“Les reiteramos nuestro pedido de disculpas por los inconvenientes que les ha ocasionado esta medida; somos conscientes de su gravedad y sus las implicancias. Entendemos que el tiempo es un factor determinante para todos los actores involucrados. En ese sentido estamos abocados a encontrar una alternativa en el plazo más corto posible, que cuente con el apoyo de todas las partes y que nos permita retomar la normalidad de la operación. De parte del directorio y accionistas de Vicentin hay una actitud franca y decidida para superar esta situación, generando los menores efectos perjudiciales posibles a nuestra red comercial. Hemos sido muy prudentes y queremos seguirlo siendo para no responder sobre ningún tipo de especulación o hipótesis hasta contar con un plan adecuado para sortear esta coyuntura financiera”, detalla el comunicado de la empresa.

La firma agroeindustrial que la semana pasada comunicó oficialmente que entró en default emitió un comunicado en el que pidió disculpas y más tiempo para presentar un plan de pagos y reestructuración de deuda que ascendería a unos 1.000 millones de dólares.

La situación es compleja, los proveedores de la empresa, entre los que se encuentran agropecuarios y corredores de granos con los que mantendría deudas por alrededor de u$s350 millones, piden un solución urgente.

Con este contexto, la Bolsa de Cereales de Rosario intimó a la empresa para que presente un plan de pagos concreto en un plazo de 24 horas. En consecuencia, la entidad emitió un comunicado que reza: “Habiendo transcurrido ya una semana desde el momento en que la compañía informó el inicio del proceso de reestructuración de pagos, sin que hasta el momento se conozca una propuesta concreta y firme hacia sus acreedores y proveedores en general, la institución ha resuelto intimar al representante de Vicentin ante la BCR, para que en el término de 24 horas presente un informe sobre el total de las deudas vencidas al día por contratos de compra-venta de granos recibidos a precio firme o a fijar precio y los términos generales de una propuesta de regularización de la misma”.

Por su parte, Vicentin solicitó un tiempo a sus acreedores y envió otro comunicado: “Estamos trabajando con un equipo de profesionales altamente calificados en la elaboración de un plan de negocios y de reestructuración serio, viable y posible que requerirá de la mayor flexibilidad y predisposición de todas las partes. En línea con lo antedicho, queremos ratificar que la propuesta a presentar no privilegiará a ningún acreedor en perjuicio de otros”.

La empresa mantiene una deuda de 23.000 millones de dólares con los bancos, con quienes se especula la empresa busca hacer los primeros acuerdos para luego avanzar con sus proveedores de materias primas. El principal acreedor al que hoy tiene que hacerle frente la compañía es el Banco Nación, con quien tiene tomado el 79% de su deuda bancaria, y ya habría iniciado conversaciones sobre la reestructuración de la deuda.

El cambio de Gobierno y las autoridades de la entidad alentaron a las autoridades de la empresa a buscar un acuerdo.

Mientras tanto, entre sus 800 empleados todo es incertidumbre, porque la firma dejó de recibir granos para procesar en sus fábricas por lo que la operatoria está prácticamente parada. Algo que no había sucedido nunca en la historia de la firma que tiene 90 años de trayectoria y es la mayor procesadora de soja local, en términos de capacidad instalada, la mayor productora de biodiésel del país y está entre los diez exportadores más grandes de Argentina.