Por Susana Lara*

La Compañía de Tierras del Sud SA (CTSA) del grupo Benetton usa aguas públicas al punto de comprometer fuentes de potencial destino humano en una pequeña localidad rural de Río Negro, a la vez que consume gran parte del agua de un río que llega turbia y escasa cuando tiene que abastecer otra población rural, ahora en Chubut.

El volumen y calidad de la ganadería extensiva e intensiva que desarrolla Benetton al menos en Río Negro y Chubut, así como su tasa de ganancia por su colocación en el mercado, se sustenta en la intervención artificial de cursos de arroyos y mallines para consumo directo de los animales y producción de pasturas de excelente calidad. Mallín es el nombre en lengua mapuche de los humedales y pantanos, formaciones clave en la estepa patagónica con pocas lluvias, una fuente invalorable de agua dulce que le permite cumplir el ciclo ganadero completo dentro de sus propiedades.

Desde 1991 que CTSA compró las estancias en la Patagonia, los sucesivos gobiernos provinciales de RN permitieron y convalidaron la explotación sin control del arroyo Pilcaniyeu y El Porteño para el establecimiento Pilcañeu y el río Alto Chubut para estancia El Maitén. Lo mismo en Chubut donde vuelve a tomar el agua del Chubut para la estancia El Maitén que también se extiende en esta provincia; y al menos de los arroyos Leleque y Montoso para las estancias que llevan esos mismos nombres.

La disponibilidad de agua dulce en cantidad y calidad óptimas son fundamentales para el valor económico y financiero del suelo, así como para la renta de la producción de la ganadería ovina y bovina. Excepto por conflictos aislados y temporales, no se discute el uso discrecional de este bien de la naturaleza por parte de Benetton, no se le pone valor económico serio como insumo, ni se ejercen controles públicos.

El caso Pilcañeu

El agua define, en buena parte, las posibilidades y los costos de desarrollo de cualquier unidad productiva. También las posibilidades de bienestar integral de cualquier comunidad.

La estancia Pilcañeu tiene casi 40.000 hectáreas, encierra el ejido municipal de Pilcaniyeu y su millar de habitantes permanentes, a 47 kilómetros al este de Bariloche (en línea recta) por la ruta nacional N°23.

El pueblo lleva el nombre del arroyo que atraviesa la estancia con un recorrido de 23 kilómetros. Pero el arroyo llega sin agua al pueblo, porque la estancia consume todo su caudal por un sistema de al menos setenta y un diques de contención que forman unas cincuenta lagunas. Ese sistema de intervención artificial ocupa unas 35 hectáreas de embalses donde las vacas pastan y engordan.

Así, este arroyo, que figura como tributario del río Pichi Leufú en toda la bibliografía y documentación, hoy es un cauce seco desde el alambrado perimetral todo su tramo final de cinco kilómetros.

No pudimos encontrar una sola mención a estas obras en ningún documento público; tampoco la autorización correspondiente del Departamento Provincial de Aguas (DPA) que debería estar publicada en el Boletín Oficial (BO). Javier Grosso, geógrafo, analizó para este informe imágenes satelitales de acceso libre que documentan estas intervenciones en la naturaleza.

Ese espacio es parte de un bajo (o mallín) de 911 hectáreas, rodeado de cañadones, según una investigación académica que lo analizó. A lo largo fluyen las aguas del arroyo Pilcaniyeu, que se origina por la acumulación de nieve y tiene un caudal permanente. «Para aprovechar el agua de deshielo y retrasar su escurrimiento, casi toda la extensión del arroyo que atraviesa el mallín en diez kilómetros fue disectado con la construcción de pequeños diques que embalsan el agua y garantizan su provisión durante casi todo el año. De esta forma se originan una serie de pequeños cuerpos de agua conectados entre sí mediante el flujo de agua subterránea. Estas obras hidráulicas constituyen reservorios que permiten distribuir, mediante canalizaciones, el agua a otras partes del mallín», se asegura en una tesis doctoral en ciencias naturales publicada en 2017 (Pablo Macchi, Macroinvertebrados acuáticos como indicadores ecológicos de cambios en el uso del suelo en mallines del sudoeste de la provincia de Río Negro). La comparación de nuestra documentación con ese trabajo sugiere que hubo mucha intervención en el lugar en los últimos tres años.

A fines de enero el hospital público local debió suspender todas sus actividades por falta de agua potable. El pueblo usa agua de perforación y las napas vienen con poco caudal esta temporada, explicó una fuente local. Además el arroyo llega sin nada así que no es opción alternativa. El municipio debe trasladar quince kilómetros a los niños para que disfruten de una colonia de vacaciones junto al río Pichi Leufu.

La cuenca del Chubut

La crisis hídrica y el fortalecimiento de miradas que interpretan al agua como articulador fundamental del territorio nos llevan a repensar espacios como la cuenca del río Chubut, que nace en el cerro Carreras, en Río Negro, desciende en forma paralela a la cordillera de los Andes, gira hacia el Atlántico, desciende por la meseta recogiendo aportes de aguas permanentes y estacionales. Son 810 kilómetros de recorrido, conformando un área de casi 54.000 kilómetros cuadrados que irriga y se nutre con los aportes de numerosos cursos.

El acceso privilegiado del capital privado a esta bien de la naturaleza, su mercantilización de distintas formas, la opacidad de las prácticas políticas de los actores económicos y del propio Estado son algunos de los elementos que buscamos profundizar, considerando el papel central que pudiera tener la cuenca del Chubut en particular -el agua dulce en general-, en proyectos de vidas social y políticamente construidos en términos comunitarios y de democracia participativa.

La cabaña y estancia Leleque, con referencia en Esquel, Chubut, es la base operativa y de discurso de los administradores de CTSA que hablan en términos generales de la cadena de estancias de la cordillera, nombrando Pilcañeu al norte (pero no Cañadón Blanco, San Pedro y Etido) y Maitén. Así desdibujan las otras propiedades en Chubut y se nublan los alcances reales de las propiedades privada en manos de este grupo económico.

Ese discurso se expresa en las declaraciones de los representantes empresarios en la prensa regional que refleja los remates ganaderos y las exposiciones rurales, o las numerosas declaraciones publicadas en el diario La Nación, que son fuentes de consulta constantes. El capital tiene clara conciencia de su bloque territorial, para el que no son obstáculos las diferentes juridicciones provinciales y administrativas, lo que se advierte respecto al río Chubut, cuyas aguas toma la estancia El Maitén tanto en su porción en RN como también en la provincia vecina donde está ubicada la porción menor.

En algún momento los ex gobernadores Alberto Weretilneck, actual senador nacional, y Martín Buzzi, firmaron un acuerdo para el manejo interjuridiccional de esta cuenca. No se supo nada más después de la foto del anuncio.

El BO de RN no informa nada de la toma de agua sobre el Alto Chubut para estancia El Maitén, cuya existencia comprueba la imagen satelital. En 2006 la provincia reconoció esa toma por la prensa, pero jamás publicó el edicto correspondiente ni sus necesarias actualizaciones en estos años.

En Chubut, el año pasado la CTSA renovó las autorizaciones de uso de agua pública para riego para tres cursos de agua, pero omite otros de existencia segura, según nuestro relevamiento.

Obtuvo dos tomas sobre el arroyo Leleque para la estancia homónima. Una de un caudal aproximado de 4.432.320,00 m3/año (0,48 l/ha.s) para riego de trescientas hectáreas durante los meses de octubre a marzo de cada año para uso agrícola. Y otra de un caudal aproximado de 8.307,40 m3/año para la cría de 6.086 en una propiedad en Colonia Lepá, Sección J-III, Departamento Cushamen, dice el BO.

Para la estancia Maitén, en su porción chubutense, obtuvo un permiso de uso del río Chubut de un caudal aproximado de 4.354.560,00 m3 /año (0,54 l/ha.s) para regar 258 hectáreas con destino agrícola; y, una segunda toma, de un caudal aproximado de 11.090,16 m3 /año para uso en la actividad desarrollada con la cría de 8.116,00 animales.

En 2015 la provincia le autorizó tomas tres tomas de agua sobre el arroyo Montoso para la estancia del mismo nombre, autorización de cinco años que debería renovar este año. En este caso, una toma de un caudal aproximado de 137.962,00 metros cúbicos anuales (0,37 l/ha.s), para regar doce hectáreas destinada a la agricultura. Una segunda toma con un caudal aproximado de 39.312,00 m3/año (0,25 l/ha. s) para la sistematización de mallines en cinco hectáreas para uso ganadero. Y una tercera toma de un caudal aproximado de 33.839,88 m3/ año para su utilización en la actividad desarrollada con la cría de 25.490 animales. El edicto de la autoridad hídrica dice que esas toman están «en el predio individualizado como Colonias Esquel y Lepa, Sección J-III, Departamento de Cushamen», lo que no sirve para individualizar una fracción de tierra en un sistema público organizado en un Catastro que, en la práctica, no es de acceso público.

El grupo Benetton sostiene y consolida sus prácticas extractivistas con la participación activa de los estados provinciales, al menos en el caso del acceso sin medida al agua dulce de cursos superficiales. La intervención intensiva de las áreas de mallines, reservorios de biodiversidad, suponen una mercantilización que todavía no ha sido suficientemente nombrada al momento de discutir los alcances de los usos económicos de los bienes de la naturaleza por parte del capital trasnacional.

Javier Grosso realizó el análisis de imágenes satelitales y cartografías para este informe.

*Fuente: El Cohete a la Luna.