Un sondeo entre distintas consultoras económicas arrojó que el impacto de las nuevas tarifas de energía eléctrica en los precios sumado al de otras subas como las de las prepagas, que alcanzarán un 9% en febrero, llevarán a que la inflación en 2016 sea de no menos del 30 por ciento. Este panorama será previsible en caso que no se vuelva a devaluar el peso y no haya nuevos ajustes tarifarios.

Luciano Cohan, economista jefe de Elypsis, consultado por el diario Perfil sostuvo que el impacto de tarifas será de 5 puntos en la zona metropolitana, mientras que en el resto del país será de dos puntos y que en ese marco, la inflación promedio será del 30% para moderarse al 27% a fin de año.

Consultado por el mismo medio, Juan Luis Bour, director de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL), indicó que «a medida que aparece el programa económico se va ajustando la proyección hacia abajo».

El especialista estimó un promedio de 30,2% de inflación anual y para Bour, la suba de tarifas «no va a ser tan fácil de calcular» mientras que con una caída de actividad y un «elevado» déficit fiscal, «habrá una baja del salario real cercana al 1% en promedio».

Fausto Spotorno, director del Centro de Estudios Económicos de la consultora Orlando J. Ferreres, consideró que «si el tipo de cambio se mantiene estable y la actividad económica tolera altas tasas de interés, la inflación podría llegar a cerrar en torno a 25%».

«Pero si la actividad cae, el tipo de cambio sube más rápido y el Banco Central se ve obligado a bajar las tasas, la inflación terminaría por encima de 30%», añadió.

Además agregó que la suba de tarifas tendrá un impacto en los precios de entre un 5 y un 7%, «dependiendo del gas, los cuadros tarifarios de la electricidad y un eventual aumento en transportes».

Spotorno evaluó que la desaceleración de la inflación tendrá su fuerte en el tercer trimestre, opinión que compartió Luz García Balcarce, de Ecolatina, que prevé un impacto directo de 4 puntos de las tarifas de luz en la inflación.

El economista Agustín D’Attellis elevó sus proyecciones hasta una inflación prevista en torno a un 40% anual: «El primer trimestre será el más alto por la inercia inflacionaria de fines de 2015, consecuencia de la eliminación de retenciones a las exportaciones y la devaluación del peso», dijo.

«Por otro lado, la suba de tarifas implicará un salto de 9 puntos en el cálculo del IPC anual», dijo.

Mientras que Maximiliano Castillo, de ACM, estimó un impacto de 8 puntos por el esquema tarifario y Camilo Tiscornia, director de la consultora C&T, contemplando la tarifa social, analizó que en promedio la suba de luz implica un 350% de aumento, que le agregará 1,1 puntos a la inflación de febrero, del 3%.

Por su parte, otro economista, Martín Tetaz precisó que además del arrastre de devaluación y corrección tarifaria impactará la política monetaria expansiva del gobierno anterior.

Ante una futura discusión por inflación y paritarias, una canasta total medida por ATE y ex técnicos del Indec demuestra que una familia tipo necesita al menos 15.677 pesos mensuales para no caer en la pobreza, cifra medida a diciembre de 2015 representa una suba del 28,2% frente a la medición anterior.

«En el corto plazo, hay factores que juegan en contra de la reducción en la inflación como la depreciación del peso, los ajustes en tarifas que se esperan para los próximos meses y los reclamos salariales de los sindicatos», añadieron desde el CEMA.