El investigador veterinario Sergio Weiss, del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta) de la localidad bonaerense de Saladillo, analizó la producción de carne a ciclo completo y dijo que para garantizar el futuro se debe retener vientres, es decir vacas.

En el informe explicó que el ciclo ganadero se refiere a las fluctuaciones periódicas que enfrenta la actividad ganadera vacuna.

Sostuvo que «este fenómeno existe porque «la hacienda es, al mismo tiempo, un bien de capital y un bien de consumo, en el caso de las hembras y de los animales jóvenes».

Analizó que «si se planea aumentar el stock ganadero en el futuro, se debe invertir en el presente, reteniendo vientres (vacas) para generar una renta futura (terneros). Lo anterior se traduce en una reducción de la oferta de ganado y carnes en el corto plazo».

«Una característica muy interesante de este ciclo es su duración, la cual viene determinada por la lentitud del proceso productivo, debido a las restricciones del ciclo biológico del animal», indicó.

El especialista señaló que «entre la decisión de aumentar la producción y el logro de tal aumento deben pasar por lo menos tres años, un año desde la retención de la hembra hasta la parición del ternero, y dos o más años para la terminación del novillo».

«Cada ciclo alterna entre dos etapas, una de retención y otra de liquidación de existencias; en general, la duración media de la fase de retención es más del doble que la fase de liquidación», señaló.

Un cuadro del Ministerio de Agricultura y Ganadería, elaborado por la Dirección Nacional de Estadística y Censo da cuenta de la cantidad de animales hasta 2010.

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Cabe señalar que estos porcentuales se basan en las declaraciones juradas presentados por los titulares de los rodeos bobinos.