Por Alejandro Maidana

El  domingo 20 de octubre de 2019, en plena celebración de las elecciones que tenían a Evo Morales nuevamente como el candidato presidencial más votado, comenzaría una serie de sucesos que interrumpirían de manera intempestiva el andar democrático.

El lunes 21 y después de que el Tribunal Supremo Electoral (TSE) informara que Evo Morales agrupaba el 46,4 por ciento de los votos contra el 37,07 de Mesa, sobre un total de 95,63 de mesas escrutadas, comenzarían las acciones que terminarían de poner de rodillas a la democracia. Junto a la denuncia de Mesa por supuesto fraude (aún no pudo demostrarse el mismo), las declaraciones iban subiendo en tenor,  detonando la protesta e incidentes a lo largo y ancho de Bolivia.

Se sucederían tres semanas de persecuciones, ataques y violencia para con los dirigentes del MAS, y la población que se oponía al golpe que ya estaba claramente en marcha, algo que empujó a Evo Morales a presentar su renuncia con la intención de pacificar un país en llamas. Las fuerzas militares y policiales le habían soltado la mano, las furibundas presiones nacionales e internacionales habían cumplido con su objetivo, o al menos el de la extrema derecha boliviana.

El llamado a nuevas elecciones no tuvo asidero, los sectores concentrados del poder económico local, junto a sus aliados internacionales, avanzarían una vez más contra la soberanía y la autodeterminación de un país, que supo dar un salto cuantitativo en materia de políticas sociales y económicas. El patio trasero de los Estados Unidos, nuevamente en el ojo de una tormenta que encuentra a la derecha entreguista en franco avance sobre los gobiernos populares.

Orlando Pozo Terrazas es un joven dirigente del MAS (Movimiento al Socialismo), este ingeniero en sistemas de 28 años, tiene una amplia trayectoria en movimientos juveniles, políticos y sociales. Destacando que fue Senador Electo en las elecciones generales del 20 de Octubre del 2019, función interrumpida por el golpe suscitado en Bolivia. La actualidad lo encuentra en calidad de refugiado en la República Argentina, siendo pese a ello, candidato a Senador por Santa Cruz desde el exilió a las elecciones del 18 de Octubre del 2020.

En un imprescindible diálogo con Conclusión, acercó un minucioso análisis que busca aportar la cuota de luz necesaria, sobre unas elecciones que se encuentran a muy pocas horas de llevarse a cabo.

– ¿Cómo se podría analizar la coyuntura política y social actual de la Bolivia pos golpe de Estado?

– El análisis coyuntural sobre la situación que estamos atravesando estos últimos tiempos, donde se han robado a la democracia, se ha atentado contra la institucionalidad constitucional, empujando un claro golpe de Estado cívico-policía-militar el 10 de noviembre de 2019. Allí con el ardid de un supuesto fraude electoral, que al día de hoy no pudo ser comprobado, donde claramente el Movimiento al Socialismo ganó legítimamente las elecciones el 20 de octubre del año pasado. Después de eso, el escenario para el país fue catastrófico, en el sentido que Bolivia viene siendo golpeada por el fascismo, la persecución, la represión y las masacres por parte de grupos paramilitares, financiados por la oligarquía y la derecha más rancia del país, para con el pueblo que se opone al golpe.

Esto es el prologuismo de un gobierno de facto que se ha constituido a través de un golpe de Estado, donde se avanzó claramente hacia un terrorismo de Estado que no cesó en la persecución de dirigentes opositores ni siquiera en tiempos de crisis sanitaria. Militares, policías, tanques y aviones de combate amedrentando al pueblo para que se queden es sus casas, persiguiendo la sumisión de la población, Bolivia ha sido el único país que ha utilizado la fuerza con la excusa de controlar el virus. Cabe destacar que los golpistas empujaban la suspensión de las elecciones, situación que pudo revertirse gracias a la unidad de acción de los distintos movimientos de campesinos e indígenas y las centrales obreras, que incluso impulsaron un paro general por 12 días, acompañado por cortes de rutas y asambleas.

Este 18 de octubre tenemos la enorme posibilidad de recuperar la democracia, donde la ciudadanía boliviana buscará revertir la actualidad pavorosa a la que estamos inmersos, donde el saqueo, el desfalco y la corrupción han sido las herramientas predilectas del gobierno de facto. Los grupos paramilitares siguen campeando, continúan atacando los distintos locales del MAS, no existe un estado de derecho, existe un desgobierno dictatorial que pretende perpetuarse en el poder a través del uso de la fuerza que nos está conduciendo hacia el abismo.

– ¿Cuáles han sido las respuestas a una pandemia que vino a complejizar aún más el panorama?

– El gobierno de facto ha recibido un aplazo total en el manejo sanitario de la pandemia, la incapacidad en la gestión pública ha quedado de manifiesto desde el comienzo mismo de la cuarentena allá por el 12 de marzo. No ha contado con ningún tipo de estrategia, la corrupción siguió ganando lugar con la compra de 170 respiradores, con un sobreprecio de 3 millones de dólares provenientes de España, la compra de 342 respiradores de origen chino con intermediarios y sobreprecios espeluznantes. En lugar de contener al personal de salud que está luchando en primera línea, abasteciendo con equipos de bioseguridad entre otras cosas, el gobierno de facto incurre en actos de corrupción y en la compra de armamentos bélicos para reprimir al pueblo, destacando que también lo han hecho con un sobreprecio de 6 millones de dólares. Los golpistas se han apropiado de la pandemia para alzarse con un botín económico, en detrimento del pueblo boliviano en su conjunto. Mientras la población sufría, el gobierno de facto se encargaba del desfalco, algo que los medios masivos de comunicación, quienes responden al golpe, silenciaron. Atropellos y actos de corrupción que han atravesado a todos los ministerios. El pueblo se salva a sí mismo, acude a las medicinas tradicionales u otros medios para poder controlar el avance del Covid-19, que hizo colapsar tanto los sistemas de salud como los cementerios.

–  Para las elecciones del 18 de octubre, se consolida la imagen del candidato presidencial del (MAS) Luis Arce Catacora ¿Podemos conocer su trayectoria, entendiendo que en su figura descansa un proyecto colectivo muy importante?

-El compañero Luis Arce Catacora es uno de los economistas más reconocidos en América Latina. Fue ministro por más de 13 años de la Cartera de Estado del ministerio de economía del gobierno de Evo Morales Ayma. Conoce a la perfección como avanzar en un modelo social, económico, productivo y comunitario, como el que veníamos impulsando y que el gobierno de facto se encargó de resquebrajar. La elección de la figura del compañero Arce para representar al pueblo, tiene su anclaje en la necesidad de brindar una rápida respuesta en la generación de empleo y reactivación económica pos pandemia. Es el mejor hombre para continuar con el proyecto de país iniciado por el Movimiento al Socialismo.

– ¿Cómo se encuentra Evo Morales Ayma y el Movimiento al Socialismo de cara al escenario electoral que se avecina?

– El compañero Evo sigue en las tareas políticas, él es nuestro presidente orgánico del partido, y también es nuestro jefe de campaña nacional. Acompaña a las y los distintos referentes a lo largo y ancho de Bolivia a través de distintas plataformas, llegando también a la ciudadanía, organizaciones y diferentes estructuras tanto políticas como civiles. El MAS goza del apoyo mayoritario del pueblo boliviano y a pocos días de unas elecciones que buscan devolverle la democracia al pueblo, nos encontramos apoyados por la mayoría de la ciudadanía. Encabezamos las encuestas, tanto las que emite la derecha como las nuestras, que manejamos de manera interna, las mismas nos adjudican el triunfo en primera vuelta. Existe la posibilidad de un mega fraude electoral, hay indicios y los mismos tuvieron su participación con el intento de prescribir la personaría jurídica del MAS. Ahí nace nuestra preocupación, ya que esta dictadura no ha cesado en la persecución y el ataque a todo militante y dirigente del Movimiento al Socialismo, un movimiento popular que de no mediar lo espurio, avanza a recuperar el lugar que le fue cercenado.

– La derecha no acostumbra acceder al poder por medios democráticos, salvo honradas excepcione. La actualidad de Bolivia es un claro ejemplo de ello… ¿existe temor a que se impulse un mega fraude?

– Venimos denunciando al mismo desde que se decidieron las elecciones, el mega fraude se viene orquestando y esto se materializa en un argumento muy claro: la derecha accedió al poder gracias a un golpe, entonces es inverosímil que la misma apueste a un sistema democrático. Tanto el Tribunal Electoral perteneciente al gobierno de facto, como la OEA -la cual validó el golpe-, están inmiscuidos en la organización de las elecciones del 18. Es por ello que denunciamos las intenciones de la derecha boliviana, a todos aquellos que balbuceaban las palabras «democracia y libertad» para luego avanzar desde las violencia más profunda, que ha llenado de hartazgo al pueblo boliviano. Hoy por hoy hay un apoyo mayoritario al MAS y el pueblo está dispuesto a salir a defender esos votos, a defender la democracia, el pueblo organizado a través de sus distintas estructuras, va a salir a defender aquello que nos robaron a través del golpe. Vamos a recuperar Bolivia para los bolivianos, el 18 de octubre la ciudadanía le va a decir que no al saqueo transnacional, a la expoliación de recursos naturales y al nuevo avance neoliberal, el pueblo consciente está preparado para defender su voto tanto en las urnas como en las calles.