Por Guido Brunet

Los últimos números de desempleo publicados por el Indec arrojan un porcentaje del 10,2% de desocupación a nivel nacional, cifra superada por la que muestra el Gran Rosario, un 10,9%.

Como en el resto de los grandes conglomerados urbanos, los números generan preocupación. Tales son los casos de Gran Córdoba (14,8%); Gran Tucumán-Tafí Viejo (14,4%); Partidos de Gran Buenos Aires (11,8%).

Si bien el desempleo descendió con respecto al año pasado, ya que mostró una baja de 0,8 puntos porcentuales respecto de diciembre último y una reducción de tan solo 0,2 puntos en relación al primer trimestre del 2020 (el peor momento de la cuarentena), un dato que despierta las alarmas es, además de los desocupados, la cantidad de subocupados y personas no demandantes de empleo.

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Considerando el resto de todas las categorías, es decir el universo de desocupados, subocupados, ocupados demandantes y ocupados no demandantes disponibles, la cifra total alcanzó el 32,4% de la población económicamente activa en el primer trimestre del año.

Si demenuzamos estos datos, se puede observar que la tasa de subocupación alcanzó el 11,9% de la población económicamente activa (PEA). Mientras que la tasa de subocupación mostró una reducción de 3,2 puntos respecto del anterior trimestre, cuando se ubicó en 15,1%.

El universo de desocupados, subocupados, ocupados demandantes y ocupados no demandantes disponibles alcanzó el 32,4% de la población económicamente activa

Es así como la cuarta parte de la población ocupada, también se identificó como subocupada (que trabaja menos de 35 horas semanales y está dispuesta a trabajar más horas), demandante de empleo (que busca activamente otro empleo) o no demandante disponible (que no busca activamente otro empleo pero está disponible para trabajar más horas).

Contención de estallido social

Para José Berra, referente de Ctep Rosario, la situación es “complicada”. En diálogo con Conclusión, el dirigente detalló que “el Gobierno de Macri dejó una situación difícil, que se agrava con la crisis que produce el Covid-19 a nivel mundial”.

“El Estado ha puesto recursos, que hicieron que la situación no fuera caótica. De no haber sido por eso, ahora estaríamos hablando de un estallido social que hoy no sucede”, advirtió Berra.

El Estado ha puesto recursos. De no haber sido por eso, ahora estaríamos hablando de un estallido social

Sin embargo, las condiciones económicas de -sobre todo- los sectores más vulnerables, es dramática, ya que “aun cuando el Gobierno nacional ha hecho un gran esfuerzo y puso muchos recursos para paliar la situación de los más necesitados, las condiciones están muy mal, los índices de desocupación y pobreza han empeorado”.

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“Si uno toma los números del Gobierno ve que hay una recuperación de la economía y los puestos de trabajo pero esa recuperación es insuficiente. Y los primeros que sufren cuando se producen las crisis son los compañeros en los barrios que viven de las changas, electricistas, albañiles, jardineros, que son los primeros trabajos que ante la crisis se cortan. Me parece que esa realidad se nota en el barrio. Son los últimos en volver a recuperarse una vez que la economía retoma”, observó Berra.

 

Por eso, Berra consideró que “en algún momento tenemos que empezar a pensar en dejar de hacer asistencialismo y promover empleo genuino”. Esto, para el dirigente, también está relacionado con el ritmo de vacunación, ya que, a partir de la inmunización, “se espera que se retome la normalidad y se pueda trabajar”.

El referente social, entonces, propuso “trabajar en conjunto organizaciones, Gobierno y empresarios para poder generar empleo”.

En algún momento tenemos que empezar a pensar en dejar de hacer asistencialismo y promover empleo genuino

“Nosotros creemos que la dinámica del sistema capitalista financiero es un expulsor de puestos de trabajo. Más allá del empleo genuino que se pueda generar a través de inversiones, se tiene que trabajar fuertemente con el Estado para generar otro tipo de empleo que tenga menos tecnología y más mano de obra, pero que pueda empezar a revertir esta situación que es dramática”, remarcó Berra.

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Sobre esto, dijo: “Vemos que la economía popular es un sector fuerte de creación de empleo. No podemos pensar que el mercado que expulsó a mucha gente va a ser el mismo que la retome, sino que tenemos que pensar que estas experiencias de economía popular pueden recuperar puestos de trabajo, que, además, para crecer y generar trabajo no necesita dólares como otros sectores de la economía”.

La pandemia llegó para sumarse a la dramática situación económica que ya se vivía, fundamentalmente, en los barrios de la ciudad y el país. La cuarentena producto del coronavirus obligó a muchas personas a interrumpir su trabajo, en muchos casos, informales.

Ahora, el Gobierno tiene el desafío de generar trabajo en un contexto desfavorable no solo a nivel nacional sino mundial. En este marco, la economía popular se muestra como una opción para aportar a la creación de empleo, la única forma de salir de la pobreza en la que se encuentra inmersa gran parte de la población argentina.