artículos que el Gobierno considera no esenciales.

«El nuevo régimen va a hacer que todos aquellos vivos que consiguieron cautelares para importar 48.000 metros cuadrados de galpones de tela o 20 millones de dólares en toallas, o mecanismos de importación de neumáticos apilados en un depósito no tengan más la protección de medidas judiciales para burlar el control del comercio exterior argentino», afirmó el ministro.

Y aseguró: «Nuestro objetivo central tiene que ser aumentar los niveles y volúmenes exportadores de Argentina para sostener un proceso de acumulación de reservas permanentes que nos permita retomar fortaleza y vigor en nuestro Banco Central y en nuestra moneda».

Hasta el momento no hubo novedades sobre las versiones que dan cuenta la posibilidad de implementar un «dólar Qatar» o algún tipo de nuevo encarecimiento de los gastos de argentinos en el exterior, a pesar de que en agosto la salida de divisas (bruta) por viajes y pasajes y otros gastos con tarjetas rozaron los US$ 800 millones, el mayor valor para este mes desde 2017.

Evitar un salto fuerte del tipo de cambio sigue siendo el principal objetivo del Gobierno que, en los últimos meses, está apostando por adoptar medidas concretas en materia fiscal y financiera para quitar presión a las expectativas devaluatorias.

Para ello aplicó importantes subas en las tasas de interés (que pasaron de 52% al 75% en apenas dos meses), anunció medidas de control del gasto, concretó un canje de deuda por $ 1,2 billones que alivió más del 80% de los vencimientos hasta noviembre y descartó nuevos pedidos de Adelantos Transitorios al Banco Central.

Según un informe de la consultora Ecolatina, la principal contracara de este proceso de acumulación de reservas es el impacto monetario y el deterioro asociado en el patrimonio del BCRA, que tuvo que emitir cerca de $1,2 billones (1,4% del PIB o 27% de la base monetaria de finales de agosto) para financiar las operaciones del «dólar soja» y que, posteriormente, debió esterilizar.

«Con datos al jueves se observa que el stock de pasivos remunerados del BCRA (Leliqs y Pases) creció más del 20% en el mes, pasando de $7,1 bn a $8,6 bn, con un BCRA absorbiendo más del 100% de la liquidez volcada al mercado producto de la compra de divisas y el pago de intereses de los pasivos remunerados», señaló la consultora.