Por Aldo Battisacco desde Buenos Aires

Según parece, la ley de reforma previsional aprobada en diciembre por el Congreso, no logró tranquilizar las pretensiones del gobierno. La periodista Verónica Dalto, del diario El Cronista, publicó que la cartera Laboral esta analizando el Pacto de Toledo de España. Y trascendió que el ministerio de Trabajo de Argentina, firmará una resolución con el objetivo de que la comisión de Sustentabilidad Previsional funcione a partir de marzo para modificar el sistema previsional nacional tomando como referencia el sistema de la península.

Entre los puntos de importancia de la reforma, emerge para su estudio la «separación y clarificación de las fuentes de financiación, la creación del Fondo de Reserva de la Seguridad Social, la implementación de un sistema de jubilación gradual y flexible que facilite la prolongación voluntaria de la vida laboral, el mantenimiento del poder adquisitivo de las pensiones en función del IPC».

El Pacto de Toledo, se constituyó en la península Ibérica con la creación de una comisión parlamentaria en 1995, de la que participaron todas las fuerzas políticas. El resultado se simplificó 15 recomendaciones para asegurar la sustentabilidad del sistema de pensiones español. Pero con el transcurso de los años, fueron sumando nuevas recomendaciones.

El abogado especialista en Derecho de la Seguridad Social, Facundo Fernández Pastor, refirió a Conclusión que se podría dar «una situación que se viene denunciando desde 2016», a saber: «Aumento de la edad jubilatoria, modificación en la fórmula de movilidad para establecer los haberes, modificación en la tasa de sustitución para que sea cercana al 35% que es lo que dan las AFJP».

El letrado acotó que puede que «se pretenda implementar un sistema de 3 patas: una pensión no contributiva para los que perciben ingresos paupérrimos, del 80% de la mínima, que ya la crearon en la ley de Reparación Histórica» (beneficio que el especialista en Seguridad Social consideró la «claudicación ética más grande de la historia en materia de seguridad social»); «un beneficio contributivo, para los pobres, que se calcule en base a los años de aporte, con una tasa de sustitución de menos del 40% y una movilidad atada a la inflación y no a los salarios; y una tercer pata, de capitalización individual, lo que en los 90’ conocimos como AFJP, que podría ser optativa».

Y aclaró a este medio, que estos tres puntos, en lo inmediato «significarán una verdadera jubilación de privilegio para los más ricos, que podrán hacer sus aportes voluntarios deduciendo el impuesto a las ganancias. Ese mismo impuesto por el cual los gobernadores entregaron a los jubilados, pensionados, beneficiarios de pensiones no contributivas, asignaciones familiares y la Asignación Universal por Hijo», subrayó.

Finalmente, Facundo Fernández Pastor, abundó en detalles y precisó que «lo que van a poder cobrar los más ricos para jubilarse -dentro de 30 años- será por un lado el 40% que les pague el estado y, por el otro, con un 35% que les pague un banco, que también es la plata que pusimos todos los argentinos».