Pese a que la inflación de junio retomó la curva ascendente al ubicarse en 5,3%, el Banco Central eludió una nueva suba de la tasa de referencia, actualmente en 52%, y diseñó una nueva política monetaria.

La autoridad monetaria fijó un corredor de tasas de interés conformado por la tasa de interés de las Letras del Tesoro de corto plazo, la tasa de política monetaria representada por la Leliq a 28 días y la tasa de pases a 1 día.

Cuando el INDEC difundió la inflación del mes pasado que llevó la medición interanual a 64%, los analistas comenzaron a mirar al Directorio del BCRA a la espera de una nueva suba de la tasa de referencia para intentar cumplir con la promesa al FMI de alcanzar rendimientos positivos.

Sin embargo, la respuesta fue un rediseño de la política monetaria. «En este nuevo corredor se establecerá que la tasa de pases del BCRA funcione como el límite inferior y la tasa de las Letras del Tesoro sea el límite superior», precisó el BCRA.

A su vez, señaló que la medida apunta a los siguientes objetivos:

* Arribar a un esquema de tasas de interés positivas en términos reales para la economía.

* Fortalecer el mercado de deuda pública en pesos para que logre profundidad y liquidez.

* Avanzar gradualmente en el uso de instrumentos del Tesoro como instrumentos de política monetaria.

Según señaló el BCRA «esta nueva configuración aumentará la potencia en el uso de la tasa de interés como instrumento de política económica, buscando que empresas y personas obtengan tasas de interés en el mercado financiero y de títulos que los remuneren adecuadamente«.

Al respecto el economista Dante Caamaño explicó en su cuenta de twiter: «Es formalizar la coordinación entre el BCRA y el Tesoro para que la liquidez bancaria financie al Tesoro. Lo cual es monetariamente expansivo y se suma a la modificación de la normativa de integración de encajes y fijación tasa PF (plazo fijo), por ejemplo, que apunta en igual sentido». Y añadió que «esto ya lo venían haciendo, sin decirlo explícitamente. Ahora lo formalizan como justificación de no subir la tasa en plena aceleración inflacionaria».