Por Alejandro Maidana

“Si quieres encontrar a un mafioso, hay que buscarlo en un puerto”. Enzo Ciconte (Profesor e historiador).

El pasado 26 de agosto en horas de la madrugada, y bajo un meagoperativo de la Policía Federal que se llevó adelante en la zona noroeste de la ciudad, logró el secuestro de más de 1.500 kilos de cocaína. Se trató de una serie de allanamientos en simultáneo con otras provincias, y que arrojó la detención de 12 personas. El valor de la droga incautada, ronda los 60 millones de dólares. Además, se secuestraron armas, dispositivos electrónicos, autos y camionetas de alta gama y una importantísima suma de dinero en efectivo, en pesos y dólares.

Los procedimientos fueron realizados por orden del juez federal de Campana, Adrián González Charvay. De acuerdo a dicha investigación, el destino de la droga, un total de 1.535 panes, era Dubai y el envío de la misma se iba a concretar por medio de la hidrovía. Los panes iban a ir disimulados en seis contenedores cargados con 150 toneladas de cereal que serían exportados desde el puerto de Rosario hacia la ciudad de Dubai.

De buenas a primeras, un joven uruguayo se posiciona en las vitrinas de la criminalidad. Sebastián Marset, hoy se encuentra prófugo, un sujeto sumamente mediático en la región de la Triple Frontera y principalmente de su tierra. Sin tener las mínimas intenciones, Marset generó un verdadero tsunami en la interna política uruguaya, con tal efecto, que dos ministros de Luis Lacalle Pou, fueron interpelados ya que un pasaporte que le fue otorgado al personaje en cuestión desde Uruguay, le permitió en su momento destrabar un conflicto en Dubai que se generó por la portación de un pasaporte falso generado en Paraguay. De esta manera lograría sortear el escollo e introducirse en la clandestinidad.

Te puede interesar: ¿Tuvo Juntos por el Cambio una lógica mafiosa?

El costo para el actual presidente de Uruguay Lacalle Pou fue muy alto, pero la verdadera antesala de este escandaloso episodio de profundo corte burocrático, y que avivó el fuego en torno a la figura del uruguayo Marset, comienza tiempo atrás. En 2013 cuando Marset tenía 22 años, la Policía lo detuvo en la ruta 1 mientras manejaba un lujoso auto. El joven portaba 173 kilos de marihuana y confesó su conexión con Juan Domingo Viveros Cartes (tío del presidente paraguayo Horacio Cartes), quien fue detenido ese mismo año en Durazno y a quien se le pudo comprobar su conexión con un cargamento de 450 kilos de marihuana, que era para el uruguayo. Es preciso destacar que la justicia colombiana lo ha sindicado como el ideólogo del crimen del fiscal paraguayo Marcelo Pecci.

Sin dudas esta es la punta de lanza de una reacción provocada por el funcionario a la hora de dictar operativos y allanamientos en Paraguay, desarticulando así una maquinaria criminal de la cual Marset formaba parte muy activamente. Luego del magnicidio del fiscal, su potencial criminal creció de tal forma, que el mismo, y apelando personalmente a tecnologías y modernidades, envió a la opinión pública de Montevideo, un video mensaje deslindándose de todas las responsabilidades que venían siendo amplificadas en su contra. Sebastián Marset se encuentra prófugo de la justicia, es sin dudas el emblema más descarado y certero de como el crimen organizado se mueve en el siglo XXI.

Jean Georges Almendras es un periodista uruguayo con una extensa y reconocida carrera en torno a las investigaciones policiales, actualmente es el director para Latinoamérica de Antimafia Dos Mil, en dialogo con Conclusión brindó detalles inéditos sobre la figura de Sebastián Marset, denominado el gerente de la hidrovía.Esta persona como tantas otras, son funcionales a una criminalidad transnacional vigente e imperante con una intensidad verdaderamente asombrosa. Su vigencia desajusta a nuestra sociedad, desencadenando tempestades de retórica política con las infaltables apreciaciones de las múltiples oficinas institucionales sudamericanas, incluidas las de Uruguay, sobre la necesidad de mejorar los instrumentos legales para poder neutralizar urgentemente a personajes como Marset. Esto se aleja ydista mucho de la realidad, ya que la única manera de poder transformar esta cruda realidad, es con decisión política para terminar con las mafias”.

Te puede interesar«La ‘Ndrangheta está operando en Argentina»

La voluntad política es prácticamente inexistente, y encuentra en los clichés, una mascarilla de oxígeno para que las mafias enquistadas sigan gozando de buena salud en los distintos continentes. “En Paraguay, que se sabe desde mucho tiempo atrás como opera el narcotráfico y sus alcances políticos, judiciales y financieros, en más de una oportunidad hemos podido contemplar posicionamientos políticos sumamente hipócritas al respecto. La aparición de distintos cadáveres, incluso el de muchos periodistas asesinados por la narcopolítica, como la de campesinos e intendentes a lo largo y ancho del territorio guaraní, empujó a que la clase política derrame solo lágrimas de cocodrilo. Allí grupos narcos de Brasil se han infiltrado tanto en Asunción, como en Uruguay. En mi país se debate por horas el ¿Cómo? ¿Dónde y cuándo? Se entregó un pasaporte a Sebastián Marset como si allí se encontrase el nudo gordiano del gran problema narco, pero no pude oír las mismas preguntas cuando un mafioso de la talla de Rocco Morabito, capo emblema de la ‘Ndrangheta, una de las cuatro organizaciones mafiosas italianas con mayor penetración local y en el mundo, haya permanecido clandestinamente en el de Departamento de Maldonado por más de 15 años. Morabito llegó huyendo de la justicia de su país, y luego de ser capturado en septiembre de 2017 con bombos y platillos, haya podido darse a la fuga con tintes cinematográficos de la cárcel del centro uruguayo para refugiarse en Brasil donde al cabo de un tiempo fue recapturado, para ser finalmente extraditado a Italia”.

El PCC (Primer Comando Capital) junto a todas las organizaciones criminales de Paraguay, Brasil y Colombia, incluido el Clan Insfrán, vinculado con Sebastián Marset, tienen el sello italiano de la ‘Ndrangheta. “Debe quedar en claro que esta no es una especulación caprichosa, ni una metáfora que los atraviese, sino más bien es un hecho tangible por todos los poros. En ese mismo contexto Marset mismo es beneficiado con cobertura, y les son funcionales ejecutando fiscales como Pecci entre otras cosas. Sumado a esto, también llevan adelante amenazas de muerte como por ejemplo a la que fue víctima la fiscal de Montevideo Mónica Ferrero, el crimen organizado arma y desarma a placer, ya que la voluntad política para deshacerlo se encuentra ausente. Esto se ve claramente en la ciudad de Rosario, como así también en Uruguay, Paraguay, Brasil y Colombia, salvo que ahora en el país cafetero con la sunción de Gustavo Petro se pueda patear el tablero. Hay que dar vuelta la torta para poder torcer una realidad que han aprovechado personajes como Sebastián Marrset y Rocco Morabito entre otros, tanto fuera como dentro de Sudamérica”, sostuvo.

Te puede interesar: Catalejo TV: ¿cómo operan las mafias?

La cultura mafiosa busca transformase en un hábito de la vida cotidiana, el uruguayo Sebastián Marset no es un fruto de la simbiosis sin fronteras, entre mafia y estado. Marset hace gala de criminalidad y dentro de ese juego, se aboga el derecho a considerarse inocente o distante de esos caminos tortuosos a los que obliga a transitar el delito. “Si es o no el ideólogo del crimen de Pecci lo decidirá la justicia investigaciones de por medio, el punto es ese en este contexto, remarcar que Marset un muy hábil brazo mafioso que actualmente debe estar instalado vaya a saber uno donde, circulando a pie o en auto, pero siempre funcional a la ilegalidad que forma parte de su cultura de vida. Sus vínculos, sus negocios, sus trapisondas y millonarios logros, siguen a la orden del día. Sebastián Marset desde la clandestinidad continua con la logística tal como es habitual en las familias mafiosas, vive con rótulo de prófugo, pero recordando que en el ayer vivía en su fachada donde llevaba adelante un importante lavado de dinero recorriendo todos los vasos comunicantes del crimen en la región de la Triple Frontera. Los perros de caza están detrás de él, y en su país natal, el sistema político, la sociedad uruguaya y medios de comunicación incluidos, se rasgan sus vestiduras ante las andanzas de este personaje. Marset es un narco uruguayo que desconocemos a donde está, pero si lo que hace, detrás de su perfil de empresario, de hombre del fútbol y del espectáculo, se esconde la punta de un iceberg mafioso”, concluyó Almendras.