Las políticas económicas del Gobierno nacional están generando crisis en distintos sectores productivos a lo largo y ancho del país. La industria azucarera no es ajena, “está atravesando un terremoto” aseguró la presidenta de Bioenergética LA Florida, de la Compañía Los Balcanes, Catalina Rocchia Ferro.

La frase seguramente resonará en los pasillos de la Secretaría de Energía un par de días después del inicio de la primera zafra azucarera del año, en la provincia de Tucumán.

Con la tradicional misa de bendición de frutos, la principal fábrica alcoholera de la región comenzó su molienda con una fuerte apuesta en la generación de energías verdes. “Se invirtieron más de 20 millones de dólares, para hacer realidad nuestro compromiso ineludible con la sustentabilidad, e iniciar nuestro camino a hacia la competitividad respecto a la producción de bioetanol; estamos convencidos que los biocombustibles y la cogeneración de la energía eléctrica son los únicos caminos para lograr una industria azucarera prospera y pujante” afirmó Jorge Roccia Ferro, Presidente de Los Balcanes.

En diálogo con ámbito.com, Catalina Rocchia Ferro, Presidente de Bioenergética La Florida, aseguró que «la industria está atravesando un terremoto, nuestro mayor inconveniente es el precio fijado de etanol, la falta de financiamiento, las tasas elevadas y la falta – en definitiva – de capital de trabajo debido a que el precio de bioetanol y el precio de la bolsa de azúcar que está deprimido».

El bioetanol es la nafta «verde» del futuro. La industria está pasando del paradigma de la petro química a la alco química. La caña de azúcar es un bosque que se renueva año a año, el cultivo que mayor biomasa genera en todo el mundo y por eso sus capacidades y sus beneficios a nivel energético y medioambiental son enormes. El mayor desafío que tienen los actores del sector es conseguir financiamiento para ampliar las fábricas, la molienda y las destilerías. «Sabemos que la capacidad de crecimiento es enorme, no sólo a través del biocombustible sino también con la generación de energía eléctrica», afirma Rocchia Ferro.

Falta de apoyo y contexto adverso

«No sentimos apoyo a las industrias regionales. Nuestra cadena de valor está deprimida porque nuestros productores cañeros se ven directamente afectados por el contexto. Reitero, este año estamos iniciando la zafra dentro de un terremoto financiero y económico», enfatizó la empresaria y continuó: «Necesitamos previsibilidad. En primera instancia jurídica, en nuestro caso a través de una formula estable que fije el precio del etanol para que sepamos que nuestras inversiones transitan terreno firme y son sostenibles y rentables en el tiempo. Los precios de los insumos aumentan constantemente, la inflación hace cada vez más difícil producir, las tasas suben y necesitamos que bajen, porque los precios de nuestros productos siguen estando desactualizados. El precio del bioetanol debe ser equitativo para que las petroleras puedan seguir tomándonos el producto y para que nosotros no produzcamos a pérdida. De la industria azucarera dependen más de 200.000 familias», remarcó.