por Bichos de campo

Fabiola Ortega tiene 25 años y es hija de un productor cebollero de Pedro Luro. Una sola vez vio en persona a Juan Grabois, pero le bastó considerarlo una buena persona “porque dedica su tiempo a los que menos tienen y eso es algo que no muchos lo hacen. Quizás podía estar en su casa tranquilo, pero él dedica su tiempo a demostrarnos que quizás teníamos más derechos de los que creíamos”, lo elogió.

Mientras estudia para contadora, Fabiola ayuda a su padre y a otros productores de cebolla de la zona a organizar una cooperativa agrícola, que les permitirá comercializar de mejor modo su producción. La idea nació hace un par de años, luego de una jornada de protesta sucedida en julio de 2017 y conocida como “el Cebollazo”. Allí comenzó a tallar en la zona el MTE Rural, la organización social que comanda ese referente político.

“Muchos hijos de productores colaboramos con esto del MTE. Ahora estamos haciéndonos visibilizar más, a raíz de una crisis que tuvimos. La producción de cebolla hubo varios años que no tenía buenos precios. Los productores estaban en crisis y fue ahí que Grabois y Lautaro (por Leveratto, el referente rural del MTE) nos dieron una mano para tratar de organizarnos”, relató Fabiola a Bichos de Campo.

Mirá la entrevista completa a Fabiola Ortega:

La joven militante del MTE Rural recuerda que conoció a Grabois en el primer aniversario de aquella protesta, cuando visitó la región. Ella considera que haberse organizado en torno al movimiento social ha sido muy positivo para ellos, porque “uno individualmente no tiene la misma fuerza que un conjunto de personas”.

“El gobierno nos tenía muy olvidados. Quizas se acordaba a la hora de venir a inspeccionar y recaudar multas. Eso es lo que nos pasaba acá. Venían y pedían requisitos que no podíamos cumplir en el campo. Por ejemplo, venía a decir que en el campo teníamos que tener para trabajar unos galpones para comedores para la gente”, relató la hija de productores.

Este es uno de los ejes de trabajo del MTE Rural en la región cebollera. Nos contó Fabiola que “estamos tratando de luchar para que sean más flexibles con nosotros, porque hay cosas que no se pueden hacer”.

“Mediante esta idea de la cooperativa estamos trabando de legalizar mucho. Antes se quejaban y decían que trabajábamos todos en negro. Ahora estamos tratando de legalizar todo pero también pedimos que tengan en cuenta que somos pequeños productores”, explicó la joven del MTE, que puso en la lsita de reclamos el Monostributo Social Agropecuario.

“Tuvimos que pelear para que vuelva a surgir como un importe fijo y chico, porque un pequeño productor no puede pagar los mil pesos que está hoy un monotributo de categoría”, remarcó.

También piden un régimen laboral mucho más flexible con las actividades zafreras como la de la cebolla. Explicó Ortega que “representamos a personas. Pero esto de venir y darte muchos requisitos que hay que cumplir con la AFIP, lleva a que muchos digan ‘mejor me contrato una máquina que andar contratando gente’, que es un costo muy grande”

Pero la gran reivindicación es que haya políticas para favorecer el arraigo y permitir que los pequeños productores cebolleros accedan a su propia tierra, ya que casi todos ellos son arrendatarios. “Por ahí no tenemos ideas en concreto, pero supongo que un crédito o algo para acceder a algunas tierras”, indicó.

-Muchos se espantan cuando Juan Grabois habla de reforma agraria ¿A vos qué te pasa con eso?- le preguntamos.

-La verdad es que no me asusta. Viendo la vida sacrificada que llevan muchos productores, para ellos sería una gran oportunidad, porque ya no tenes que estar alquilando, poder tener tu tierra y trabajarla. No es apropiarse de la tierra sin ningún costo. Hay patrones que quizás no la utilizan y esto sería ayudarnos a ver la manera de acceder a esta tierra, comprándosela o viendo otra manera.

Fabiola cita ejemplos exitosos y recientes. El de Bolivia, donde “en lo que fue la reforma agraria se vieron buenos frutos y mucha gente accedió a tierras”. O el de una Universidad de Misiones, que cedió parcelas a gente originaria.

“Quizás haya este tipo de situaciones acá y no las conocemos. Pero el gobierno debería estar al tanto de tierras que no se utilizan y a las que se podría acceder”, evaluó la joven.

-Vos estás estudiando contabilidad y quizás te surja la chance de ir a trabajar a Buenos Aires. ¿Te irías?

-El deseo siempre es no abandonar las raíces de uno, no abandonar la familia, buscar la manera de quedarte y seguir colaborando, no solo con la familia sino con el resto e la sociedad. Por ejemplo, a través del MTE.

Fuente: bichosdecampo.com