La reciente sanción de un proyecto de resolución del Concejo Municipal, por el cual le solicita la remoción de imágenes religiosas al gobierno provincial de escuelas y hospitales públicas, tuvo su respuesta por parte del Arzobispado de Rosario.

En tal sentido, el arzobispo de Rosario, monseñor Eduardo Martín, le dijo a Conclusión que dicha sanción es una “sorpresa nada grata”, además de aclarar que era algo que “se vivía pacíficamente, donde la gente no hizo ningún problema”.

Además de considerar que la medida “ha sido un error” y que “no es justo”, el prelado expuso que el Concejo lo sancionó “sin haber tenido un diálogo con la Iglesia Católica en particular, ni con la mesa interreligiosa”.

“Por eso pedimos que no se llegue a su efectivización, tenemos que tender puentes en estos tiempos tan difíciles para la sociedad porque hay problemas más graves como la falta de trabajo, la plata que no alcanza a fin de mes, la drogadependencia, el narcotráfico, la violencia, etc. Ahí tenemos que poner el acento”, remarcó.

Además de propiciar que “podría haber imágenes de otras religiones” al aclarar que su iglesia no quiere tener “exclusividad”, Martín manifestó: “La imagen viva de Cristo es el pobre, el que sufre, el enfermo y que las imágenes religiosas nos ayudan”.

“Justamente en un hospital donde alguien está pasando un momento de dolor, necesita un consuelo, entonces ante una imagen prende una vela, reza y eso le ayuda. Sacar todo eso significaría también despojar a la gente”, describió.

Más adelante, puso su mirada sobre la cuestión institucional: “Si bien el Concejo es autónomo y tiene toda su capacidad de legislar, es siempre prudente que cuando haga algo que va a afectar la sensibilidad de un sector de la población, haya un diálogo”.

“Eso me parece que es mucho más saludable y conveniente, también en orden a una vivencia democrática”, dijo Martín, para enseguida señalar que entiende “que el municipio va a hacer que esto mengue porque a todas luces que es un error”.

Después de explicar que medidas de estas características alientan la denominada “grieta”, el arzobispo reiteró que espera “que todo esto pueda diluirse” para seguir con “una convivencia pacífica”.

“Es de sabio rectificarse cuando alguien comete un error”, expresó, para agregar que discutir el tema “no contribuye” y que no van a “salir a responder, sino simplemente a decir que se baje el tono”.

Respetémonos, no busquemos que se ahonden las diferencias que hay en la sociedad”, completó.