Aldo Battisacco – Conclusión Buenos Aires

Conforme los días pasan, se acerca cada vez más la última instancia electoral para conocer quién liderará los destinos del país: el 19 de noviembre Argentina celebra el segundo balotaje desde el comienzo de la última etapa democrática. Raúl Timerman, analista político y director del Grupo de Opinión Pública dialogó con Conclusión Buenos Aires y reflexionó sobre el porvenir de la última semana antes de las elecciones más reñidas de la última época.

Timerman sostuvo que “es difícil decir qué va a pasar en el balotaje”, porque se trata de “procesos muy dinámicos”, teniendo en cuenta la situación política en la que se enmarcan los comicios. Además, subrayó que «la derecha profesional se ha hecho cargo de la campaña de la derecha amateur» en esta última etapa del proceso electoral.

-¿Qué es lo que observan desde la consultora?

Hoy está arriba Javier Milei en todas las encuestas, por lo menos por cuatro puntos, entre cuatro, cinco o seis puntos arriba (de Sergio Massa, el candidato de Unión por la Patria).

Esto se produce después del apoyo de Mauricio Macri y Patricia Bullrich. Pega un salto grande, salto que hubiera pegado igual aunque no hubiese existido ese apoyo, porque los que votaron a Patricia Bullrich en las PASO (Primarias Abiertas Simultàneas y Obligatorias), donde sacó 17 puntos, iban a votar a Javier Milei en un balotaje. No tienen otra opción, era la opción natural para ellos.

-¿Cómo describirías la foto en la que se están enmarcando los movimientos de otros actores, como la oposición o los medios de comunicación?

Como dice Eduardo Fidanza, la derecha profesional se ha hecho cargo de la campaña de la derecha amateur, y lo han guardado a Javier Milei. Curiosamente, lo tienen guardado siendo el líder de los libertarios en el Hotel Libertador. Da la impresión de que han elegido el lugar donde tenerlo, recibe a muy poca gente, se expone muy poco. Sale en caravanas donde está muy protegido, o si no va a hacer notas por televisión en programas de alto favoritismo. En La Nación +, Luis Majul entrevista a Sergio Massa en un reportaje durísimo, donde ya no era un reportaje encarado periodísticamente sino que era un opositor político que le tira encima todos los argumentos que encuentra a su paso y Sergio Massa la verdad que contestó bien y se manejó muy profesionalmente. A renglón seguido, José Del Río, que es el secretario de redacción del diario La Nación le hace un reportaje a Javier Milei que es una especie de homenaje en vida. Le habla con mucha facilidad de los temas y lo único que hace es darle pie.

En esta situación, primero los métodos de encuesta que se utilizan son todos métodos de participación voluntaria, y la población que participa es una población muy pequeña. Normalmente, quien está más preparado para contestar una encuesta es el que tiene el voto decidido. Ya sea porque quiere que Massa sea presidente y vota, más aún porque quiere que Milei sea presidente y vota a Milei. No obstante, el balotaje tiene una particularidad. Aproximadamente a un 30% del electorado que participa no le gusta ni Massa ni Milei, entonces tienen que hacer una opción diferente que es «quién no quiero que sea presidente». Por ejemplo, lo que ha hecho Martín Caparrós en un artículo que escribió en El País, en España, donde el artículo se titula «A votar en contra», y entonces explica que él no quiere que sea presidente Javier Milei, vota por Sergio Massa a pesar de que no le gusta. Otros que no quieren que sea Sergio Massa el presidente, votarán por Javier Milei. Esos que votan para evitar que uno de los dos sea presidente son los que, en última instancia, la semana próxima van a decidir quién va a ser el próximo presidente.

-¿Dónde ves la dificultad de Massa para repuntar respecto de lo que fue el resultado del 22 de octubre? 

El 22 de octubre, el resultado que se refleja es el mismo resultado de las PASO, el mismo resultado antes de las elecciones. El 60% del electorado quiere un cambio y sólo un 30% quiere una continuidad. Massa sacó el 36,6% en la general, pero el 30% de Milei va a seguir votando a Milei y el 24%, 23% que sacó Patricia Bullrich se va a inclinar muchísimo más por Javier Milei que por Sergio Massa.

-¿Dónde podría ir Sergio Massa para buscar votantes?

Podría ir a aquellos sectores que han quedado fuera de Juntos por el Cambio tras la alianza que hicieron Macri y Milei. Del PRO, Horacio Rodríguez Larreta y sus seguidores, los radicales y la Coalición Cívica. Pero ahí, Massa se va a encontrar con esto que te acabo de mencionar: no es que sea gente que va a votar a Sergio Massa porque quiere que Massa sea presidente. Posiblemente vota a Massa porque no quiere que Javier Milei sea presidente, como le pasa a la mayor parte del radicalismo. Esa es la mayor dificultad. También puede ir a buscar votantes en los de Schiaretti. Un porcentaje se pronunció fuertemente en contra de Sergio Massa. Schiaretti siempre ha sido muy cercano a los Macri, ya sea Franco Macri o Mauricio Macri, históricamente.

Por otro lado podría buscar votos en la izquierda, pero Myriam Bregman se declaró prescindente, van a votar en blanco porque para ellos ninguna de las dos opciones son útiles. Es la vieja consigna de vanguardia comunista que era un movimiento maoista prochino que se presentaba a elecciones en la década del ’60 y decía: «gane quien gane, pierde el pueblo», y eso se mantiene. La izquierda trotskista sigue con esa posición. Entonces Sergio Massa tendría, primero, que buscar una participación mayor que la última vez por parte de los intendentes, pero los intendentes ya fueron electos, los concejales ya fueron electos, los gobernadores todos han sido electos. Debería conseguir que más gente participe del proceso electoral. Es complicado en estas circunstancias, porque ante las dos opciones mucha gente se declara prescindente. Tiene una última herramienta que puede ser poderosa que es el debate. Este debate tiene características muy particulares, porque es un debate con mucha libertad de acción. No se puede llevar apuntes escritos, no se puede leer y en este tipo de debate, el profesionalismo de Sergio Massa se puede imponer por sobre el temperamento de Javier Milei. Seguramente va a estar muy coacheado Javier Milei. Vamos a ver en qué condiciones físicas se presenta al debate, pero yo creo que es la última gran oportunidad de Sergio Massa antes de las elecciones.

No nos olvidemos de otra cosa que es importante, que son los rash de los últimos días. En las PASO, diez días antes Javier Milei tenía 22% de intención de voto, se produjo un rash a favor de Javier Milei y llegó a 30 puntos. En las generales, 10 días antes, Javier Milei y Sergio Massa estaban empatados en 30 puntos y muy cerca, en 28 puntos, estaba Patricia Bullrich. Se produce un rash a favor de Sergio Massa, saca un 36.6%, Javier Milei se queda en los 30 puntos y se cae Patricia Bullrich y no entra el balotaje. Puede haber un rash la última semana a favor de Sergio Massa. Si eso se produce, seguramente el resultado va a ser muy parejo y va a ser muy incierto quién puede ser el próximo presidente.

-Hay una suerte de sobreexposición de Massa en todo este tiempo como manera de militar su causa, de cara a lo que van a ser las elecciones, y hay una situación en la cual hay un Milei, limitado en cuanto a la posibilidad de verlo comprometerse con determinados discursos, que sería interesante para volcar el voto a su favor o no. Y por el otro lado, el fantasma de Mauricio que parece ser que lo prestidigita todo. Esto que decías vos de la derecha profesional asesorando a la derecha amateur ¿Esto no conspira contra la posibilidad de generar un arrastre masivo sobre Javier Milei, o se trata nada más que de un prejuicio que puede tener determinado votante?

Ya ocurrió eso, por eso Milei va primero en las encuestas. Ya ocurrió que votantes de Patricia Bullrich voten a Milei. Primero, está el debate, que es fundamental. En segundo lugar, está la propuesta un gobierno de unidad nacional, que desde el punto de vista democrático es algo totalmente revolucionario. No hubo, desde la ley Sáenz Peña hasta ahora ningún candidato presidencial que en su programa tenga la formación de un gobierno de unidad nacional si gana las elecciones. Argentina nunca tuvo un gobierno de unidad nacional.

La intentó Perón cuando volvió, con la fórmula Perón-Balbín, pero hubo sectores del radicalismo que se opusieron a esa fórmula. Es más, un 19 de noviembre, dos días después de regresar al país, Perón recibe a Balbín en Gaspar Campos, y ¿cómo lo recibe Perón? Le dice: doctor Balbín, entre usted y yo somos el 80% del electorado. Tenemos que ponernos de acuerdo para trabajar juntos». Eso le dice, pero Perón es el primero que tiene en mente un gobierno de unión nacional. 

Ahora, Sergio Massa plantea un gobierno de unidad nacional. Cuando uno testea la frase «lo que la Argentina necesita es un gobierno de unidad nacional», el 62% del electorado está de acuerdo con esa frase, y una parte importante del orden del 60% de los votantes de Patricia Bullrich, y el 40% de los votantes Javier Milei, están de acuerdo con esa frase. Si Sergio Massa consigue convencer al electorado y demostrarle que el verdadero cambio en la Argentina, porque la gente quiere un cambio, es constituir un gobierno de unidad nacional, ahí está la gran posibilidad de Massa para ser elegido presidente. 

Lo que pasa es que quedan pocos días. Este no es un gobierno que ha sido particularmente exitoso y Massa tiene que confrontar con la realidad también. Indudablemente que haya llegado hasta aquí, y que sea competitivo, ya de por sí es milagroso y es básicamente un logro de Sergio Massa. Otro no hubiera podido lograr esto.