Por Juan Pablo Chiesa

Si el avión está a punto de caer por la impericia del piloto, no vale decir que es culpa de los pasajeros que optaron por ese vuelo o de las azafatas ni siquiera del piloto que maneja otro vuelo, aunque sea al mismo destino… lo que vale es que eche mano del manual y rectifique el rumbo para no caer en picada total.

Más o menos este es la situación que hoy estamos viviendo en la Argentina después de los resultados de las PASO y esto, de ninguna manera es bueno.

Lo preocupante es que en medio de toda está incertidumbre más económica que política, quedamos a la deriva todos los ciudadanos frente a un gobierno que se niega a ver la realidad de las urnas y que encima nos imputa por no votar como según él debíamos hacerlo.

Por otro lado, esa corrida del dólar (por arriba de los $57) ha paralizado la escasa actividad económica que había en las últimas semanas, pues al ser una economía dolarizada nos regimos al ritmo que el billete verde marca… lo alarmante es saber que a raíz de ello no hay precios y por tanto no hay medicamentos, no se compra y no se vende.

Si bien, era de esperar esta corrida de cambio, la primera reacción a la presente fluctuación parte del Banco Central es el incremento de un 74% de las tasas de interés, en pos de contener y aminorar el aumento desmedido de la divisa.

En este momento, hoy lo que precisa nuestro país es que el presidente de la nación actúe como un verdadero estratega y que comprenda que a veces, los buenos líderes, ponderan lo urgente sobre lo que ellos consideran que es importante.

El laboratorio del Pro está intentando dar un giro en su crucial derrota en las PASO con medidas que deberían haberlo hecho antes, o acaso el 15% en contra del Juntos por el Cambio despertó al laboratorio para pensar en la urgencia de la gente, están en una burbuja y piensan que estas medidas (paliativas): incremento del SMVM, la implementación de moratorias a las Pymes y la elevación del mínimo no imponible de ganancias de $38.300 a $60.000 o $70.000, van a sostener el consumo y el empleo.

Si el gobierno no le pone un piso a la caída de la demanda y deja de pensar que las PASO son un castigo de la clase media, la sociedad es la única perjudicada.

El pánico del mercado denoto la caída más estrepitosa de la historia.

El mercado le teme a la improvisación de la inoperancia de un gobierno y a la falta de contundencia de confianza que el ganador de las PASO demuestra a los mercados.

De la oscura crisis económica se emerge con decisión política, mejorando las expectativas con un programa que se aleje del cultivo electoral y se enfoque en tener concordancia en la política monetaria y de tipo de cambio, y no retórica alejadas de la realidad.

En conclusión, las medidas que anuncia el Presidente de la Nación (sin mencionar que si son impositivas , son paliativos para el mercado interno y para las pymes, pero el contexto internacional no ve un escenario de “confianza” en un gobierno que está haciendo sus valijas.