El fiscal federal Franco Picardi pidió la indagatoria del ex Director General de Operaciones de la Secretaría de Inteligencia (SI), Antonio «Jaime» Stiuso por considerarlo responsable de haber organizado un sistema de escuchas ilegales para lograr «espurios intereses personales o particulares».

Fuentes judiciales informaron que el fiscal pidió al juez federal Luis Rodríguez que cite a Stiuso a quien acusa de haber intentado «engañar a las autoridades de ese organismo y al Poder Judicial para que se autoricen interceptaciones de comunicaciones, contrarias a los requerimientos de la Ley Nacional de Inteligencia».

En la causa se dilucidó la «guerra» entre dos facciones de la ex Side, hoy Agencia Federal de Inteligencia, Stiuso quien fuera echado en diciembre pasado y aquel que respondía a Fernando Pocino.

Durante más de tres años y en escuchas telefónicas que requería Stiuso vital realizar, y que fueron convalidadas por la Justicia, se escucharon una veintena de abonados telefónicos y correos electrónicos de la sucursal local de la firma de origen británica de seguridad privada «Dark Star Security».

El argumento con que Stiuso requería a la justicia la importancia de escuchar esos teléfonos es porque esa firma realizaba supuestas actividades de espionaje y contraespionaje en la Argentina.

Por tres años se interceptaron esos teléfonos pese a que para el fiscal Federico Delgado no había argumentos para sobre supuestas actividades ilegales por parte de «Dark Star Security».

La firma «Dark Star Group» se presenta en su página web como una «consultora especializada en gestión de riesgos, asesoramiento en operaciones internacionales en los campos de defensa y seguridad en ambientes hostiles o de riesgo».

La causa se inició en 2011 cuando desde la SIDE se pidió la intervención de un primer abonado telefónico al juez federal Sergio Torres y luego se fueron sumando otros, con el argumento que desde «Dark Star Security» se hacían tareas de espionaje ilegal y por la disputa de soberanía entre Gran Bretaña y la Argentina por la soberanía de las Islas Malvinas.

«Mediante actos engañosos, materializados en información espuria, instrumentada en distintas actuaciones, que habrían dado cuenta de actividades de espionaje y contraespionaje en la República y en beneficio de potencias extranjeras» Stiuso logró «inducir a error a las altas autoridades de la ex Secretaría de Inteligencia, como así también del Poder Judicial de la Nación, para la obtención de sucesivas autorizaciones para llevar adelante interceptaciones de comunicaciones», según la fiscalía.

Picardi, un ex funcionario del Ministerio de Justicia convertido en fiscal federal este año, concluyó que Stiuso, violó «las reglas de Ley Nacional de Inteligencia, en tanto desarrolló tareas propias de su especialidad por razones que no guardaban relación alguna con la posible existencia de actividades que afectaran la seguridad exterior e interior del país, ni actividades de inteligencia de agentes que importaran una amenaza o riesgo para la seguridad del Estado nacional».

El último destino de Stiuso que se conoce es los Estados Unidos donde se fue junto con su familia tras ser echado del Gobierno Nacional y luego que fuera denunciado por múltiples hechos: por supuesto contrabando ilegal de mercadería tecnológica así como por presunto encubrimiento de pruebas en la investigación del atentado a la AMIA.

En la causa AMIA Stiuso fue quien pregonó la denominada pista iraní la cual sigue firme y trabajó en estrecha colaboración con el fallecido fiscal Alberto Nisman, quien fuera encontrado sin vida en su departamento en enero de este año.

En tribunales la causa por la cual ahora Picardi pidió la indagatoria se la conoce como «Dark Star Security» en donde constan más de 16 mil fojas de transcripciones telefónicas y en donde se expone información en relación a varias causas penales, entre ellas aquella que se sigue por la tragedia ferroviaria de Once.