El presidente Alberto Fernández despidió esta mañana al expresidente boliviano Evo Morales en la frontera entre la Argentina y Bolivia, en La Quiaca, con palabras afectuosas que destacaron la importancia de que “Evo regrese a su patria, de la que nunca debió haber salido”.

Fernández y Morales compartieron un breve acto del lado argentino de la frontera, en la localidad jujeña de La Quiaca, y luego el Presidente argentino lo acompaño hasta la mitad del puente que une ambos países, y que comunica con la ciudad boliviana de Villazón.

“Es un día muy importante para todos, es muy lindo estar en La Quiaca con este motivo, que es garantizarnos que nuestro querido Evo Morales regrese a su patria, de la que nunca debió haber salido y nunca debió haber sido maltratado como lo fue”, indicó el mandatario argentino.

“En los últimos años -continuó- América Latina fue desintegrándose en individualidades”.

“Somos parte de una patria grande que quiere crecer, y quiere justicia y desarrollo para todos” y “para lograr ese objetivo contamos con la democracia como el instrumento más importante”, reseñó el jefe de Estado.

“Es el deber de cada uno de nosotros ir en socorro de aquellos pueblos que se ven amenazados y lastimados por levantamientos como el que sufrió Evo y Bolivia un año atrás”, indicó Fernández en alusión al golpe de Estado que forzó la renuncia del exmandatario boliviano, que primero buscó refugio en México y luego recaló en Argentina, donde permaneció once meses.

“Estoy feliz de haberle tendido la mano a Evo, a Alvaro (García Linera, exvicepresidnete de Bolivia) y a los compañeros de Bolivia”, indicó el Presidente argentino.

Alberto Fernández también recordó que conoció a Morales “cuando no era Presidente”.

“Lo recibimos con Néstor (Kirchner) y vimos un futuro Presidente que se parecía a Bolivia, que representó las entrañas mismas de Bolivia, e hizo durante su gestión un trabajo impresionante”.

“Si hay un lugar donde las estructuras cambiaron, ese lugar se llama Bolivia”, dijo Alberto Fernández, y lamentó que “algunos se molestaron y no lo dejaron seguir haciendo”.

“Pero bueno, el pueblo sabe, y del otro lado del puente hay miles de bolivianos que esperan abrazar a Evo y a Alvaro», señaló.

“Fue un honor tenerte entre nosotros”, le dijo Alberto Fernández y finalizó afirmando: “Vamos a terminar gritando viva Argentina, viva Bolivia y viva América Latina”.

Salvado y agradecido

De esta manera, el expresidente de Bolivia Evo Morales volvió este lunes a pisar la tierra de su patria a casi un año de su exilio en México y la Argentina y un día después de que la fórmula presidencial de su partido, el Movimiento al Socialismo (MAS), asumiera el Ejecutivo luego de arrasar en los comicios del mes pasado.

“Hoy es un día importante en mi vida, volver a mi patria que tanto quiero me llena de alegría”, publicó este lunes Morales en su cuenta personal de Twitter.

El expresidente cruzó a las 10 (hora de Bolivia) por tierra el paso fronterizo desde La Quiaca hacia Villazón, luego de ser despedido en la ciudad jujeña por el presidente Alberto Fernández.

Antes de cruzar la frontera, en un acto colorido y emotivo, Morales le agradeció al mandatario argentino. «Alberto me salvó la vida y eso nunca lo voy a olvidar», enfatizó emocionado.

Ya en Villazón, el depuesto mandatario indígena fue recibido con un acto, tras lo cual iniciará una caravana que lo llevará hasta la provincia de Chapare, del departamento de Cochabamba, donde forjó su carrera política.

El exmandatario (2006-2019), de 61 años, regresó a su país un día después de la investidura de su delfín político Luis Arce y algunas horas antes del 10 de noviembre, en que se cumple un año del día en que fue derrocado por un golpe de Estado.

«Llegó el momento de partir, aunque una parte de mí se quedará en este país para siempre», expresó ayer en la Argentina en un video publicado en Facebook.

Morales había anunciado que volvería a su país el 11 de noviembre, el mismo día que salió de Bolivia un año atrás, y aseguró que no formará parte del Gobierno de Arce, sino que se limitará «cuidar los principios ideológicos» de su partido.

El expresidente abandonó Bolivia después de unas elecciones en las que el escrutinio oficial lo dio como ganador pero en las que la Organización de Estados Americanos (OEA) denunció «irregularidades», avalando denuncias de fraude de la oposición.

Sin embargo, esas irregularidades jamás fueron probadas y, por el contrario, estudios académicos en Estados Unidos mostraron que la victoria del MAS había sido limpia.

La amplia victoria del binomio conformado por Luis Arce y David Choquehuanca en los comicios del 18 de octubre de este año, con más del 55% de los votos, «es la mejor prueba de que no hubo fraude el año pasado», sino un «golpe de Estado», evaluó Morales.