Por Aldo Battisacco – Enviado especial a Buenos Aires

Tras el triunfo en los comicios de Bolivia de formula Luis Arce y David Choquehuanca, no faltan los analistas que se intentan testear el clima que genera la sucesión presidencial. El MAS no atravesaría momentos de calma, hay dudas sobre el gabinete elegido al que se le atribuye preponderancia de técnica.

La situación ofrece multiplicidad de factores, entre tantos, el hecho de que Luis Arce haya sido propuesto a instancia de destituido Evo Morales, hecho que supone un escollo para quienes intentan ver prematuramente un principio de desencuentro entre el flamante presidente y el mandatario boliviano.

A nadie se le escapa lo ocurrido en Argentina con Alberto Fernández, ungido por Cristina Fernández de Kirchner, o Iván Duque que tenía el apoyo irrestricto de Álvaro Uribe y Lenín Moreno que asumió el poder como el favorito de Rafael Correa en Ecuador.

Presidente de Bolivia Luis Arce

Sin embargo, en diálogo con Conclusión el politólogo Cesar de la Reza, quien manifestó que «el gobierno acaba de asumir gestión en un marco complicado por la gran cantidad de actividades ilegales», esto obligó a la fórmula recientemente electa a profundizar «un análisis de situación, ya que el gobierno golpista tampoco gesto una transición».

Para De la Resa, «la transición esta ocurriendo después de la asunción al poder -es decir de todo el intercambio de información que se debe dar entre dos gestiones que se suceden una a la otra. Que permita la comprensión del estado de las cosas, fundamentalmente en el ámbito económico».

De la Reza, subraya que son dos los temas casi excluyentes, coronavirus y realidad económica, «esto obligó al gobierno entrante a emitir un bono denominado «Bono del Hambre» que representan alrededor de 150 dólares, para dar respuesta. Pero aún, no se conocen medidas de carácter estructurales».

En relación a la oposición, destacó el especialistas que «han quedado golpeados por el resultado de las elecciones, ya que fue inesperado y no pueden recomponerse». «No están logrando la unidad, no tienen un programa o visión de país, y los separan «componentes de carácter regional».

Respecto del fortalecimiento del gobierno de Arce a través del desarrollo y recupero de áreas estratégicas, el litio ocupa un lugar clave, durante el debate presidencial como candidato del MAS, dijo que esta industria sería uno de los motores del empleo en el país.

“Con la industrialización del litio vamos a generar 130 mil nuevos empleos entre directos e indirectos, y 41 nuevas industrias que van a generar más trabajo para los bolivianos”, había afirmado el presidente electo. 

La plataforma de campaña del MAS proyectó que para 2025 los ingresos que deje la producción de este metal alcalino serán de dos mil millones de dólares, en tanto que la inversión será de 500 millones de dólares. Aunque la transición forzosa obligó a la administración entrante a verificar que daño le imprimió la gestión de los golpistas en el proceso de desguace y saqueo del Estado. 

Salar de litio

Evo Morales anunció hace un mes que el flamante presidente Luis Arce reflotará el plan para convertir el Salar de Uyuni en la capital mundial del litio, uno de sus proyectos insignia, horas después de su regreso a Bolivia tras un año en el exilio.

«El plan que teníamos lo vamos a retomar ahora con el Lucho presidente», y redobló: «Para 2030 nos habíamos planteado instalar 41 plantas, la mayoría en el departamento de Potosí y una parte en el departamento de Oruro», afirmó Evo.

Su Gobierno planeaba construir ocho de esas plantas con la empresa china Xinjiang Tbea Group-Baocheng, con la que firmaron acuerdos en febrero del año pasado. Cuatro eran en el Salar de Uyuni y tres en los salares de Coipasa y Pastos Grandes, más al norte.

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